84.- Los
Pósitos. (Cultura)
Los
Pósitos eran organizaciones a las que los fundadores dotaban con trigo, con el
que se hacían préstamos a los agricultores para la siembra. Ellos lo tenían que
devolver cuando realizaban la cosecha con un rédito de medio celemín por
fanega, es decir, por cada dieciséis kilos recibidos, tenían que devolver dos
más y posteriormente, a partir del año 1615, el tipo de interés se estableció
en el pago de un real por fanega.
Este
trigo se almacenaba y con él se iba haciendo pan cuando había carencia y se repartía
entre los "pobres vergonzantes", según se indicaba en un acuerdo del
Concejo del año 1663. Con los beneficios que se obtenían se compraron almacenes
o paneras, con lo que el capital de estos pósitos llegó a ser importante.
La
madre del III conde de Chinchón, don Diego Fernández de Cabrera y Bobadilla,
doña Mencía de la Cerda y Mendoza, en su testamento firmado en Madrid el día 30
de abril de 1597, crea un pósito en favor del pueblo de Chinchón.
En
Chinchón, hubo tres, el primero llamado del Rey, concejil o público,
constituido, a finales del siglo XVI, por el pueblo y administrado por el
Concejo; un segundo, el mencionado de doña Mencía, dotado con quinientas
fanegas de trigo, dejando la administración al cura párroco, alcaldes y
regidores de la Villa ;
y un tercero, posiblemente el primero en su creación, creado por el cura
Beltrán del Castillo, dotado con trescientas fanegas de trigo y administrado
por el Concejo.
Estos
tres pósitos se fundieron en uno solo en el año 1792 y quedó prácticamente extinguido
en el año 1836, cuando hubo que entregar trigo y dinero, a título de préstamo,
a la Diputación Provincial y a la Comisión de Armamento y Defensa para la
movilización de la milicia nacional, sin que se llegase a reintegrar estas
cantidades. En el año 1855 aún se adeudaba al Ayuntamiento la cantidad de
sesenta y siete mil setecientos cincuenta y cinco reales.
Relator independiente.