Alonso del Arco nació en Madrid en el año 1652. Sordo y mudo de nacimiento, era discípulo de Antonio de Pereda y conocido como “El Sordillo de Pereda”. Fue un artista prolífico, aunque sus muchos trabajos firmados son de calidad desigual, porque muchas de sus obras eran realizadas en su estudio y, después, solamente retocadas o firmadas por del Arco.
En otros trabajos se advierte la influencia de la calidad de la técnica de Pereda. Fue un representante típico de la escuela de Madrid y alcanzó fama de buen retratista y con gran habilidad en el manejo de los colores.
El pintor desvela en este óleo su estilo barroco propio de la Escuela de Madrid. Del Arco contribuye con su obra en uno de los periodos más coherentes y más brillantes de la pintura española.
Entre sus obras más apreciadas están un retrato Santa Teresa de Jesús, una Inmaculada Concepción y un retrato de Miguel de Cervantes que se le atribuye, que había donado a la Academia el Conde del Águila y que aparece en la “Vida de Miguel de Cervantes Saavedra y Análisis del Quijote” escrita por Vicente de los Ríos,
Además pintó la tabla titulada “El Divino Pastor” que servía de puerta al tabernáculo en el retablo barroco-churrigueresco que existió en el Monaterio de la Inmaculada Concepción de las madres franciscana clarisas de Chinchón.
En este retablo aparecía también un cuadro central de la Inmaculada Concepción que algunos historiadores atribuían a Lucas Jordán y otros a Francisco Rizi, aunque también pudo intervenir en su ejecución el propio Alonso del Arco.
El pintor murió en Madrid en el año 1700.
La tabla del Divino Pastor la hemos podido ver en la exposición de “Los Tesoros de la Clausura” que, como ya hemos venido anunciando, estará abierta hasta el próximo día 9 de diciembre en el Convento de las madres clarisas de Chinchón