En el discurso pronunciado por Eduardo Carretero ante la Real Academia de Bellas Artes de Nuestra Señora de las Angustias de Granada, en la toma de posesión de su nombramiento como Académico Honorario, al que ya hice mención en una entrada anterior, se refería a la faceta religiosa de su obra escultórica, y recordaba sus inicios profesionales:
"La posguerra significó una difícil madurez, que participaba en los rasgos morales y estado de ánimo de la sociedad. La imposibilidad de estudiar en la Academia, que forzaba a crear un modelo de autoformación, con una estética realista, la del retrato de mi hermano, los autorretratos, y finalmente el proyecto monumental de los Evangelistas del Colegio Isabel la Católica, del arquitecto Wilhelmi, en Granada."
Efectivamente ésta iba a ser la primera obra monumental religiosa de Eduardo Carretero, que causó gran sensación en los medios culturales granadinos, por su grandiosidad y por la audacia del joven escultor que se atrevió con una obra religiosa de tan grandes proporciones.
Tambien en el discurso de contestación ante la Academia de Granada, el historiador Ignacio Henares Cuéllar, hace mención a la facea religiosa del escultor:
"Siento una profunda admiración por el arte religioso de Eduardo Carretero realizado en esta época, por la forma en que consigue emocionar estética y espiritualmente. Su concepción de la espiritualidad representa un profundo diálogo entre la transcendencia y la humanidad, constituyendo una rigurosa experiencia del valor que G. Gusdorf denominará transdescedencia, la inmanencia de la devoción cristiana moderna, valor estético supremo del arte religioso cotemporáneo"
Efectivamente, en la extensa e importante producción escultórica de Eduardo Carretero, merece una atención especial la dedicada al tema religioso, y dentro de esta escultura podemos dintinguir la decoración escultórica de la Parroquia de San Francisco Javier en Pamplona.
El 3 de diciembre de 1952 se inauguraba la parroquia de San Francisco Javier de Pamplona, resultado, en lo que a las artes plásticas se refiere, de la conjunción de tres nombres: el arquitecto Miguel Gortari, el pintor Emilio Sánchez Cayuela "Gutxi" y el escultor Eduardo Carretero. A ellos habría que añadir los del contratista de las obras, D. Félix Huarte, y del propio párroco don José Manuel Pascual.
Así lo recuerda Eduardo en el discurso antes citado: "Valgan como recuerdo de la época y los trabajos de ese momento de recuperación de la cultura y la sociedad españolas la mención del programa escultórico para la Iglesia de San Francisco Javier en Pamplona, poyectada por Miguel Gortari; la "Asunción y el Apostolado" de la fachada, las esculturas de "San Ignacio y San Francisco Javier", o los relieves de la vida de este último. O bien "los peregrinos de Roncesvalles".
Eduardo Carretero es autor de todas las esculturas de la Parroquia de San Francisco Javier de Pamplona, entre las que sobresale la gran figura del Santo titular de dicha parroquia de tres metros y medio de altura, aunque visto desde la nave no parece tener ese tamaño.
Hace una semanas una sobrina del escultor hizo una visita a Pamplona y realizó un reportaje fotográfico, del que les ofrezco algunas de las fotografías.
También he recibido una importante información gráfica que me envia Martin Gortari, hijo del arquitecto don Miguel Gortari Beiner, autor del proyecto arquitectónico de la Iglesia de San Fracisco Javier de Pamplona y gran amigo de Eduardo Carretero con el que colaboró en diversas ocasiones.
Retrato del arquitecto don Miguel Gortari Beiner, realizado en bronce por Eduardo Carretero
En estas fotografías podemos ver los trabajos de colocación de algunas de las estatuas, así como las esculturas de los evangelistas, cuyo tamaño se puede observar al compararlos con la estatura de don Miguel Gortari que medía cerca de 1,80 m; y al propio Eduardo Carretero, también junto a uno de los evangelistas.