Interviene en una exposición
colectiva de pintores y escultores granadinos organizada por el Ayuntamiento de
Granada, que reunía a varios artistas comprendidos entre 1900 y 1940, con
nombres de la talla de Juan Cristóbal, José Gálvez Mata, Antonio Cano Correa,
Antonio Martínez Olalla, Fernando Correa Antúnez, Bernardo Olmedo y Carmen Jimenez.
En esta ocasión presenta tres retratos, entre ellos, el de Federico García
Lorca, en piedra.
En colaboración con el arquitecto
Manuel Rosado, en el año 1950 realiza un retablo para el poblado “Guadiana del
Caudillo” en piedra, de 4x3 metros.
En 1951 participa en la 1ª Bienal
Hispano-Americana de Arte y hace un relieve para las Oficinas Iberia de La
Coruña.
En 1952 participa en una
exposición organizada por el Museo de Arte Contemporáneo de Santander, junto
con Angel Ferranz, Jorge Oteiza, Eduardo Serra Güel, Planes, Bernado Olmedo y
Carlos Ferreira.
Iglesia de San Francisco Javier en Pamplona.
Le encargan la decoración
escultórica de la iglesia de San Francisco Javier de Pamplona, realizando dos
retablos en madera de 4x3 metros, de San José y la Virgen, cuatro evangelistas
también de madera de una altura de 4 metros cada uno, una imagen de San Ignacio
de Loyola en piedra de 3,5 metros, un relieve de la Asunción en piedra de 8
metros, y el grupo escultórico de San Francisco Javier de 4,5 metros de altura.
Todo esto en colaboración con el arquitecto Miguel Gortari. Esta obra tuvo una
gran repercusión en sus trabajos futuros, alcanzando gran renombre dentro de la
escultura religiosa.
Los cuatro evangelistas de la Iglesia de Pamplona y debajo friso de los apóstoles.
En 1955 realiza un relieve para
la fachada del edificio del Instituto Nacional de Colonización y a la vez
expone en la Sala Tau, junto a Antonio Martínez Suarez, Manuel Rivera y Joaquín
Rubio Camín.
En el año 1956 participa en una
exposición de arte religioso organizado por el seminario de Santa María de la
Asunción, en la que también tomaron parte Venacio Blanco, Navarro Gabaldón y
los pintores Manuel Rivera, Valdivielso, Rubio-Camín, Martínez Suarez y
Redondo.
En 1957 realiza el altar mayor
para la Universidad Laboral de Córdoba, de 8x3 metros realizado íntegramente en
piedra.
Monumento y busto de Sarasate en Pamplona.
En 1959 y 1960 realiza las
esculturas y relieves para el monumento a Sarasate de Pamplona, participando en
la exposición sobre dibujos y grabados españoles del siglo XX en la galería
Darro y en la exposición de arte sacro “Homenaje a Fra-Angelico” en la misma
galería, en las que coincide con artistas como Canogar, Chillida, Genovés,
Guinovart, Juan Gris, Mompó, Palencia, Picasso, Rivera, Solana, Valdivielso,
Vazquez Díaz, Zabaleta, Lapayese, Pablo Serrano, etc.
Trabaja en la decoración
escultórica del Palacio de la Nunciatura y participa en una exposición en la
Sala del Prado del Ateneo de Madrid en el año 1960, de la que en la crónica
firmada por Luis Figuerola Ferrreti, se definía la escultura de Carretero como:
“resultados gozosos para la mirada y el espíritu” y con ese motivo, Ramón
Faraldo dice en su crónica, que “en la obra de Carretero destaca una cierta
cadencia entre lo gótico y lo romano y que el artista destaca la gran
monumentalidad de las grandes obras de carácter público”.
En 1962 esculpe un San José
Obrero en piedra, para las Papeleras Navarras de Sangüesa, así como un relieve
para el Hotel “Los tres Reyes” de Pamplona,
y participa en el “Primer
Certamen Nacional de Educación y Cultura”.