Además de la Misa Mayor en la Parroquia, y la Procesión con la Imagen del Santo, por distintas calles de Chinchón, se celebra en el patio del Castillo de Chinchón una reunión de hermandad de todos los cofrades, en la que se preparan aperitivos y bebidas para todos los asistentes.
Es sólo un "recordatorio" de lo que debía ser uno de los principales fines de esta hermandad -y de las demás-: La unión de los "hermanos" para compartir y ayudarse en tiempos de penuria y necesidad.
Con este espíritu nacieron las hermandades. Los fieles se unían en la devoción a su santo para ayudar a los que tenían necesidades, como muestra de la verdadera caridad cristiana... después, sólo después, se daba culto al Santo titular de la Hermandad.
Desgraciadamente ya sólo queda lo del "culto", con celebraciones que la mayoría de las veces han quedado claramente anacrónicas...
Realmente son éstos, otros tiempos.