¿Es esto lo que queremos?
Yo no soy mucho de himnos ni banderas. Los símbolos pueden tener una valoración diferente para cada persona y circunstancia y yo, personalmente, no me siento agredido cuando alguien no acepta un símbolo que alguien, y en un momento dado, decidió que me representaba.
Dicho esto, como todo el mundo opina de la pitada de la final de copa, y cada uno procurando arrimar el ascua a su sardina, yo también quiero opinar, porque si lo de la pitada es libertad de expresión, lo que yo pueda decir, también podrá acogerse a esta calificación.
Lo más sensato que he oído es que lo de pitar un himno nacional es una falta de respeto y, yo añado, de educación.
Si alguien comete una falta de respeto y educación, solo se perjudica a si mismo, porque les dejan en evidencia. Nadie te puede ofender si tu no te das por ofendido, y ante ese acto solo cabe la indiferencia, porque en realidad no consiguen nada, es lo que podríamos decir, el recurso del pataleo.
Si se responde con otra falta de respeto, se igualarán todos, y solo se conseguirá que todos sean unos maleducados y entrar en una espiral que no lleva a ninguna parte.
Una persona o un grupo de personas que cometen una falta de respeto, con el ánimo de ofender, solo demuestran que tienen muy poca sensibilidad y nula educación. Lo único que pretenden es provocar y en estos casos lo peor que se puede hacer es caer en la provocación. Si pitan, que piten. Solo ofende el que puede, si alguien se da por ofendido. Si nadie responde a la provocación y todos demuestran indiferencia y desprecio, si la sociedad no hace aprecio de estos actos, terminaran cansándose y, al final, se terminaran los pitos.
¿Alguien pensaba que no se iba a pitar el himno en la final? ¿Entonces, Por qué fue noticia? Eso era lo que pretendían sus promotores, y como casi siempre muchos cayeron en la provocación.
¡Si pitan, que piten, ya se cansarán!
UNA SONRISITA DE MAS.
Hablando de los pitos de la final de copa; hoy, en la televisión, he comprobado la confirmación de lo que antes decía.
Viendo a don Arthur Mas (del que han ofrecido varios primeros planos) con risita de conejo mientras escuchaba los pitidos al himno nacional, no he tenido por menos que sentir lástima.
¡Que pena! Ver a todo un presidente de un País, "conformándose" con tan poca cosa. Lo que decía, es el recurso del pataleo. La única reacción, tiene que ser no hacer aprecio; esa foto le "retrata".
Ya se encargarán los propios catalanes, que son mayoritariamente educados, reprobar su falta de respeto y educación y afearle su conducta en las próximas elecciones; si no, ¡Allá ellos!