Ya se sabe, porque lo hemos oído muchas veces, que no se puede pedir peras al olmo. Y es que el olmo también tiene fruto; no tiene nombre, es de forma de "sámara" y no tienen más utilidad que llevar la semilla del propio olmo, y por lo tanto no se puede utilizar ni para la alimentación ni para la medicina; pero desde luego, tenerlo, lo tiene, aunque no sean peras. Como mucho, el mejor fruto del olmo es su sombra, que para dar sombra si es bueno.
Y viene todo esto a cuento de que, en muchas ocasiones, pedimos a la gente que haga cosas para las que no está dotado. Rocío Jurado, que cantaba como los ángeles, daba pena cuando hablaba, y algo parecido le ocurre a Raphael. Messi que es un fenómeno para jugar al fútbol, no necesita además ser un "Demóstenes" para ser el mejor en lo suyo.
Pero asistimos muchas veces al espectáculo de ver cómo deportistas o artistas, muy buenos en sus profesiones, quieren también ser referentes de opinión en tertulias o debates, y claro, no. Se puede ser muy bueno pedaleando, pintando, cantando, cocinando y dando patadas a un balón, pero de ahí a que además sean inteligentes y ponderados a la hora de expresar sus ideas políticas, sociales, económicas o religiosas, va un abismo. Eso solamente lo han conseguido Belén Esteban y Piqué, o al menos eso piensan ellos, porque no paran de decir chorradas, y lo malo es que, a algunos, hasta les hace gracia. Yo les diría, ¡Hijo, tú a lo tuyo!... Sí, lo de Piqué es darle patadas a un balón, pero lo de Belén... ¿Qué es lo suyo?