Chinchón siempre fue un pueblo agrícola y nunca se dio facilidades para que la industria llegase a nuestro pueblo. En la posguerra se habló de que se había podido instalar aquí una fábrica de penicilina, y la de Galletas Cuetara, pero la realidad es que sólo tuvimos las fábricas de anís, la fábrica de cintas y los telares de alfombras. Después las fábricas de anis hubo que sacarlas del casco urbano y ya solo queda la Alcoholera.
También los difíciles accesos al pueblo por el mal estado de las carreteras y la distancia con las carreteras nacionales, no facilitaron la llegada de más industrias
Los telares y la fábrica de cintas, que durante años dieron trabajo a las mujeres de Chinchón, ya cerraron y la fábrica de anís está muy mecanizada y tiene pocos puestos de trabajo. El hecho es que ya solo nos queda la Industria turística que es actualmente la más importante actividad económica de Chinchón.
Las industrias de carácter agrícola como las bodegas y las almazaras y las ganaderas, como la fabricación de queso, están también muy mecanizadas y tampoco generan una cantidad importante de mano de obra.
Parece que una actividad industrial no sería compatible con el turismo; sin embargo si sería compatible un polígono industrial, a una distancia prudencial del pueblo, que podría ser compartido con los pueblos vecinos de Colmenar de Oreja, Belmonte de Tajo, y Valdelaguna, y al que se podría buscar una ubicación equidistante de todos ellos, y que le podría hacer viable con la sinergia de todas las localidades.
Y conjuntamente con esta industria, habría que hacer de Chinchón un pueblo residencial, ya que estamos a solo 50 kilómetros de la Puerta del Sol, y se podría vivir en Chinchón y trabajar en Madrid, además de vivir en Chinchón, y trabajar en Chinchón con las oportunidades que brinda el teletrabajo.
Y como se está terminando la campaña electoral, es hora de ir cerrando esta sección hasta dentro de cuatro año, cuando diremos, si es que vivimos, más o menos lo mismo.
Y mañana haremos nuestra quiniela de ganadores...