Oficialmente, dicen que fue Hiram Bingham (1875-1956), quien lo lograba un 24 del julio de 1911.
Sin embargo hay otra versión, según la cual fue un labriego peruano llamado Agustín Lizárraga, un hombre nacido en Mollepata (Perú) que arrendaba a principios del siglo XX una parcela de tierra a las faldas del inaccesible cerro donde se encuentra la ciudad perdida. Cuentan sus allegados que él había llegado hasta allí nueve años antes que el estadounidense, sin embargo, nada escribió Bingham sobre ese hecho en el libro en el que se reafirmaba como descubridor del enclave (La ciudad perdida de las incas, 1948).
Para el norteamericano fueron los honores, los museos, los reconocimientos y la placa que luce a la entrada de las ruinas. Hoy, los Lizárraga piden que la historia devuelva los honores que se le negaron a su ancestro.
Yo no he ido al Machu Pichu, ni pienso ir, porque según me han dicho mis amigos que han estado allí, no es el lugar apropiado para los que padecemos vértigo.
Por eso he conseguido estas fotografías que dan una idea de la monumentalidad de lo que es y debió ser la Ciudad Perdida de los Incas.
Nota: Por lo tanto, estas fotografías no las hice yo.
Y esta es una muestra de cómo se puede falsear una información. Yo, aunque la imagen pueda sugerir otra cosa, nunca estuve en el Machu Pichu.
Sin embargo, como a mí me gusta mostrar en esta página fotografías originales, he pedido a mi amigo Miguel Angel , que ha llegado hace unos meses de hacer un viaje por allí, que me mande unas fotos de las que él hizo allí. Y estas son:
Las últimas seis fotografías son originales de Miguel Angel.G.HUETE., un excelente fotógrafo, del que ya he mostrado algunas de sus obras en este mismo blog.
Muchas gracias, Miguel.