En la zona norte de la vega del río Tajuña, cuentan las crónicas que junto a otros asentamientos a lo largo del río, como Eza, Monasterio y San Galindo, existió otro asentamiento en las épocas prerromanas, donde mucho después se encontró una inscripción con el nombre de LICINIA, que algunos pensaron podía ser el nombre del asentamiento donde ahora está Morata de Tajuña.
De Morata de Tajuña es conocida su cementera en lo que se llama "El Alto de Morata" y que pertenece a la empresa Porland-Valderribas. También es conocida su Pasión Viviente, que se celebra la tarde del Viernes Santo.
Por eso, el otro día me decidí a darme un vuelta por Morata de Tajuña, para descubrir lo que allí se puede ver, como su Iglesia, su plaza del Ayuntamiento y sus calles en las que abundan los bares y mesones.
También podemos ver su "Cruz de los Caidos" que rememora la Guerra Civil de 1936.
Y a esa guerra se ha dedicado un museo en el Restaurante "El Cid" que recoge recuerdos de lo que fue la contienda en esta zona, resaltando lo que fue la Batalla del Jarama.
Y en ese mismo museo hay un apartado para la etnología, donde se pueden ver cómo se vivía y se trabajaba en Morata de Tajuña a finales del siglo XIX y a principios del XX.
Y para terminar, quiero hoy mandar un saludo cariñoso a "La Voz del Tajuña" una emisora de radio y una publicación que siempre ha querido colaborar con todas mis iniciativas culturales.
Os podéis dar una vuelta por Morata, pero si queréis ver la Iglesia por dentro, lo tenéis que hacer por la tarde.