Hay nubes llenas de pena
en el cielo de esta tarde.
No hay niños jugando al corro
No hay niños jugando al corro
en la esquina de mi calle,
ni manos juntas que sueñan
entre las flores del parque,
ni pájaros en las ramas,
ni cisnes en el estanque.
Sólo unos ojos de niña
pegados a los cristales,
y una tristeza en el canto
de la lluvia cuando cae...
Es como un algo lejano
que no es mio ni es de nadie:
es como sentir de pronto
que te está doliendo el aire.
José Manuel de Lapuerta.
Madrid, 3 de mayo de 1969