Quiero a Neruda imitar,
seguir los pasos de Horacio,
al gran Garcilaso, copiar,
emular a Víctor Hugo,
de Pindaro, seguidor
para escribir una oda
y concursar en Chinchón.
Como es el tema libre,
vais a permitir mi audacia
porque he decidido hacer
una oda a la ignorancia.
“Es la ignorancia una plaga
hartamente peligrosa
se propaga por doquier
como gripe maliciosa.
Es la ignorancia engreída,
Audaz, ubicua y osada,
ufana, soberbia, altiva,
Y de los necios aliada.
Te la encuentras a menudo
donde menos te lo esperas,
entre lerdos e iletrados,
y hasta en las altas esferas.
Algunos se dicen doctores,
Otros de eruditos presumen
Pero los más no saben nada,
y ni su ignorancia asumen.
Los vemos en las tertulias
pontificar con descaro,
pero luego solo son
charlatanes de mercado”.
A Dios pidamos con fe
que nos conceda eficacia
para poder desterrar
de este mundo la ignorancia.