¿A que suena extraño la palabra luego, así sola? Estamos acostumbrados a escucharla después de "hasta" o "desde", pero así sola, casi no sabemos qué significa.
Y luego significa después y es, desde luego, un adverbio muy socorrido. Pero también es muy poco preciso. Como rato; como porción, como pizca.
Y luego es también el adverbio de los perezosos, de los que siempre dejan todo para luego. Y, desde luego, luego es el adverbio más utilizado por los políticos, porque piensan que luego todo será mejor, que todo cambiara sin necesidad de cambiar nada ahora. Y es que luego y ahora son dos palabras antagónicas.
Ahora es el adverbio del trabajador y del emprendedor; de los que desde pequeños se aprendieron bien aquello de que no había que dejar para mañana (luego) lo que pudieran hacer hoy (ahora).
Luego, (utilizándolo como conjunción, en la acepción de "por consiguiente" que popularizó el expresidente Felipe González) yo propondría que se aboliese del diccionario para siempre la palabra luego, o al menos, que se desterrase a un país lejano, digamos de África, de donde es tan difícil salir; que fuese una palabra proscrita y no se pudiese ni decir ni escribir, y cuando ya nadie pudiera usarla, no tendríamos más remedio que empezar a trabajar ahora mismo, sin posibilidad de poder dejar las tareas para luego.
¿Qué pasaría?
Luego os cuento.