Estamos asistiendo a una campaña electoral dominada por las redes sociales. Sin embargo, los partidos y las agrupaciones no se resisten a los “mítines” y presentación de candidaturas y “programas”, ni a la “pega” de carteles y pancartas por las calles; pero ya digo que la pugna está en su presencia en los medios sociales. Facebook es el campo de batalla donde contienden los candidatos y donde cuelgan sus mensajes, más o menos elaborados, aunque sus responsables de comunicación no demuestran un gran dominio de estas nuevas disciplinas.
Hasta la fecha no han publicado ningún programa completo y se están limitando a dar con cuentagotas sucintos comunicados en los que nos van dando un boceto de sus propuestas, pero sin profundizar en su contenido.
Me contaban que el cabeza de lista de una de las candidaturas decía que les estaban copiando su programa, cuando hasta ahora se habían limitado a lanzar consignas y manifestar buenos deseos para Chinchón, que poco tienen que ver con lo que es un auténtico programa electoral.
Por lo visto, en los mítines se reúnen los adeptos de cada partido y la asistencia de posibles votantes indecisos es anecdótica, por lo que difícilmente con estos actos van a conseguir nuevos votantes. Lo de los carteles y pancartas tampoco creo que vayan a decidir el voto de los ciudadanos y solo pueden servir para incrementar los gastos de campaña.
Buzonear los programas impresos, como se hacia antes, es costoso y tampoco garantiza que los votantes lo vayan a leer. Posiblemente, utilizar con una cierta profesionalidad las redes sociales, para publicitar sus programas electorales, parece los más idóneo, por su bajo coste y por su fácil difusión, si se emplean los medios adecuadamente.
De todas formas, de una u otra forma, sería de agradecer que, por fin, todas las candidaturas nos presenten de una vez sus programas electorales.
Lo de pedir un debate entre todos los contendientes, sabemos que es una utopía, y por eso ni se me ocurre proponerlo.