Ya que estaba por Aragón, he cogido el Google de cercanías para acercarme hasta Anso que es un pueblecito de la Provincia de Huesca, perteneciente a la comarca de la Jacetania y cuenta con una población de 397 habitante. Un pequeño pueblo con pocos habitantes, como a mi me gustan, posiblemente por mi vocación de eremita.
Se sitúa en el curso medio del Valle del Río Veral , en el Pirineos occidental aragonés. Su término municipal se extiende hacia el Este, más allá del valle que recorre el río Veral. Históricamente está mancomunado con la localidad de Fogo que posee, a su vez, Ayuntamiento propio, aunque sin delimitación de territorio, caso poco repetido en el resto de España. Está suscrito al partido judicial de Jaca.
Parte de su término municipal está ocupado por el Parque natural de los Valles Occidentales y el Paisaje protegido de las Foces de Fogo y Binies.
La principal actividad de Ansó ha sido desde siempre la ganadería, especialmente centrada en la cabaña ovina, de ahí la gran tradición ganadera trashumante de las gentes de este valle, práctica que, a comienzos del siglo XXI ha dejado de producirse.
Igualmente han existido actividades agrícolas, aunque buena parte del término municipal se sitúa por encima de la altitud de 1.000 m, que en el Pirineo equivale aproximadamente al límite por encima del cual la agricultura no es viable económicamente hablando.
Como sucede en Fogo y en otros lugares próximos, existía una corriente de emigración temporal femenina a Mauleon, en Francia, conocida como "emigración golondrina". Allí trabajaban en las fábricas de alpargatas o a servir en las casas de esta región fronteriza, mientras que los varones de la familia se dedicaban al cuidado del ganado. Una jota refleja esta dura realidad de épocas pretéritas:
"As mozas se'n ban ta Franzia, os mozos ent'a Ribera, adiós Paco d'Ezpelá, polidas eslinaderas."
En los últimos tiempos, como sucede en otros puntos del Pirineo, Ansó viene recibiendo un importante flujo de visitantes, lo que ha generado una creciente actividad encarada al turismo. No obstante, se ha sabido evitar, hasta ahora, la masificación turística, como es notorio. La reciente declaración de Bien de Interés Cultural otorgada a la Villa de Ansó contribuirá a preservar los valores arquitectónicos, paisajísticos y ambientales que encierra todo su conjunto.
En la localidad, además del español, se habla el ansotano, una variante de la lengua aragonesa utilizada en el Pirineo occidental.
La particular arquitectura del pueblo hace que, entre casa y casa, se hayan dejado unos estrechos pasillos que aquí se llaman “arteas”, de unos cincuenta centímetros de ancho y que constituyen una de las características de la pequeña urbe original.
La iglesia parroquial de San Pedro, de enorme volumen y concepción defensiva (matacán y aspilleras), de estilo gótico, del siglo XVI, y de portada plateresca con un interesante retablo barroco y una cruz procesional renacentista también del siglo XVI. Se asienta sobre el lugar que ya ocupó un templo en el siglo VI.
Museo Etnológico (en la Iglesia parroquial de San Pedro), abierto al público en 1974.
Museo de Arte Sacro (también en la parroquia de San Pedro).
El último domingo del mes de agosto de cada verano, la localidad de Ansó celebra el Día de la Exaltación del Traje Ansotano. Durante todo el día el pueblo recupera una imagen que no hace tantos años que era cotidiana. De hecho, hasta 1930 eran mayoría los ansotanos que iban vestidos con el traje y hasta finales de siglo XX algunos vecinos mantuvieron la tradición. Esta celebración se lleva a cabo desde el año 1971 y su carácter singular y de gran valor cultural han motivado que haya sido reconocida como de Interés Turístico Nacional.