Jordi Évole entrevista a Miguel Bosé; Pablo Motos da cancha a la Tamara Falcó, y ahora MásterChef ficha a Victoria Abril. Ya se que son casos distintos, pero tienen sus semejanzas.
Decía Évole en una entrevista que lo que pudiera decir Bosé no iba a convencer a nadie que pensase lo contrario. Por supuesto que las chorradas negacionistas que soltó Victoria Abril no hará cambiar la opinión de ninguna persona sensata, y posiblemente las irresponsables conclusiones de la heredera del marqués no consigan contagiar a los demás, ¿O si?
La realidad es que un pijo drogata confeso poco puede aportar y si no fuese hijo de sus padres y por su ya casi olvidada vida artística, nadie le daría la oportunidad de soltar la retahíla de sandeces que el dijo la otra noche en Televisión.
Otro tanto podríamos decir de la hija de Isabel Presley, cuyas opiniones no tienen mayor valor que las de cualquier mindundi a quien nadie le daría ninguna oportunidad para soltarlas en hora de mayor audiencia en la tele.
Y por supuesto que lo mismo se puede decir de aquella chica tan mona que hace ya mucho tiempo fue una buena actriz, pero que ya está en plena decadencia y no tiene más opción que decir cualquier barbaridad para que se hable de ella, aunque sea mal; y, por lo visto, ha conseguido lo,que quería, porque a Victoria Abril la han contratado para el programa de MásterChef.
Y es que desgraciadamente lo que de verdad importa en las televisiones es la audiencia, y a eso se supedita cualquier valor, porque al final “la pela es la pela”.
No se si el daño que pueden hacer estos personajillos es grande o pequeño, pero el problema no es que puedan opinar lo que les parezca, el problema está en que en horas de maxima audiencia puedan difundir mentiras y bulos con total impunidad y, desde luego, lo que si me atrevo a asegurar es que no benefician a nadie y nadie debería poner en juego la salud de todos nosotros por conseguir unos cuantos más espectadores.
Debo reconocer que yo no he visto ni las entrevistas de Bosé, ni el hormiguero con la Falcó, ni lógicamente la participación de la Abril porque todavía no ha empezado, aunque prometo no hacerlo. Entonces, me podríais preguntar cómo puedo opinar de algo que desconozco, pues sencillamente porque los medios de comunicación de toda índole se han aliado para actuar como altavoces de todas las necedades que están soltando estos descerebrados y entre todos han conseguido que todos nos enteremos de lo que han dicho. Y habría que preguntarse, ¿Por qué y para qué? Pues sencillamente porque todos son más o menos iguales.
Así que, en mi opinión, Jordi Évole, Pablo Motos y el director del programa MásterChef (cuyo nombre desconozco porque no veo nunca el programa) y el resto de los medios son, al menos, tan impresentables como el Bosé, la Tamara y la Victoria (Abril, por supuesto).
¡Huy, perdón, ahora resulta que yo también he caído en la trampa y estoy haciendo publicidad de toda esta gente!
De verdad, lo siento, ¡Perdón, mucho perdón!