En estos días en que nace la primavera, no está mal darse un buen paseo matinal por el campo para contemplar como va despertando la naturaleza. Te vas a encontrar las cepas aún a la espera de sus primeros brotes, junto a la flor del almendro que empieza a lucir con sus tonalidades blancas, verdes y rosadas que parecen entonar un himno de alegría y esperanza.
Por los caminos, junto a los árboles que empiezan a florecer, siempre encontrarás caminantes que, como tú, van haciendo también su camino.
Y de vez en vez se irán parando bajo la sombra de esos árboles en flor y esos otros que aún parecen petrificados por los fríos del invierno que ya empieza a retirarse en huida.
En las laderas del camino, seguro que irás encontrando las notas vibrantes y amarillas de las aulagas y los cañaverales dorados que contrastan con los verdes árboles y los ocres de las tierras. A lo lejos, más caminantes que parecen se van a desvanecer en cualquier recodo del camino.
Y con el apoyo de tu cayado irás volviendo a tu partida, con el ánimo cargado de naturaleza y de la belleza que solo puedes encontrar en estos primeros días de la primavera recién estrenada.
Las fotografías son de m.carrasco.m. tomadas en las tierras albaceteñas de la Manchuela.