El mural en el "Club Santiago" realizado por
Tito Lozano y Manolo Carrasco en el año 1966.
93.- Fundación Aparicio de la Peña de Chinchón. (Cultura)
La expulsión de
los frailes agustinos por causa de la desamortización de Mendizábal, tuvo una repercusión
nefasta en la Educación de Chinchón, y
desde entonces la situación había sido muy precaria.
En el año 1930
se va a hacer en Chinchón el primer intento serio para la creación de unas
escuelas en las que se imparta una educación de calidad de marcado carácter
religioso.
Se inaugura un espacioso colegio en la casa que había
sido propiedad de la Familia Aparicio de la Peña, para trescientos niños de
ambos sexos. Se nombró director del colegio de los niños a D. Valentín López y
para el de las niñas, a doña Carmen Moreno. Este Colegio fue el resultado de la
fundación que crearon doña Fidela y doña Paula Aparicio de la Peña, secundadas
por el esposo de la segunda, don Alfredo de la Peña, destinando la mayor parte
de sus fortunas a la creación y mantenimiento de un centro católico de
enseñanza.
El colegio de los niños, que se ubicó en un nuevo
edificio en la calle que hoy se llama de los Hermanos Maristas, con vuelta a la
Ronda del mediodía, se encomendó a los hermanos maristas, y el de las niñas, en
la casa de la calle Benito Hortelano, a las hijas de Cristo Rey.
Al año siguiente, se proclama la República, y de acuerdo con sus normas, la Junta Local de Instrucción Pública, se convierte ahora en el Consejo Local de Primera Enseñanza, y en Chinchón se constituye el día 4 de febrero de 1932, y en ella hay un representante del Ayuntamiento, el médico y tres padres de familia.
Para cumplir
con la legislación vigente, la Fundación de los Hermanos Aparicio de la Peña
comunican la apertura de dos escuelas gratuitas de 1ª enseñanza, una para niños
y otra para niñas que, como hemos visto, había empezado a funcionar dos años
antes.
Llega la guerra
y en el año 1936, los curas, los frailes maristas, las monjas clarisas y las de
Cristo Rey son obligados a abandonar Chinchón. Se cerraron, por tanto, los
colegios religiosos y fueron depurados varios maestros por sus ideas contrarias
a la república, con lo que sólo quedó un colegio estatal, situado en la calle
de los Huertos. Durante los años que duró la guerra muchos niños dejaron de
asistir a las clases, a pesar de que en varias actas de las juntas del
Ayuntamiento se indicaba la necesidad de que todos los niños fuesen
escolarizados, dando orden de que, al menos, los niños no estuviesen por las
calles en horas lectivas.
Terminada la guerra, de nuevo regresan a Chinchón los sacerdotes y las monjas,
tanto las de Cristo Rey como las de clausura que habían tenido que trabajar en
Madrid como criadas durante la guerra. No así los frailes maristas, ya que cuatro
de ellos habían sido fusilados durante la guerra. Por este motivo, el colegio
de niñas de Cristo Rey es trasladado al que había sido de los maristas, y el
colegio de la calle de Benito Hortelano se cierra definitivamente.
En el año 1951
se inaugura el nuevo Grupo Escolar “Hermanos Ortiz de Zárate” que soluciona la
carencia de escuelas en Chinchón, al menos en cuanto a la enseñanza primaria.
Mucho después,
con fecha 24 de febrero de 1967 el Ayuntamiento acuerda solicitar del Estado la
construcción de un Colegio Libre mixto de Enseñanza Media elemental, a ubicar
en los antiguos colegios de la fundación Aparicio de la Peña. En esos años,
Chinchón tenía una población de 4.338 habitantes, y 350 niños entre los 10 y 14
años.
El 20 de julio de 1967 se crea el Colegio Libre de Enseñanza Media, de Grado
Elemental de Chinchón, bajo la dependencia del Instituto Nacional de Enseñanza
Media de Aranjuez, creándose dos cátedras, una de Ciencias y otra de letras,
nombrándose directora a Dª María Cecilia Vivero Ceréijo y subdirectora a Dª
Inmaculada Ruiz Santos, y director espiritual a D. Moisés Gualda Carmena. Se
sitúa definitivamente en los locales de la calle Benito Hortelano.
Van pasando los años y, poco a poco, el Grupo Escolar se fue quedando pequeño
por el aumento de la población infantil y por la desaparición del Colegio de
Cristo Rey, que queda abandonado y desde entonces ha llegado a un deplorable
estado que amenaza ruina.
En el año 1974
se tienen que habilitar unos locales en los bajos del nuevo barrio del Pilar,
para las clases de párvulos. Estos locales no reunían las condiciones mínimas
para este cometido, ya que los niños, de corta edad, tenían que jugar junto a
la carretera en las horas del recreo, con el peligro que ello suponía.
A finales de ese año, un grupo de padres, encabezados por José Luis Magallares,
Antonio Macías y Manuel Carrasco, crean la Asociación de Padres de Alumnos del
Colegio Público "Rafael y Joaquín Ortiz de Zárate" y consiguen de las
autoridades civiles y religiosas -que eran las gestoras de la fundación
Aparicio de la Peña- que estas clases para los niños pequeños fuesen
trasladadas a lo que antes fue el Colegio de Cristo Rey en el curso siguiente.
Esto es sólo una medida provisional y en mayo del año 1982 se hace una
ampliación del Colegio en una nueva edificación en terrenos junto a la Ronda de
Mediodía, a donde se trasladan las clases de los niños de segundo ciclo,
dejando el viejo Grupo Escolar, para los niños más pequeños.
El 1 de junio
de 1977 se firma un acuerdo entre don Jesús del Nero, en representación del
Ayuntamiento y la Fundación Aparicio de la Peña, representada por el Sr.
Cardenal D. Vicente Enrique y Tarancón, para que en las instalaciones de la
calle Benito Hortelano nº 14 se instale un Colegio de B.U.P., el Colegio Mixto
Homologado "Santiago".
Por orden de 1 de Agosto de 1988, el Centro Homologado "Santiago" de
Chinchón, dependiente del Instituto de Bachillerato de Aranjuez, cesa en su
actividad con efectos de final del curso de 1987/88 y se dispone el comienzo de
las mismas en el Instituto de Bachillerato de Chinchón, para dar cumplimiento a
lo dispuesto en el Real Decreto 818/1988 del 20 de Julio. (BOE nº 179 de 27 de
julio de 1988. Al instituto se le da el nombre de "Carpe Diem".
Como se ha
dicho, los locales del antiguo Colegio de Cristo Rey están totalmente
abandonados y en estado de ruina. Los otros locales de la Fundación Aparicio de
la Peña, además de acoger, como hemos visto, los Colegios de Enseñanza media,
hasta que se construyó el nuevo Instituto, fueron sede en varias ocasiones de
la Acción Católica y de otros movimientos religiosos, habilitándose un Club
Parroquial, el "Club Santiago", en la planta Baja, que fue un lugar
de reunión para la juventud.
En la actualidad, este edificio fue rehabilitado y no tiene una actividad
permanente, aunque se suelen hacer algunas reuniones parroquiales. Tan sólo se
usa como residencia de un fraile, que tiene allí su vivienda. Pero desde luego,
no tiene la finalidad de enseñanza - de carácter religioso - para la juventud
de Chinchón, que era la finalidad que definieron sus fundadores.
Relator independiente.