Ya hacía tiempo que no hablaba con mi amigo Elpidio. Lo veo muy de tarde en tarde, pero siempre es grartificante hablar con él. Tenemos amigos comunes y me comentaba cómo me podía relacionar con personas con tan diferentes puntos de vista sobre política, religión, economía, arte, literatura, y cómo no estábamos siempre a la gresca. Yo le argumentaba que éramos personas educadas y sabíamos comportarnos dentro de las normas de urbanidad que aprendimos cuando éramos pequeños y nos eseñaban esas cosas.
Yo le dije que, no obstante, notaba una gran crispación en la sociedad, e inevitablemente siempre salía a relucir en cualquier conversación, la “maldita crisis”, aún entre personas que no la estaban sufriendo.
Él me dijo que ya lo tenía superado. Antes sólo leía el País, escuchaba la Ser y veía la Sexta, y todo le parecía de color de rosa y era feliz. Sus amigos le decíamos que estaba viviendo en una galaxia irreal y que tenía que escuchar también otras opiniones. Entonces empezó a comprar El Mundo, escuchar la Cope y a ver Telemadrid, Libertad Digital e Intereconomía.
- "Me pasaba todo el día cabreado, oye , pero ahora sí que conocía la realidad".
Hasta que se cansó. Era imposible vivir en ese estado de desasosiego permanente, viendo cómo la hecatombe estaba tan cerca, la Patria se hundía y estaba a punto a llegar el mismísimo Anticristo camuflado entre tanto rogerío.Todas las noches se acostaba dudando seriamente si a la mañana siguiente seguiría amaneciendo, después de escuchar los vaticinios de los del “Gato al agua”.
- ¡Ya está me dije! -me contó él- :
- “Los lunes y miércoles oiré a Pedro Jota, a Federico, a César Vidal y Herman Tertsch. Estos días también escucharé las declaraciones de Mariano, Cospedal e, incluso las de Aznar. Los martes y jueves a Buenafuente, a Iñaqui Gabilondo, a Enric Sopena y a Maria Antonia Iglesias y veré en los Telediarios los que dice Zapatero, La Pajín y Pepiño Blanco. Los viernes sólo veré a Jorge Javier y a Cantizano y los fines de semana, sólo deportes”.
- ¿Y da resultado?
- Posiblemente no, pero al menos ya no me tomo en serio a ninguno de ellos... Bueno, a Belén Esteban, sí.