El Cardenal Francisco Mendoza y Bobadilla, (1508-1566) era hijo de D. Diego Hurtado de Mendoza y Dª Isabel de Cabrera y Bobadilla, la sexta hija de los Marqueses de Moya y primeros Señores de Chinchón. Era sobrino de Francisco de Bobadilla, Obispo de Salamanca, que había colaborado en la construcción de la Iglesia de la Piedad de Chinchón, quien en el año 1527, en contra de la opinión del emperador, le cedió el cargo de maestrescola o cancelario de la Universidad de Salamanca.
El Cardenal, que firmó inicialmente como Francisco Bobadilla y Mendoza y luego invirtió el orden de sus apellidos, estudió en Alcalá y Salamanca siendo Doctor en Teología y Letras. Fue Catedrático en Evora y Coimbra, Arcediano de Toledo, Obispo de Coria en 1535. Fue nombrado Cardenal en 1544 por el Papa Pablo III, visita Roma en 1546, es nombrado Obispo de Burgos en 1550 y Arzobispo de Valencia en 1556, muriendo al ir a tomar posesión. Estuvo casi siempre en la Corte y está considerado como una de las grandes figuras del humanismo aristocrático.
Era muy culto, llegando a poseer una gran biblioteca de la que regaló 935 libros a Felipe II para la biblioteca de El Escorial. Hostil al Arzobispo Carranza, protegió a los jesuitas y escribió una amplia obra teológica, destacando su doctrina sobre el "Cuerpo Místico". También escribió unos "Comentarios al Libro de los Reyes" y "Sermones de tiempo".
Aplicando la doctrina de Trento, fundó el primer seminario conciliar de España, organizó la curia diocesana y ordenó una labor de estadística con criterios modernos.
Pero su fama no ha llegado hasta nuestros días por ninguno de estos importantes méritos y conocimientos. Aún hoy es conocido porque, enfadado en 1560 por que se cuestionara la "calidad" de la sangre de su sobrino don Diego Fernandez de Cabrera y Bobadilla, III conde de Chinchón, en un tribunal de Ordenes Militares, escribió un memorandum dirigido a Felipe II donde ponía en tela de juicio la limpieza de sangre de la nobleza española, e intentaba demostrar que el excesivo rigor de las órdenes era infundado, toda vez que todas las grandes familias españolas estaban infectadas de sangre judía más o menos cercana. Este memorandum nunca se llegó a imprimir por prohibición expresa del Rey.
Sin embargo, corrió clandestinamente por medio de copias manuscritas, y fue llamado por el vulgo “El Tizón de la Nobleza de España», sin que tal nombre fuera impuesto por su autor, y sorprende que, siendo documento interesantisimo y digno de estudio, no haya sido hasta la fecha objeto de una edición crítica que compruebe la veracidad de sus afirmaciones. Como curiosidad, la mayor parte de la nobleza descendía (por los matrimonios entre ellos) de un judío converso almojarife de la reina Urraca de Castilla llamado Ruy Capón o de una "doncella de alegre vida" llamada Isabel Droklin, manceba del obispo Pedro de Castilla e hija de un albañil inglés y de una "espulga-manteles". No se le pudo perseguir por lo que decía en el libro pues ninguna de las afirmaciones que hacía era falsa.
Este libro está publicado por Heráldica. Genealogía. Historia de España. Barcelona.La Selecta. 1880 8º, 1 retrato, 205 p. Media piel, nervios, tejuelo, gofrados. Es una nueva edición de la obra publicada en 1848 por el Cardenal del Sacro Colegio romano, obispo de Burgos y Arzobispo de Valencia, que revela las bastardías e impurezas que corren por las venas de cada ilustre familia española. Precedida de una biografía del autor, y seguida de las páginas Linaje del Cardenal Mendoza y Aleluyas (Palau, 163884)