Como ya comentaba hace unos días, el próximo día 26 de octubre se conmemora el 150 aniversario del primer festival benéfico Taurino que se celebró en Chinchón, organizado por Salvador Sánchez “Frascuelo”
Según anuncia Cultoro “ya se conoce el cartel para el Festival en su 97 edición. Será el domingo 24 de octubre a las 17:00 horas y se lidiarán reses de Antonio Bañuelos para Manuel Escribano, Andrés Palacios, Alberto López Simón, José Garrido, Álvaro Lorenzo y los novilleros Aitor Fernández y Álvaro Chinchón.”
Con este festival se completará el siglo y medio de esta tradición ya tan arraigada en nuestro pueblo.
También anuncia que el miércoles día 20 en el Mesón Quiñones se presentará el cartel, dentro de las “jornadas taurinas” ya tradicionales en los últimos años.
En estas jornadas, está prevista la presentación del libro “Festivales Taurinos Chinchón: 1871-2019” del que es autor Raül Panadero García, en el que ha recopilado todos los carteles y crónicas taurinas de todos los festivales benéficos celebrados en Chinchón en estos 150 años. Un libro imprescindible para recordar toda la historia taurina de Chinchón, por el que podemos conocer los detalles que conforman nuestra tan larga y encomiable tradición.
En el libro podemos apreciar la importancia de Chinchón en la historia taurina, ya que por nuestra plaza han pasado todas las principales figuras del toreo. Pero este libro deja, también, en evidencia cómo después de una época de apogeo, estos festivales han ido decayendo en los últimos tiempos, perdiendo parte de su atractivo y su convocatoria.
Este hecho innegable nos hace plantearnos las causas por las que ha devenido esta situación, con el fin de tomar las medidas para recuperar su antiguo esplendor, si esto es ya posible.
Habrá que recalcar que estos festivales eran “benéficos”, para lo cual era necesario que tuviesen beneficios. Precisamente por su carácter benéfico, los actuantes lo hacían de forma desinteresada, con lo que los gastos se minimizaban al máximo.
Otro dato fundamental es que hasta el año 2009, estos festivales eran organizados por una figura del toreo en activo, lo que propiciaba que pudiese conseguir la participación de sus compañeros y de ahí que se pudiese reunir esa pléyade de figuras que han actuado en Chinchón.
Estas dos circunstancias hicieron que el festival de Chinchón fuese un éxito económico y artístico. De este modo, aunque con el paso de los años el beneficio económico empezó a resentirse por causas sobradamente conocidas, el éxito artístico se mantenía, siendo el festival de Chinchón un reclamo publicitario y de prestigio para Chinchón, en el mundo del toro, que tanto ha contribuido a su promoción turística.
Aunque no se han publicado los resultados económicos de los festivales en los últimos veinte años, estos han sido claramente deficitarios, aún con las aportaciones de las televisiones que han trasmitido algunos de los espectáculos; con lo cual difícilmente se puede añadir el concepto “benéfico” al programa del festival. Y si no es benéfico, es normal que los toreros y demás participantes, quieran “cobrar” sus honorarios.
Y ahora, la pregunta: ¿A quien interesa el festival Taurino de Chinchón?
¿A los amantes de las tradiciones? ¿A los que viven del turismo, por la publicidad que hace de Chinchón? ¿A los aficionados taurinos? ¿A la “gente del toro”?
Y la otra pregunta: ¿Quién debe financiar el Festival de Chinchón?
Desde hace varios años, desde este mismo blog, vengo cuestionando las circunstancias de los festivales, lo que algunos han considerado que soy “antitaurino”, y nada más lejos de la realidad. Lo que siempre me ha preocupado es la viabilidad de esta tradición de nuestro pueblo.
Así que me atrevo a animar a los que aman las tradiciones, a los aficionados taurinos, a la “gente del toro” y a las autoridades, a que aprovechen las próximas jornadas taurinas de Chinchón, para hacer una mesa redonda y afrontar la problemática de los festivales taurinos de Chinchón, y buscar una solución que los haga viables en el futuro; porque las circunstancias actuales han variado demasiado desde aquel año 1871, cuando Salvador Sánchez “Frascuelo” organizó aquel festival a beneficio de los pobres, en agradecimiento por el trato recibido en Chinchón, cuando ocho años antes fue corneado por un toro en las fiestas de Santiago.
Si no se toman medidas, me temo que a la historia de los festivales le quedan muy pocos capítulos.