A sólo cuatro kilómetros del punto kilométrico 103 de la Nacional III Madrid-Valencia, está el Parque arqueológico de SEGÓBRIGA, que pertenece al término municipal de Saelices.
Parece ser que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha ha decidido cerrar provisionalmente todos los parques arqueológicos que están bajo su tutela, aunque en este de Segóbriga se siguen haciendo obras de rehabilitación, concretamente en el anfiteatro.
Segóbriga en su época romana debió ser una ciudad mercantil y de recreo, en la que había tiendas, y se comercializaba con un material muy peculiar llamano “Lapis specularis”, aunque en la actualidad es más conocido como espejuelo y que los ramanos utilizaban en sustitución del vidrio para puertas y ventanas. Este material realmente es yeso cristalizado en láminas y desde aquí se comercializaba para todo el mundo romano.
Debía ser también una ciudad para el ocio y el entretenimiento por las instalaciones que se pueden descubrir entre sus restos, como el anfiteatro, el circo, el teatro y la “basílica” que era lo que hoy podríamos llamar un centro comercial; que contrastan con las pocas viviendas que se han descubierto.
Segóbriga es el más claro ejemplo de la progresión social y del desarrollo urbano en la Meseta sur en época romana. El desarrollo urbano de la ciudad romana parece comenzar a mediados del siglo I a.C., fecha en que se pone en marcha la emisión de moneda en su ceca y en que se lleva a cabo la construcción de una parte de la muralla, que estará definitivamente en pie en la época augustea, símbolo de su nuevo estatus de municipium. Para hacerla más impresionante se alzaron tres puertas monumentales que se abrieron en la muralla.
A lo largo de los siglos I y II d.C. continuaron en la ciudad a buen ritmo las nuevas construcciones, con la edificación del teatro, anfiteatro, basílica, pórticos, termas, etc., que dieron a la ciudad un aspecto urbano similar al de cualquiera de los grandes centros de otros territorios. Una gran parte de estas obras fue financiada con aportaciones particulares, destacando por su importancia el teatro, en el que la inscripción del frente de la escena relata la financiación de las obras a cargo de una familia de rango senatorial.
Otro tanto cabe decir de las grandes termas públicas de la parte superior de la ciudad, construidas a finales del siglo I o comienzos del II d.C., en las que una gran inscripción descubierta en las excavaciones contiene parte de una titulatura imperial seguramente relacionada con la edificación del complejo.
Otros lugares de visita esencial son el Anfiteatro, el Teatro, la Muralla y Puerta Principal, Criptopórtico del Foro y de la Curia, Termas del Teatro y Gimnasio, Foro, Basílica, el Templo de Culto Imperial, las Termas Monumentales, la Acrópolis, el Acueducto, la Necrópolis y la Basílica Visigoda.
Entre los restos de las estatuas que se han descubierto, merece una mención muy especial el retrato de Agripina, por su gran belleza y su perfecta conservación.
Un buen sitio para pasar una mañana muy agradable... si el tiempo lo permite y con el permiso de las autoridades competentes de la Comunidad de Castilla-La Mancha.
Fotografías: m.carrasco.m