-"¡Eres un inútil y no sirves para nada! ¿Qué sería de ti si yo no me ocupase de todo? Tengo que prepararte hasta lo que te pones cada día... si no, irías hecho un adefesio. Y no digamos de tu falta de sangre... es que me llevan todos los demonios... ¡Si no eres capaz de tomar ninguna iniciativa! Si vas a permitir que te pase por encima todo el mundo...
¡Entérate bien! Hoy, cuando despaches con el presidente, le dices claramente que lo de director general no es suficiente, que tú eres el más indicado para ser el vicepresidente..."
Detrás de una gran mujer... hay, casi siempre, un pobre hombre.