XVI.- Carlota Luisa Manuela de Godoy y Borbon (1831-1886)
Carlota Luisa Manuela de Godoy y Borbón nació el 7 de octubre de 1800 en Madrid, su padre fue Manuel Godoy y Álvarez de Faria, Príncipe de La Paz, Duque de Alcudia y de Sueca, valido del Rey Carlos IV, y su madre Maria Teresa de Borbon y Vallabriga, XV Condesa de Chinchón. Murió el 13 de mayo de 1886, en Paris.
En 1808, el Motín de Aranjuez provocó la caída de Godoy, que partió desterrado hacia Roma con toda su familia (es decir: con sus dos familias). El exilio romano también dejó profunda huella en el carácter y formación de la muchacha.
La reina Maria Luisa de Parma, su madrina de pila, intentó suplir la falta de amor de sus padres prodigándole su cariño y protección.
El nuevo rey Fernando VII guardaba a Godoy un gran rencor: confiscó sus bienes, suprimió todas las dignidades y pensiones que le había otorgado su padre, y durante muchos años le prohibió regresar a España con su familia. También se opuso al casamiento de Carlota Luisa con varios pretendientes que se le ofrecieron. Pero al fin le dio Real licencia para casar con un noble italiano en 1821, y fue también autorizada a volver a España por la Junta de Gobierno Provisional, que presidía su tío el cardenal Luis Maria de Borbon.
Su madre falleció el 24 de noviembre de 1828.
Carlota Luisa era la única nieta legítima del infante Don Luis, por lo que también heredó los bienes del,resto de su familia materna.
Contrajo matrimonio en Rom el 8 de noviembre de 1821 con Camillo Ruspoli von Khevenhüller-Mestch y de este matrimonio tuvo dos hijos varones, el mayor de los cuales, Adolfo Rúspoli y Godoy (1822-1914) fue el II duque de la Alcudia, grande de España y XVII Conde de Chinchón.
En el año 1871, varias personas principales de Chinchón, dirigen una carta al administrador de la Condesa de Chinchón, interesándose por la compra de los terrenos que ocupaba el antiguo palacio de los Condes en Chinchón, para construir un teatro. La condesa vende el solar de casi seis mil metros cuadrados por el importe de novecientos dieciséis reales, con sesenta y tres céntimos.
La construcción del teatro la inician personas particulares, posiblemente con unos objetivos comerciales, pero estos vecinos tienen dificultades para continuar con las obras y la Junta directiva de la Sociedad de Cosecheros acuerda asumir esta empresa que iba a representar un gran empuje en la vida cultural y social para el pueblo. Se pagan las 12.500 pesetas que habían invertido hasta entonces los primeros promotores y se continúan las obras.