Todos sabemos capitalizar los triunfos. Lo de los fracasos, es distinto. Hay muy pocos que reconozcan que se han equivocado en sus planteamientos y que son ellos los responsables de sus fracasos.
Los socialistas han salido bastante bien parados de las elecciones andaluzas y todavía deberán estar rezando a la Virgen del Rocío, porque sus resultados son de puro milagro. Los de Podemos deben estar contentos, porque conseguir más en tan poco tiempo era más o menos que imposible y yo creo que, en el fondo, cuando decían que iban a ganar no se lo crían ni ellos. Los Ciudadanos, han conseguido, relativamente hablando, unos resultados mejores que los que ellos pensaban y deben estar contentos, también. Y estos son los que podríamos llamar vencedores.
A los del PP ya hay que catalogarlos como vencidos. Después de 37 años y con lo que está cayendo por Andalucía, todavía no han encontrado la clave para que por allí les crean, y deberían pensar que posiblemente algo no estarán haciendo bien.
Pero, desde luego, los que han sido vencidos son los UPyD y los de Izquierda Unida. Y los dos, a mi juicio, por el mismo error. Por su obcecación en no querer ver lo que estaba pasando y por su afán de protagonismo.
Todas las encuestan hablaban de la irresistible ascensión de Ciudadanos y los movimientos para ir juntos a las elecciones no llegaron a nada porque Rosa Díez no “podía” dejar de ser la cabeza del pequeño ratón. Otro tanto ocurría con las previsiones de Podemos, pero IU tampoco quiso verlo. Y ahí están los resultados. ¡Son los vencidos!
¿Habrán aprendido para las próximas convocatorias? Porque no deben olvidar la Ley d'hont que pende amenazante sobre la cabeza de los partidos minoritarios, si no quieren que el bipartidismo siga campando a sus anchas en nuestro sistema electoral.
Si nos acordamos de los resultados en Valencia después de los trajes de Camps; viendo los resultados de Andalucía tras los "ERES"; si lo de Puyol no parece afectar demasiado en Cataluña, seguro que Esperanza ganará en Madrid en las municipales.
Si nos acordamos de los resultados en Valencia después de los trajes de Camps; viendo los resultados de Andalucía tras los "ERES"; si lo de Puyol no parece afectar demasiado en Cataluña, seguro que Esperanza ganará en Madrid en las municipales.
Dicen que la soberanía reside en el pueblo y que son los ciudadanos quienes deciden; pero a la vista de todo esto, como dice Pérez-Reverte: "De nada sirven las urnas si el que mete la papeleta es un analfabeto."
Hemos asistido la otra noche al "carrusel deportivo" de la contienda electoral en Andalucía; y una vez mas hemos vuelto a escuchar las mismas consideraciones de políticos y comentaristas, "justificando" los resultados y haciendo valoraciones interesadas de lo ocurrido. Hasta aquí, todo lo previsto. Pero resulta estomagante escuchar a distintos "opinadores" con argumentos que harían enrojecer a cualquier persona con un mínimo de sensatez y que ofenden al sentido común con argumentos que se ve que ni ellos mismos se los llegan a creer.
Si después de 37 años gobernando, nos dicen que ellos son "el cambio tranquilo" y nos lo creemos, olvidando la corrupción, y los volvemos a votar; si después que la "cazatalentos" se haya equivocado tantas veces a la hora de elegir a sus colaboradores, pensamos que ahora va a ser distinto, porque además los otros son muy peligrosos, y vamos a votarla de nuevo; si nos olvidamos de todo lo que viene ocurriendo últimamente y nos creemos que la crisis ya es historia y nos aterra lo bueno por conocer y preferimos lo malo conocido; ¿No tendrá razón Pérez-Reverte, y seremos todos un poco analfabetos?