A las doce de la noche, del Sábado Santo, después de los santos oficios retrasmitidos desde el Vaticano, y oficiados por Benedicto XVI, Popular Televisión ofreció en diferido la Representación de la Pasión de Chinchón.
Aunque era en diferido se emitió íntegramente, sin cortes ni montajes, tal y como fue tomada en directo, con una duración de cerca de dos horas y media, puesto que antes de la representación emitieron un reportaje promocional sobre los atractivos turísticos, culturales y gastronómicos de nuestro pueblo.
Lo primero que tengo que decir es que algunas de las imágenes de la retransmisión de la Pasión fueron espectaculares y que la actuación de los actores se puede calificar de excelente a pesar de lo arriesgado que puede ser para ellos, una grabación de estas características.
Lo primero que tengo que decir es que algunas de las imágenes de la retransmisión de la Pasión fueron espectaculares y que la actuación de los actores se puede calificar de excelente a pesar de lo arriesgado que puede ser para ellos, una grabación de estas características.
La Pasión de Chinchón no se concibió para ser retransmitida en directo por Televisión. Los conceptos en los que se basan la Pasión de Chinchón y una emisión televisiva son opuestos. Y es que cada representación o espectáculo requiere un espacio adecuado. Por ejemplo, a nadie se le ocurriría programar “El club de la comedia” en un estadio de fútbol, o un concierto de cámara en una verbena popular.
En la Pasión hay mucha acción y muy poca interpretación. Esta ideada para ser vista a una cierta distancia por los espectadores. Tiene poco diálogo y hay muchos “tiempos muertos” ocasionados por los traslados de uno a otro escenario, lo que hace lenta y premiosa la acción. Y además el audio es “Play-bac” lo que supone un riesgo evidente si la cámara toma un primer plano del actor cuando va a empezar a hablar. Afortunadamente todos salieron airosos de este reto.
La televisión requiere dinamismo, primeros planos, diálogos, y que los “tiempos muertos” pasen lo más desapercibidos posible. Para ello se suele utilizar un presentador o un comentarista que habla durante estos tiempos, generalmente aportando datos interesantes y complementarios a lo que el espectador está viendo. Este cometido es sumamente delicado y difícil y requiere un guión medido que nunca debe ser improvisado.
Sólo profesionales muy avezados y grandes conocedores de lo que se está retransmitiendo podrían ser capaces de asumir este reto sin atenerse a un guión previamente estudiado y escrito.
Si además el tema es serio y se intenta dar un sentido de estricta religiosidad y un enfoque catequístico de la representación, hay que tener mucho cuidado con los comentarios que pretenden ser graciosos y ocurrentes, porque en la mayoría de las veces resultan cuando menos poco apropiados.
Otro problema que presenta esta clase de representaciones, por su complejidad y dispersidad de los escenarios, es la necesidad de medios técnicos suficientes para cubrir todas las necesidades. Y sobre todo, precisan de un realizador que conozca bien lo que se va a retransmitir y sea capaz de ubicar las cámaras en los lugares apropiados.
Sin ánimo de ser exhaustivo, sólo hacer mención a que en la cena, con haber variado la posición de las dos cámaras que tomaron las imágenes sólo un metro, se habría evitado que Jesús estuviera casi siempre tapado por una de las maderas del balcón. En la escena de la crucifixión, como ya ocurrió en la anterior retransmisión, la cámara que enfocaba el calvario, cogía en su margen superior derecho cómo la gente subía y bajaba por la calle Grande, distrayendo la atención en la escena más importante de la Pasión.
Y para terminar, una pregunta; bueno, dos: ¿A quien interesa que la Pasión se retransmita por televisión? y ¿Para qué?Parece ser, si mis fuentes son fidedignas, que Popular Televisión no ha pagado nada por esta retransmisión y que además ha recaudado fondos de las industrias turísticas de Chinchón por la promoción que hacía del pueblo. Normalmente, cuando una televisión retransmite una representación, paga por ello y entonces busca los patrocinadores.
En este caso, ¿quien se ha beneficiado de esta retransmisión? ¿Merece la pena arriesgarse a ofrecer una mala imagen por falta de profesionalidad o desconocimiento de los que van a hacer la retransmisión a cambio de nada; cuando además se tiene un prestigio conseguido a lo largo de casi cincuenta años? ¿Es rentable patrocinar una emisión de las o horas a las 2,30 de la madrugada en un Sábado Santo?
Perdón, porque han sido más de dos preguntas.
Fotos: M.carrasco.M. 2009.