En mi periplo alrededor del mundo virtual, he vuelto a mi desierto en Chinchón, a la espera de partir de nuevo a otros destinos, y he podido asistir a la festividad del Corpus Cristi, que este año se ha seguido celebrando en domingo, a pesar de que el jueves había sido considerado como fiesta por la Comunidad de Madrid.
Aunque ya pasaron los tiempos en los que con este motivo se organizaban grandes acontecimientos teatrales y festivos, la fiesta se celebró como ya es costumbre, con la procesión por distintas calles del pueblo, que habían sido engalanadas con multitud de plantas ornamentales y colgaduras en ventanas y balcones.
También se hicieron varios altares en casas particulares y en las plazas por donde transcurrió la procesión.
Como también es tradición, los niños que habían hecho la primera comunión el día de la Ascensión, acompañaron al Santísimo Sacramento, vestidos con las galas que estrenaron ese día.
Como también es tradición, los niños que habían hecho la primera comunión el día de la Ascensión, acompañaron al Santísimo Sacramento, vestidos con las galas que estrenaron ese día.
Os dejo algunas fotografías de los altares, las fachadas y distintas instantáneas de la procesión.
Y me despido hasta una nueva visita cuando vuelva por aquí, añorando los viejos tiempos en los que en la noche de la víspera de este día, se hacían grandes luminarias por todas las calles del pueblo, para regocijo de todos los que participaban. Esta tradición terminó por una ordenanza municipal que prohibía hacer fuego en las calles que habían sido asfaltadas, para no deteriorarlas.
Hasta siempre.
El Eremita.