El pasado martes por la noche, la sexta entrega de Palo y Astilla ha contado la historia personal de José Sacristán. Un padre, ‘el Venancio’, encarcelado tras perder la Guerra Civil, con un recio carácter. Y una madre, ‘la Nati’, cariñosa y comprensiva. Son los dos pilares que definen y explican al actor José Sacristán, unido a Chinchón, el pueblo que le vio nacer y que sigue formando parte importante de su vida. Sacristán descubre en sus padres el origen de su amor por el arte y su compromiso político y social.
Una vez más, nuestro paisano mostró su personalidad y nos dejó una muestra de su compromiso personal con su profesión y con sus principios, y su pertenencia a una tierra a la que siempre se ha considerado unido.
Una oportunidad más para demostrar su cariño hacia Chinchón.