En alguna ocasión me han preguntado de donde había sacado la idea del "eremita". Os voy a contar un pequeño cuento que escribí hace unos años y que titulé "SIMON EL EREMITA". Como es algo largo, lo voy a publicar en varios días, como se hacía antaño con las novelas por entregas:
SIMÓN "EL EREMITA"
Capítulo primero: ¿Quiere ser millonario?
- ¡ Es un momento histórico ! Por primera vez en nuestro concurso, vamos a efectuar la pregunta número quince, que como todos Vds. saben representa que si nuestro amigo Simón, responde correctamente, habrá conseguido la extraordinaria cifra de trescientos mil euros, es decir: CINCUENTA MILLONES DE LAS ANTIGUAS PESETAS...
- ¡ Pero eso será a la vuelta de la publicidad. No se les ocurra marcharse; en unos minutos pueden ser testigos de esta hazaña !
Se apagaron los focos, un ejército de maquilladoras, electricistas, regidores, decoradores, atrecistas, estilistas, asistentes y azafatas invadieron el plató para retocar los últimos detalles. Todos eran conscientes de que se iba a vivir un momento importante para la cadena. Con toda seguridad iban a alcanzar el mayor "share" del mes. Pero además esas imágenes se iban a repetir, con toda seguridad, no sólo en los programas de entretenimiento, sino que iba a ser noticia de apertura de varios telediarios.
Todos los teléfono empezaron a sonar. El Director General de la Cadena llamó al director del programa para darle ánimos. El Responsable de Publicidad dió instrucciones muy precisas de los "spots" que se debian incluir, aunque no estuvisen programados.
El presentador casi tuvo que apartar de un manotazo a la maquilladora que se empeñaba en disimular las gotas de sudor que le corrian por la frente.
Sólo Simón, aparentaba una total tranquilidad. Estaba viviendo esta esperiencia como un espectador privilegiado en una localidad "vip".
- ¡ Sesenta segundos ! gritó el regidor mientras levantaba su mano derecha, dispuesto a dar la señal de la reanudación del concurso.
Los focos inundaron, de nuevo, el plató, un ayudante levantó la pizarra en la que se leía " aplausos ", el presentador se ajustó el nudo de la corbata, bajó la mano del regidor...
- De nuevo con todos Vds. para vivir este momento histórico. Estamos en directo, - y mirándose al reloj - son las dieciocho horas y veinte minutos, y vamos a efectuar la pregunta número quince a nuestro amigo Simón...
Dirigiendose al concursante: ¿ Nervioso ?
- ¡ No ! dijo lacónicamente Simón, mientras veía en el monitor un primerísimo plazo de su cara.
- Sabes que no te queda ningún comodín. Has contestado, hasta ahora, con mucha seguridad; y si aciertas esta última pregunta vas a conseguir los CINCUENTA MILLONES. ¿ Qué piensas hacer con ellos ?
- Si te parece, primero jugamos y después ya habrá tiempo para pensar en ello, dijo Simón, sin que en su cara hubiese ningún signo de ansiedad.
- Pues vamos a ello. Por cincuenta millones de pesetas, díganos:
- Qué emperador de China, que vivió entre los años 248 y 195 antes de Cristo, fué el fundador de la Dinatía Han ?
A: Kao-Ti. B: Kao-Tsang. C: Kao-Tsu. y D: Kao-Tsung.
Aunque al regidor se le olvidó levantar la pizarra de "silencio", nadie se atrevía ni a respirar.
- Ya sabes, Simón, que te puedes plantar con los veinticuatro millones de pesetas que tienes ganados hasta ahora. Si no aciertas en la respuesta tendrías el premio de un millón y medio que ya es tuyo... ¿ Qué decides ...?
- Voy a contestar...La respuesta correcta es la A: Kao-Ti.
- A Simón se le ve muy seguro en su respuesta, vamos a marcar en ambar la respuesta A, pero... - Ahora el primer plano era de la cara del presentador - ¿ Fué Kao-Ti, el Emperador Chino, quien entre los años 248 y 195 antes de Cristo, fundó la Dinatía Han ?
Aquellos dramáticos seis segundos en los que la cámara enfocaba un primerísimo plano de los ojos de Simón, se hicieron eternos para los casi cinco millones y medio de espectadores que en eso momento sintonizaban la cadena...
- Síiiiiiiiii........
El realizador, manteniendo el primer plano de Simón, en el que apenas se pudo adivinar una ligera sonrisa en sus ojos, hizo un fundido con la vista panorámica del público que se había puesto de pié y aplaudía frenético sin necesidad de las indicaciones del regidor que intentaba, en vano, controlar la situación.
- Mi más sincera enhorabuena, Simón...
El presentador intentaba hacerse oir, mientras se acercaba a Simón con un cheque bancario en el que figuraba la cifra redonda de cincuenta millones.
- ¿ Contento ?
- Sí, mucho... pero, ¡ renuncio al premio !
- ¿ Cómo ? ¿ Ha dicho ...?
- Sí, que renuncio al premio... que no quiero el dinero...
- ¡ Pero eso no es posible...! ¿ Quiere decir que dona el premio a una ONG o Cáritas o a cualquier organización benéfica ?
- No. Simplemente que renuncio al premio. Si Vds. lo quieren donar a quienes les parezca, me parece muy bien... Yo no lo quiero.
Capítulo Segundo: Hogar, dulce hogar.
- Desde luego, ¡ tú, Simón, eres imbécil !
- Pero, ¿ en que estabas pensando, papá ? ¿ te has vuelto loco ?
- Ya estais con vuestra manía de hacer juicios de valor... Vamos, papá, danos una explicación de lo que te ha motivado a renunciar al premio.
- Gracias, hijo, al menos me das laz oportunidad de explicarme antes de empezar a insultarme como tu hermana y tu madre. Pues sí, os voy a dar "mis" razones para justificar esta " locura "...
Esta no ha sido una decisión precipitada, ha sido una decisión con premeditación, nocturnidad y alevosía...
- ¡ Y encima, nos tomas el pelo !
- No, si es la verdad. Cuando llamaistis al programa, sin mi consentimiento y me obligasteis a ir, a pesar de mis argumentos de que me exponía a hacer el ridículo y de que el dinero que podía ganar no lo necesitábamos, se me ocurrió la idea...
Hizo una pequeña pausa, y continuó:
- Si os dais cuenta, en todos los programas de televisión, y no sólo en los concursos, en todas las promociones comerciales, el dinero es la única motivación, y, por el dinero, la gente es capaz de cualquier cosa. Por otra parte cuanto más dinero hay en los premios, mayor es la audiencia. Los espectadores "viven" con los concursantes la posibilidad de solucionar de golpe todos sus problemas económicos y cambiar su vida sin tener que recurrir al esfuerzo diario...
- No te enrolles, papá, y ve al grano...
- De acuerdo, hija, voy al grano. Se me ocurrió que podía ser saludable que alguien, al menos una vez, dijese a todo el mundo que el dinero no lo era todo y que además lo demostraba. ¡ Ha sido la mayor satisfacción de toda mi vida !...¡ La cara que se le quedó al presentador..!
- ¡ Toma !, y a nosotros.
- ¿ Pero, papá, no pensastes que con esos cincuenta millones, Jorge Eduardo y yo tendríamos solucionado el problema de la vivienda, por ejemplo?
- En eso, Clara Emilia, tiene razón...
- Mirad, de esos cincuenta millones, la mitad se los queda Hacienda... Y además, vosotros lo que tenéis que hacer es trabajar, como hemos hecho todos, renunciar a muchos de los caprichos innecesarios que tenéis... o, al menos, id vosotros al concurso, y ganad los millones...
- Yo sabía que tu eras un poco raro, pero nunca pensé que podias ser tan memo.
Era lo que podríamos llamar una familia feliz...
Simón Castañeda López de la Hiruela, tenía cincuenta y ocho años. Aunque había hecho el bachillerato de letras terminó la Carrera de Económicas, después de hacer la de Filosofía y Letras. Tuvo suerte y después de trabajar en varias pequeñas empresas terminó formando parte del "staf" directivo de una multinacional dedicada a la Auditoría y al Asesoramiento a Empresas. Estaba muy bien considerado no sólo entre sus compañeros sino también en la Casa Matriz.
Alejandra Muñoz Cienfuegos, debía tener, aproximadamente, sus mismos años. Se conocieron en el Ramiro de Maeztu. Terminó Derecho y empezò a colaborar en el bufete de su padre, al frente del cual quedó cuando él se jubiló; aunque últimamente había ido dejando, poco a poco, la mayoría de los asuntos en manos de Saturnino Fernández, el hijo y sucesor del que fuera socio de su padre en el bufete Muñoz&Fernández que había llegado a conseguir un merecido prestigio de solvencia profesional, seriedad y eficacia en materia de Asesoría mercantil y fiscal.
Jorge Eduardo Castañeda y Muñoz, nació en el año 1970, fué un chico aplicado y terminó sin grandes problemas la licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid. Colabora con Saturnino en el Despacho y está terminando un Master en Derecho Fiscal por la Universidad Carlos III. No tiene novia.
Clara Emilia Castañeda y Muñoz, es dos años más jóven que su hermano. No fue muy buena estudiante y se decidió por la Carrera Técnica de Ciencias de la Información, en su rama de Audiovisuales, que terminó el pasado mes de septiembre. Todavía no ha encontrado trabajo y está decidida a hacer un curso de diseño por ordenador del que le han hablado muy bien. Su novio, Ernesto, tiene treinta años, es periodista y colabora con varias publicaciones. No han pensado todavía en casarse, porque son jóvenes y tienen que disfrutar de la vida. ¡Ah! lo de Clara Emilia sólo se lo llama su hermano, para todos los demás es Emily.
- Sí, ¡que eres memo! Que con esos millones podíamos habernos comprado el apartamento en la Playa o cambiar de coche, que con esa manía, también tuya, de que no te gustan los coches llevamos ya casi quince años con el mismo cacharro que el día menos pensado va a dejarnos tirados en cualquier parte.
- Ringgg... Ringgg....
- ¿ Sí ? Dígame... Sí..... No sé ... Sí... No, yo soy su hija.... Sí.... Espere un momento, se lo voy a decir....
- ¡ Papá, es el Director del Programa, Dice que si te puedes poner...
- ¿ Qué quiere ?
- No lo sé; no lo he entendido muy bien... parece que quiere que reconsideres tu postura y que aceptes el dinero.
- ¡Díle que no me quiero poner! ¡ y que no voy a cambiar de opinión !...¡Díselo así!.... ¡ que..... no .... lo ....quie... ro....!
- ¡ Tenias que ser de tu pueblo ! Dicen de los de Aragón... Además, ¿ Has pensado de lo que van a decir tus jefes, el lunes, cuando vayas al Despacho?
- No tienen por qué decir nada... Como mucho que soy una persona para el que el dinero no lo es todo...
- ¿ Y los amigos ? ¿ Qué van a decir los amigos ?
- Sabeis que os digo, ¡ que me importa un pimiento todo lo que piensen mis jefes, mis amigos y... mi familia ! Me voy a acostar.¡ Espero que mañana, cuando vayais a misa, no os parezca mi decisión tan abominable...
Capítulo Tercero: Opinión Pública.
- Buena la armaste ayer, Papá. Mira lo que dice el ABC:
"¡¡INSÓLITO!!: Un concursante renuncia a los 50 millones que había ganado"
En portada, bajo una fotografía de un primer plano de Simón, la palabra "insólito" entre admiraciones ocupaba una tercera parte de la página. Debajo, ya en letras más pequeñas, se daba cuenta de la renuncia a los millones.
Después, en la sección de sociedad, además de dar los detalles de lo ocurrido,a lo largo de cuatro páginas, se hacía una improvisada encuenta entre diversas personalidades de la política, de la Iglesia, de la sociología y de la opinión:
- "Ya era hora de que alguién demostrase que el dinero no lo es todo." - "Hay personas que no saben lo que hacer para llamar la atención." - ".. lo bien que hubiese venido ese dinero para cualquier ONG..." - "No debe estar en su cabales." - "Sólo por ideales religiosos se puede hacer una cosa así." - "La coyuntura económica de nuestro pais ha hecho que una conducta de este tipo sea la excepción que pone de manifiesto la degradación de la conciencia social en vigor."
- "Sin duda es un montaje de la Cadena de Televisión para hacerse publicidad." Con mayor o menor amplitud todos los diarios de tirada nacional daban la noticia de la renuncia de Simón.
Cuando esa mañana, como todos los domingos, salió de casa con su mujer para ir a misa de doce, Simón empezó a notar que los vecinos y conocidos del barrio le saludaban de una forma distinta... y después se quedaban cuchicheando en voz baja.
Al salir de misa, D. Onofre, el párroco, se hizo el encontradizo y le comentó lo bien que vendrían un par de millones para arreglar el tejado de la Iglesia...
Cuando le dijo a su amigo Eduardo que hoy no se iba a quedar a tomar el aperitivo, éste, que era el Presidente del Club de futbol del barrio, le insinuó la posibilidad de que cambiase de opinión y parte del premio dedicarlo al acondicionamiento del campo... que, desde luego, a partir de ahora se podría llamar "El Simón Castañeda"...
Dejó que su mujer se acercase sola a comprar el pan y, a toda prisa, se refugió en su casa, no sin antes tener que soportar el subir cinco pisos en el ascensor con su vencina del octavo que le miraba como si fuese un dinosaurio, aunque sólo se permitió comentar que el tiempo que estaba haciendo no se corrrespondía con la época del año...
- Papá, mira: Han llamado de Telecinco, de la Revista Interviú y de la COPE. Te he anotado los teléfonos y los nombres de las personas que han insisitido mucho en que están nuy interesados en poner en contacto contigo...
- Puedes romper todas esas notas, porque no pienso hablar con ninguno de ellos. Y a partir de ahora, si llama alguien, le dejais muy claro que no se molesten, porque no van a conseguir nada.
- Ringgg... Ringggg...
- Abre, Emily, debe ser tu madre que no se ha llevado las llaves...
- ¡Que vergüenza!...Vengo sin el pan... No veais cómo me miraban cuando he entrado en la panadería... Alguien ha dicho algo que no he logrado entender y todos se han puesto a reir...Me he marchado.. ¡qué vergüenza!... Y todo por tu culpa... Por favor, hija, dame un vaso de agua que me está subiendo un sofoco...y me va a dar algo...
- Tranquilízate, no es para tanto... Ya verás como en dos dias ya nadie se acuerda de esto y nos dejan en paz..
- ¿ En paz ? Cuando he llegado a casa, en el portal había un periodista con un fotógrafo que querian a toda costa subir a casa para hacerte una entrevista...
- ¿Les habrás dicho que no...?
- ¡Claro que les he dicho que no...! Conociéndote a tí.... Pero no pienses que se van a dar tan pronto por vencidos... A esos los tienes aquí hasta mañana, si no sales antes... ¡ qué sofoco !
- Toma, mamá un vaso de agua fresquita.... por cierto, ha llamado Ernesto y le he invitado a comer...
- Pues como no hagas tú la comida... yo no estoy para meterme en la cocina...
- Podíamos pedir algo al Chino - intervino Jorge Eduardo, que había asistido interesado al debate familiar y que se temía que iba a terminar haciendo de pinche si no se aceptaba la sugerencia de la comida china.
Simón apoyó la propuesta para cortar posibles tensiones añadidas, y mientras sus hijos hacian la lista del pedido se pasó a su habitación para ponerse cómodo.
- Papá, he pedido para tí dos rollitos de primavera y ternera en salsa agridulce, ¿Te parece bién?
- Si hija, le contestó desde su habitación mientras se colocaba las zapatillas de estar por casa.
Media hora más tarde llegó Ernesto. Traía todos los diarios que daban noticia de lo ocurrido. Cuando Emily le abrió la puerta le hizo señas para que los dejase en la mesita del "hall" y se llevó el dedo a los labios para pedirle silencio.
Cuando se sentaron a la mesa eran las tres de la tarde y en Telecinco empezaban las noticias. Un primer plano de la cara de Simón llenó toda la pantalla y debajo aparacía un subtítulo: "Renuncia a 50 millones". A continuación pusieron toda la secuencia de la última pregunta del concurso para cerrar con sus palabras:
" No. Simplemente que renuncio al premio. Si Vds. lo quieren donar a quienes les parezca, me parece muy bien... Yo no lo quiero."
Y el presentador prosiguió:
- Ahí lo tienen, señores espectadores. D. Simón Castañeda renunciaba así,con esta tranquilidad, a cincuenta millones de pesetas... ¿Altruismo..? ¿Snobismo..? Nosotros hemos intentado ponernos en contracto con él para que nos ampliase sus motivaciones, pero ha sido inutil, se ha negado a contestarnos. Saquen cada uno de Vds. sus conclusiones....
En todas las cadenas se hicieron eco de la noticia y en todas prometian intentar averiguar las "verdaderas" motivaciones de Simón para haber tomado esta decisión.
- Bueno, ¡ya está bien!, poned la 2, que va a empezar el ciclismo.
En la comida, prácticamente, nadie habló. Lo indispensable para pedir el agua, el arroz tres delicias... y poco más. Después que tomaron los plátanos fritos con miel y las nueces cantonesas con nata, que habían pedido de postre, Simón se levantó y sacó la botella de Chinchón dulce, mientras su hija empezaba a servir el café que había preparado en la cocina.
- Tu, Alejandra, ¿un poquito de anis en el café?
- Ya sabes que no puedo, porque estoy a régimen... Y además no tienes por qué ponerte amable conmigo...
Después dirigiéndose a su futuro yerno, que durante toda la comida, además de no decir palabra no se había atrevido a levantar los ojos de la mesa, le preguntó:
- Bueno, Ernesto, ¿Qué opinas del numerito que montó anoche tu futuro suegro?
- En fin... yo pienso... Bueno, creo que cada uno es muy libre de actuar como piensa...
- Sí pero eso de renunciar a cincuenta millones... ¡Hay que ser un poco memo..!
- ¡Vale, ya! Creo que anoche os dejé bien clara mi postura y no voy a volver a repetirlo. Al que le guste, pues muy bien; y al que no le guste...
No se atrevió a terminar la frase, aunque todos lo entendieron. Ernesto pidió permiso con los ojos a su novia y ante la aprobación de esta se atrevió a decir:
- La verdad es que renunciar a los cincuenta millones ha sido un golpe de efecto importante. Hoy todos los periódicos dan la noticia. El ABC le dedica la portada y más de cuatro páginas en la sección de sociedad...Y ya habeis visto la cobertura que las televisiones están dando a la noticia. Si se sabe aprovechar... esto puede valer mucho más de cincuenta millones...
- ¿Que quieres decir? preguntó su suegra, mientras en sus ojos volvía a aparecer una chispita de interés.
- Pues eso, que si se da un poco de suspense, y se negocia una buena exclusiva... Si se seleccionan varias entrevistas en los programas de mayor difusión... eso puede valer más de cincuenta millones... Yo conozco el medio y podría conseguirlo facilmente... En fín... eso si os parece bien...
- ¿Cómo me va a parecer bien..? ¿Cómo tengo que decir que no quiero dinero..?
Se levantó, cogió el suplemento dominical y se encerró en su cuarto.
El teléfono no paró de sonar en toda la tarde...
(Continuará... mañana)