Aquel lunes Edgardo José de Arévalo Villaverde, había quedado con unos posibles clientes para ver el último piso de la Promoción "Nueva Alegría" de Algete, y tuvo que levantarse un poco más temprano que de costumbre.
Aunque estuviese levantado, no se despertaba hasta que no pasaban un par de horas de haberse tomado el café. Así no se dió cuenta de la triste mirada de su madre, mientras le servía el desayuno, ni que, además de la leche con Nescafé, las tostadas con mantequilla y mermelada de ciruelas claudias, le había exprimido cuatro naranjas... él se las tomó sin decir una palabra y entró en el rutinario atasco del primer día laborable de la semana.
La mañana estaba siendo ajetreada y productiva, así que no tuvo demasiado tiempo para pensar en la tarde-noche del día anterior. Fué a eso de las 14,15 cuando sonó el teléfono de su mesa; era Mati, para preguntarle si se había acordado mucho de ella, si estaba contento, cómo se lo habian tomado sus padres, si lo había dicho ya a sus compañeros, que en su casa todos estaban muy ilusionados y que esa tarde había quedado con su amiga, por lo que ya le llamaría esa noche por teléfono a su casa...
Salió a comer con Manolo, el director financiero de la Inmobiliaria, que además era su amigo y colega en sus correrias nocturnas. Le contó los recientes acontecimientos y cómo no había encontrado ninguna excusa para dilatar la decisión. Por otra parte, también le hacía ilusión iniciar esta nueva experiencia aunque era consciente que su vida iba a perder calidad.
Hasta ahora, todo lo que ganaba era para él. En casa, porque no lo necesitaban, nunca le habían pedido nada de su sueldo. Durante varios años despilfarró miserablemente todo lo que ganaba en fiestas, juergas, viajes y demás francachelas, además de pagar la gasolina del coche que le había regalado papá cuando terminó la mili y le convenció que le era imprescindible para poder trabajar. Esta situación se hacía insoportable por la presión de sus padres y no tuvo más remedio que dar la entrada del piso, para lo cual le sacó nueve mil euros al viejo, y subrogarse en la hipoteca lo que le supone 560 euros al mes. El sueldo y las comisiones le suponen unos ingresos medios de 1.200 euros al mes, pero como la comida, los gastos de teléfono y demás necesidades rutinarias son financiadas familiarmente, se puede permitir unos lujos en el vestir y en el holgar, a los que tendrá que renunciar en el momento que se case.
- Pues, ¿ que quieres que te diga, Pepito? ... que se nos han jodido las juergas nocturnas... Porque tu Mati te va a someter a un férreo marcaje y no se va a tragar, como tu madre, eso de las cenas de negocios que duran hasta la cinco de la madrugada...
- Manolo, ¿ no te parece que Matí está un poco gorda ?
Esto se lo preguntó esa noche. Después de comer, siguieron en la oficina hasta las nueve, porque estaban preparando la nueva promoción de chalets adosados en Carabaña, y después de comerse unas "vaguettes" con bonito y pimientos fritos con unas cañas en el bar de al lado, decidieron irse a tomar unas copas, aunque era lunes, y no habría demasiado ambiente. Llamaron a Justo, con el que formaban terna en sus mejores corridas, y quedaron en Moncloa.
Después del tercer cubata fué cuando le preguntó a Manolo si le parecía que su novia estaba gorda.
Éste que pesaba ciento cinco kilos y por lo tanto tenía una perspectiva algo mediatizada, le aseguró, hasta casi hacerse pesado, que Matilde estaba lo que se dice "algo llenita", pero que así había donde agarrar, no como esas modelos que están en el esqueleto y que ni tienen formas ni nada, vamos ... unos adefesios...
Justo que tambien estaba recibiendo presiones por parte de su novia para casarse, se quiso autoconvencer y no paraba de darle ánimos a su amigo, cantando las excelencias de lo que es la vida familiar, las ventajas de encontrarte en tu dulce hogar con la mujer a la que amas... Cuando llegan los hijos...
- Sí, terció Manolo, y no te dejan dormir por la noche, tienes que salir a prepararles el biberón, a cambiarles los pañales, tienen el sarampión y las paperas...
Con cinco cubatas de DYC con Coca Cola, las ópticas de las cuestiones suelen variar bastante, por lo general, así Pepito pasó del mayor desconsuelo oyendo las últimas palabras de su amigo, a una alegria desbordante cuando Justo volvió a declamar las innegables ventajas de la vida en pareja, teniendo en cuenta, además, que por ello no tenía que perder los increibles privilegios que le ofrecia su actual situación familiar.
- Porque, vamos a ver : Piensa cómo va a actuar tu madre cuando tenga su primera nietecita. No le va a faltar ni gloria. Si además sois un poco hábiles y lograis que se "piquen" las dos abuelas, vais a tener todo lo que querais. Los sábados a comer en casa de mamá, los domingos, con los suegros; cuando llegue un puente se sortea qué abuelos se quedan con la niña, y vosotros dos a disfrutar "el sobre" que tu mamá te habrá dado, sin que se entere tu padre, para que vayais un poco más desahogados. O sea, ¡jauja!...
A las dos y pico de la madrugada llegaba a su casa. Su madre, sin encender la luz, suspiró cuando oyó cerrarse la puerta de su cuarto, y en un momento de debilidad pensó que no vendría mal que su hijo empezara a sentar la cabeza de una vez... pero sin poder remediarlo volvió a recordar lo guapo que estaba vestido de marinero, cuando hizo la primera comunión...