A todos nos ha ocurrido alguna vez. Todos, en alguna ocasión, nos hemos ido de la lengua... o del lápiz. Y se nos ha escapado esa chorrada que nunca debió salir de la boca o del pensamiento.
Lo que pasa, es que la mayoría de la veces, eso ocurría en la barra de un bar, en una tertulia entre amigos o en una velada con unas copitas de más. Y luego la vergüenza se quedaba en un grupo reducido que, generalmente, lo olvidaba porque para eso solían ser tus amigos. Esos que se van de la lengua son a los que en mi pueblos solemos llamar bocazas.
Lo grave es cuando eso se te escapa delante de un micrófono abierto o en uno de esos medios sociales que te invitan a ser "ingenioso" y sueltas el chiste en internet, donde permanece para la eternidad, esperando el momento de resucitar cuando mas daño te pueda hacer.
Y eso le ha ocurrido a Zapata. No ha robado a nadie. No ha cometido un desfalco, su desliz no tiene responsabilidad penal... Como ha ocurrido con tantos y en tantas ocasiones. Pero se pasó de chistoso. Ese día se le fue la olla y se podía haber quedado calladito; porque ahora, unos años después, le deja en evidencia y nos hace pensar a todos que una persona que dijo eso, aunque sea una excelente persona y válida para ejercer otros menesteres, no es la adecuada para representar a un pueblo, y menos a la capital de un país.
Y ya de paso, servirías de ejemplo para otros muchos, que posiblemente no sean tan buenas personas y que se dedican a la política, siguiesen tu ejemplo, porque sus "chistes" tampoco tienen ninguna gracia. Aunque pensandolo mejor, a ese paso nos podríamos quedar solos.