Puede sorprender, a primera
vista, que en Internet casi todo es gratis. Te abres una cuenta en Facebook,
buscas algo en Google o haces una cuenta de correo y no tienes que pagar nada.
La explicación es que la
rentabilidad de Facebook, Google, Hotmail o Yahooo viene por medio de la
publicidad.
Así vemos que si se te ocurre
buscar, por ejemplo, un hotel en Guadalajara, a renglón seguido y durante unas
semanas no pararás de recibir información sobre todos los hoteles de
Guadalajara cuando entres en cualquier página, aunque sea de ropita para bebés.
Si buscas más de dos veces
información sobre cámaras fotográficas, cuando entres en cualquier periódico o en
la página web de la Biblioteca Nacional, siempre te aparecerán las últimas
novedades de Canon, Pentax, Nikon, Sony o de Olimpus.
Y esto tiene sus consecuencias;
como yo hablo mucho de Chinchón, resulta que en todas las páginas que entro, me
encuentro con propaganda de Chinchón…, pero del juego de cartas.