Como ya todos conocen, el pròximo sábado día 29 de noviembre se inauguran la jornadas sobre la "Condesa de Chinchón: Fusión de Historia y Arte", que ha convocado el Colectivo de Artistas de Chinchón, (CACh) con la colaboración y patrocinio del Ayuntamiento de Chinchón, la Caixa y el Parador de Turismo de Chinchón.
Durante toda esta semana iré aportando datos sobre este acontecimiento cultural que se va a desarrollar en Chinchón.
Cuando hace unos días publiqué la historia del cuadro de la “Condesa de Chinchón”, comentaba que de los inicios del cuadro se sabía muy poco debido a que habían desaparecido los archivos de los herederos de la Condesa de Chinchón. Sin embargo, cuando el cuadro llegó al Museo del Prado, se hizo un estudio detallado del mismo, aplicando las nuevas técnicas de los rayos x.
En las radiografías que se hicieron del lienzo aparecen tres retratos, y junto a la condesa, pero en sentido inverso, se pueden identificar las cabezas, manos, un sable, piernas, en una mezcla que requerían una exploración más detenida.
Los expertos coinciden que los dos personajes masculinos que fueron pintados por Goya, puede tratarse de José Alvarez de Toledo y Gonzaga, marqués de Villafranca, que coincide con el que se conserva en el Museo de Chicago; y de Manuel Godoy, príncipe de la paz y esposo de la condesa, al que el autor de Fuendetodos habría pintado en una época posterior, tal como aparece en la obra que se conserva en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Según el estudio de estas imágenes, Goya pintó primero al marqués y luego superpuso a Godoy en la misma tela que reutilizó, dándole la vuelta, para pintar a la Condesa de Chinchón. El cuadro "está bien conservado", según la conservadora Carmen Garrido, jefa del gabinete de documentación técnica. "Está muy poco manipulado, con la tela original, tal como fue pintado. No está tocado, aunque el bastidor no es de origen; por lo que no ha tenido ni doble tela ni repintes desde que fue creado en el año 1800". Manifestó también “que la tela en la que se pintó era de mantel de muy buena calidad”.
La utilización de cuadros pintados para realizar uno nuevo, ya sea porque no gustó al retratado o, una versión más posible, que el artista prefiriera aprovechar un cuadro ya preparado, lo que facilita la pintura, no es una novedad en Goya, pues el genio de Fuendetodos pintó, en varias ocasiones, unas obras encima de otras. Este es el caso de un retrato de Manuel Godoy que figuraba debajo del conocido como El Garrochista y las pinturas negras, debajo de las cuales existe un paisaje.
La condesa de Chinchón fue definido entonces por el director de la pinacoteca, Francisco Checa, como "el retrato particular más importante, al menos el que más significado tiene. Es una de las grandes obras de Goya que todavía estaba en manos particulares". La llegada al Prado no fue fácil, ya que en 1993 se especuló que podría comprarlo Ibercaja después de que los Rúspoli no llegaran a un acuerdo con el Museo. Tras unos años de silencio y tras la compra por parte del Estado, tanto el Prado como la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando defendieron la idea de acogerlo. También se hizo desde Aragón, para que pudiera estar en el futuro Espacio Goya. Al final, el Prado se quedó con ella.