Hablaba Javier Marías en su
discurso de ingreso en la Real Academia
Española de la Lengua, "De la
dificultad de contar"; pues no tiene menor dificultad el elegir los candidatos
para conformar las listas electorales para las elecciones políticas.
Claro está que esta dificultad es
dispar en función de si se quieren elegir para conformar una lista para las
elecciones generales, autonómicas o para las grandes ciudades, o si lo que se
quiere confeccionar es la lista para un pequeño pueblo en las elecciones
municipales.
En el primer caso nos vamos a
encontrar la dificultar del exceso de oferta, y de oferta muy cualificada, casi
profesional. Ahí los dirigentes van a tener la gran dificultad de “reconocer”
los servicios prestados, la capacidad de los candidatos y la responsabilidad de
elegir a los más idóneos, aunque esto último, en la practica tiene bastante
menos importancia, porque con decir que “se equivocaron” y que han “sido
traicionados” por las personas en que ellos habían puesto su confianza, todo
queda justificado, y si no, que se lo digan a Rajoy, Chaves, Griñán y Esperanza
Aguirre.
En los pueblo es otra cosa. Allí
hay menos demanda y menos políticos profesionales. Allí, generalmente, hay que
conformarse con lo que hay, o por lo menos, con lo que hay disponible, porque
es bastante difícil convencer a los que se consideran más idóneos para que se
atrevan a involucrarse en una tarea tan denostada y tan poco reconocida
últimamente.
Aunque en una y otra parte, la
mayor dificultad estriba en “detectar” a los que se ofrecen con intenciones
poco claras, o dicho sea más claramente, con la intención premeditada de
beneficiarse del cargo que puedan ocupar.
Esto se paliaría si en las
votaciones hubiera “listas abiertas”, así entre todos sería más fácil
desenmascarar a los “intrusos” y no quedaría sólo al criterio de los que
conforman las listas.
Y ya, para terminar, la
dificultad que se encuentran los nuevos partidos y las agrupaciones que se
forman para presentarse de nuevo a unas elecciones. Tienen que tener mucho
cuidado porque van a intentar entrar de polizones muchos “listos” que siempre
se “apuntan” a la menor oportunidad que se les presenta. Eso les está pasando a
Podemos y les está pasando a Ciudadanos, que además de surtirse de los
desengañados de UPyD, se le intentan colar falangistas y ultras, aunque su
ideario político no sea demasiado diferente.
Al final, si nos descuidamos, nos
puedan dar “gato por liebre”, y todo por el mismo precio.