Un artículo de Arturo González en Público.(Puntadas sin
hilo)
Ahora que se cumplen cien años
de la Teoría de la relatividad formulada por Albert Einstein y con la que,
dicho en términos vulgares, se demuestra que es imposible hallar un sistema de
referencia absoluto, podemos decir que todo es relativo, especialmente en lo
político. Solo es absoluto lo demostrado científicamente, y todo lo demás es
relativo, incluida la teología. Por ejemplo, cuando se dice que todos los
españoles son iguales ante la ley. O cuando el PSOE afirma que es republicano.
O que hay guerras justas. O creer que los partidos políticos cumplirán sus
programas. O la independencia y objetividad de los medios de comunicación. O la
conciencia. O la solidaridad. O los valores eternos. Todo es relativo.
Los jóvenes son absolutistas,
los viejos relativistas y sin embargo son conservadores y votan al PP.
En política, y en todo en la
vida, la decencia debería ser un valor absoluto, pero no lo es. Se debería
votar al partido más decente. Como única pauta política y moral. La democracia
si no es decente no es tal. Y la decencia suple con creces cualquier
insuficiencia en la gestión. Solo la decencia debería proporcionar tranquilidad
a los ciudadanos. Justo al contrario de lo que por desgracia ocurre en la
actualidad. Votar a la decencia es lo único que nos avala como votantes y como
personas.
¿Qué partidos son decentes
ahora y lo han sido durante los últimos años? ¿Valen los actos de contrición en
política, en el supuesto de que sean sinceros? ¿Y los de atrición? ¿O acaso la
indecencia es consustancial a la política? Sería triste creerlo. Salir del
colegio electoral sabiendo que has votado a un partido sospechoso de indecencia
nos descalifica, por muchas otras virtudes que lo adornen. Amén de que es
imposible que se puedan tener otras virtudes siendo indecente. La decencia es
una esperanza. La única válida. Piénsenlo y decidan. Sean decentes.
¿Qué partidos son decentes
ahora y lo han sido durante los últimos años? ¿Valen los actos de contrición en
política, en el supuesto de que sean sinceros? ¿Y los de atrición? ¿O acaso la
indecencia es consustancial a la política? Sería triste creerlo. Salir del
colegio electoral sabiendo que has votado a un partido sospechoso de indecencia
nos descalifica, por muchas otras virtudes que lo adornen. Amén de que es
imposible que se puedan tener otras virtudes siendo indecente. La decencia es
una esperanza. La única válida. Piénsenlo y decidan. Sean decentes.
Hoy, también, la felicitación para un amigo de toda la vida., en el día de su cumpleaños.