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miércoles, 27 de mayo de 2020

17º, 18º, 19º, 20º y 21º CONDES DE CHINCHÓN: LOS ÚLTIMOS CONDES.

Estos son los últimos cinco condes de CHINCHON. Con los cambios de los tiempos, su influencia en la vida de CHINCHON es mínima, no obstante he considerado que debía hacer una reseña de todos ellos para completar la información sobre el Condado de Chinchón. 



XVII.- Adolfo Rúspoli y Godoy (1822-1914), XVII Conde de Chinchón, II duque de la Alcudia, grande de España y III nació en Burdeos, el 28 de diciembre de 1822, vivió principalmente en Madrid y falleció viudo en Paris, en 1914. Casó el 11 de mayo de 1857 con Rosalía Álvarez de Toledo y Silva, hija de los duques de Medina Sidonia, prematuramente fallecida el 11 de junio de 1865, y tuvo descendencia en que siguió la Casa de Sueca y el Condado de Chinchón, en su hijo Carlos Luis Rúspoli Álvarez de Toledo.


XVIII.- Carlos Rúspoli y Álvarez de Toledo.(1914-1936) Nació el día 1 de marzo de 1858 y murió asesinado en Madrid 10 de noviembre 1936, a la edad de 78 años. 
Fue 3º duque de Sueca, 3º duque de Alcudia y 17º Conde de Chinchón. Fue también senador del Reino.
Se casó en primer lugar, el 5 de diciembre de 1896, con Doña María del Carmen Caro y Caro, Álvarez de Toledo y Gomurcio con la que tuvo tres hijos.
Se casó en segundo lugar el 2 de julio de 1911 con Doña Josefa Pardo y Manuel.
Consiguió que el cuadro de la Condesa de Chinchón que pintó Goya, que se encontraba en su domicilio cuando empezó la guerra civil, fuese enviado a Ginebra con los cuadros del Museo del Prado, a los que también se unió el cuadro de la Asunción de Goya, de la Iglesia de Chinchón.



XIX Camilo Carlos Adolfo Rúspoli y Caro (1940-1975) nació en Madrid el día 5 de junio de 1904, y falleció en Madrid el día 20 de Noviembre de 1975. Se casó con María de Belén Morenés y Arteaga, XVIII condesa de Bañares. 
Durante este tiempo, las familias Rúspoli y Álvarez de Toledo, ambas con derechos al Condado de Chinchón, llegaron a unos acuerdos, según los cuales, los primeros serían titulares del Condado y propietarios del cuadro de la Condes de Chinchón que pintó Goya, y los segundos mantendrían la posesión del castillo y demás propiedades de Chinchón.

XX.-  Carlos Oswaldo Rúspoli y Morenés (1978-2016). Nació en San Sebastián el 5 de agosto de 1932, XX Conde de Chinchón, IV duque de Sueca y de la Alcudia, y V  Marques de Boadilla. 
En 1980 contrajo matrimonio canónico en el Palacio de, infante don Luis, propiedad de su familia, con Maria del Rosario Herbosch y Huidobro, hija del belga Olivier Herbosch Lodie y de la española María del Rosario Huidobro y Cavanilles. No tuvieron hijos, y ella falleció en febrero de 2016, ocho meses antes que su marido que murió en Madrid, el 25 de octubre de 2016.
El duque tenía dos hermanos: Luis y Enrique. 
Como ya hemos comentado, el retrato de la Condesa de Chinchón pertenecía a la familia y, milagrosamente, a pesar de los avatares históricos el cuadro permaneció siempre en posesión de los descendientes de la Condesa.
Gracias a la Ley de Patrimonio Artístico de 1985 que declara al cuadro bien de interés cultural y por tanto inexportable se evita su venta por 6000 millones a una entidad extranjera.
En los años ochenta se inician las negociaciones para su compra, la Academia de San Fernando ofrece 3000 millones en 1999, pero será en enero de 2000 cuando la familia acepte la oferta de 4000 millones de pesetas del empresario y coleccionista Juan Abelló.
Rápidamente el Estado ejerce su derecho de tanteo por el mismo precio de la oferta y el cuadro es asignado al Museo del Prado quien participa en la compra con 1200 millones del legado Villaescusa.
La condesa de Chinchón abandonó su hogar en marzo de 2000 para residir definitivamente en la sala 87 del Museo del Prado, de nuevo bajo la atenta mirada de la reina María Luisa, recibe a sus visitantes invitándoles a disfrutar de la pintura de Goya.
La adquisición del "Retrato de la Condesa de Chinchón" de Goya sufrió un largo proceso. El Estado ejerció en enero del año 2000 el derecho de adquisición preferente que le confiere la legislación española ante la transmisión o venta del cuadro por parte de sus propietarios anteriores, señores D. Carlos, don Luis y don Enrique Rúspoli Morenés.
Para poder suscribir el contrato de compraventa, cuyo importe era de 4.000.000.000 de pesetas,(unos 24.000.000 de Euros)  era preceptiva, según la Ley, la autorización previa del Consejo de Ministros, que tuvo lugar el 14 de diciembre de 2000. La forma de pago contemplaba el pago de 2.500.000.000 de pesetas en el ejercicio corriente y en el del año 2001, los restantes 1.500.000.000 de pesetas.
El 15 de marzo de 1997, la Agrupación de Amigos de Chinchón instaló un busto de la Virreina del Perú, obra del escultor Antonio Ballester, en la Plaza de Palacio. El acto de inauguración fue presidido por el entonces vigente Conde de Chinchón, don Carlos Oswaldo Ruspoli y Morenes, duque de Alcudia y Sueca, y con la asistencia de D. Eduardo Guaylupo, agregado cultural de la Embajada de Perú en España y las autoridades municipales de Chinchón.


XXI.- Luis Carlos Ruspoli y Sanchiz (2018-hoy) Nació en Madrid el 4 de abril de 1963.

Es hijo de don Luis Rúspoli Morenés, hermano del anterior Conde de Chinchón, que al morir sin descendencia pasa el título a su sobrino, que a partir del año 2018 ostenta el título de XXI Conde de Chinchón.


martes, 26 de mayo de 2020

16ª CONDESA DE CHINCHÓN: CARLOTA LUISA MANUELA DE GODOY Y BORBON.



XVI.- Carlota Luisa Manuela de Godoy y Borbon (1831-1886)

Carlota Luisa Manuela de Godoy y Borbón nació el 7 de octubre de 1800 en Madrid, su padre fue Manuel Godoy y Álvarez de Faria, Príncipe de La Paz, Duque de Alcudia y de Sueca, valido del Rey Carlos IV, y su madre Maria  Teresa de Borbon y Vallabriga, XV Condesa de Chinchón. Murió el 13 de mayo de 1886, en Paris.

En 1808, el Motín de Aranjuez provocó la caída de Godoy, que partió desterrado hacia Roma con toda su familia (es decir: con sus dos familias). El exilio romano también dejó profunda huella en el carácter y formación de la muchacha.
La reina Maria Luisa de Parma, su madrina de pila, intentó suplir la falta de amor de sus padres prodigándole su cariño y protección.

El nuevo rey Fernando VII guardaba a Godoy un gran rencor: confiscó sus bienes, suprimió todas las dignidades y pensiones que le había otorgado su padre, y durante muchos años le prohibió regresar a España con su familia. También se opuso al casamiento de Carlota Luisa con varios pretendientes que se le ofrecieron. Pero al fin le dio Real licencia para casar con un noble italiano en 1821, y fue también autorizada a volver a España por la Junta de Gobierno Provisional, que presidía su tío el cardenal Luis Maria de Borbon.

Su madre falleció el 24 de noviembre de 1828.

Carlota Luisa era la única nieta legítima del infante Don Luis, por lo que también heredó los bienes del,resto de su familia materna.

Contrajo matrimonio en Rom el 8 de noviembre de 1821 con Camillo Ruspoli von Khevenhüller-Mestch y de este matrimonio tuvo dos hijos varones, el mayor de los cuales, Adolfo Rúspoli y Godoy (1822-1914) fue el II duque de la Alcudia, grande de España y XVII Conde de Chinchón. 

En el año 1871, varias personas principales de Chinchón, dirigen una carta al administrador de la Condesa de Chinchón, interesándose por la compra de los  terrenos que ocupaba el antiguo palacio de los Condes en Chinchón, para construir un teatro. La condesa vende el solar de casi seis mil metros cuadrados por el importe de novecientos dieciséis reales, con sesenta y tres céntimos.

La construcción del teatro la inician personas particulares, posiblemente con unos objetivos comerciales, pero estos vecinos tienen dificultades para continuar con las obras y la Junta directiva de la Sociedad de Cosecheros acuerda asumir esta empresa que iba a representar un gran empuje en la vida cultural y social para el pueblo. Se pagan las 12.500 pesetas que habían invertido hasta entonces los primeros promotores y se continúan las obras.

sábado, 23 de mayo de 2020

15ª CONDESA DE CHINCHÓN: Dª MARIA TERESA DE BORBON Y VALLABRIGA.


XV.- María Teresa Josefa de Borbón y Vallabriga. XV Condesa de Chinchón, y I condesa de Boadilla del Monte, nació en el Palacio de  Velada el 26 de noviembre de 1780  y murió en París, el 24 de noviembre de 1828. Era hija del infante Don Luis y primera mujer de Manuel Godoy.
Ostentó por derecho propio y hasta el fin de sus días los títulos de condesa de Boadilla del Monte (desde 1799) y de Chinchón (desde 1803, con grandeza de España), y por matrimonio fue, durante algunos años, princesa de la Paz (1795-1808, con tratamiento de Alteza Serenísima) y duquesa de la Alcudia (1792-1808) y de Sueca (1804-1808, ambos con grandeza), entre otras dignidades.
Maria Teresa fue bautizada en la parroquia de Velada, figurando como su primer apellido Vallabriga, ya que al igual que sus hermanos no podía utilizar el apellido Borbón, por imposición de Carlos III. Su padre, el infante don Luis, hermano de Carlos III, había sido apartado de la familia real porque había contraído matrimonio morganático (con una mujer que aunque fuera noble, no estaba a su mismo nivel).
María Teresa pasó sus cinco primeros años en Velada y Arenas de San Pedro, donde fue retratada por Goya al menos en dos ocasiones: en un retrato de cuerpo entero con mantilla (1783; National Gallery de Washington) y en el famoso La familia del infante don Luis (Italia, Fundación Magnani-Rocca).
A la muerte de su padre en 1785 fue trasladada con su hermana María Luisa de Borbón y Vallabriga al Convento de San Clemente de Toledo. La finalidad de tal reclusión era seguramente evitar su boda con algún noble, lo que significaba prolongar las represalias de Carlos III sobre su familia. Allí permaneció María Teresa doce años, hasta 1797, en que reinando su primo Carlos IV y su esposa María Luisa de Parma, ésta la elige como esposa en una boda concertada para su ministro Manuel Godoy.
María Teresa ha sido habitualmente etiquetada como «víctima» de los manejos de la reina y de Godoy, pero los historiadores modernos tienden a matizar dicha idea. A cambio de esta boda por interés, ella y su familia fueron compensados por los reyes. Era tan importante para el rey Carlos IV complacer a su esposa que no le importó mucho cambiar todo lo que su padre Carlos III había establecido tan dura e implacablemente para su hermano Luis y sus descendientes.
El rey concedió a María Teresa de Borbón y Vallabriga el uso del apellido Borbón, como a su hermano Luis María y a su hermana María Luisa, y pasó a ser 1ª marquesa de Boadilla del Monte, (1799), 15ª condesa de Chinchón y más tarde también sería Grande de España (1823).
María Teresa apenas conocía a su futuro esposo, pero gracias a la boda, se restituiría el primer apellido Borbón a los tres hermanos y los privilegios que les correspondían por nacimiento. Serían aceptados en la corte con todos los honores de su rango. Se les concedió Grandeza de España de primera clase, permitiéndoles utilizar el escudo y las armas de la familia Borbón.
La noticia de su compromiso fue recibida por María Teresa con cierta alegría, pues por fin saldría de aquel aburrido encierro, para convertirse en la esposa de un hombre importante, muy ligado a la vida pública y a la familia real, que le iba a proporcionar una vida cómoda y respetable. Además para ella fue una gran satisfacción ver cómo toda su familia, con motivo de su boda, recuperaba la dignidad perdida y era colocada en la más alta posición.
Una vez concretadas todas las cláusulas del nuevo matrimonio, se celebró la boda con toda pompa en el Monasterio de El Escorial, el 2 de octubre de 1797. Se instalaron en el que sería conocido como palacio de la Duquesa de Sueca. Pero el desencanto vendría pronto. Apenas recién casados, María Teresa pudo comprobar que su esposo (al que si no le podía exigir amor por lo menos sí respeto) no le profesaba ninguna de las dos cosas; estaba enamorado desde hacía tiempo de Pepita Tudó que convivía con ellos en la misma casa y descaradamente acudía a los actos públicos y privados con Godoy. Esta tensa situación hizo que la joven, retraída y tímida, se fuera encerrando en sí misma, acumulando un odio a su marido cada vez más intenso. Quizá su inseguridad o su escaso mundo no le permitieron sobrellevar la situación y encontrar otros horizontes en su vida que la hubieran hecho algo feliz.
Cuando María Teresa quedó embarazada les hizo trasladarse al Palacio de Oriente para cuidar de ella personalmente, disponiendo que la llevaran en silla de manos para que no se fatigara caminando. Fue durante la gestación, cuando María Teresa posó para su famoso retrato del Museo del Prado.
El 7 de octubre de 1800 nació la única hija de los Príncipes de la Paz, casados el 2 de octubre de 1797, Carlota Luisa de Godoy y Borbón. Los reyes fueron desde el Escorial para apadrinarla en una ceremonia celebrada por el Arzobispo de Toledo (que había sido Inquisidor General), Francisco Antonio de Lorenzana, en la propia habitación del rey. La madre y la hija fueron nombradas damas de la Orden de las Damas Nobles de la Reina María Luisa.
En 1803 el Cardenal Luis María de Borbón había cedido toda su parte de la herencia paterna a su hermana María Teresa, convirtiéndola en la XV Condesa de Chinchón.
Pocos años más de infelicidad conyugal le quedaban a la Condesa, pues los extraordinarios acontecimientos de 1808 iban a dar un gran giro a sus vidas. Después del Motín de Aranjuez, en el que Godoy era detenido en su palacio de Aranjuez y encarcelado, María Teresa huía a Toledo al lado de su hermano, abandonando para siempre a su odiado esposo. Dejó a su hija con los reyes, que la llevarían consigo a su exilio, donde se reuniría poco más tarde con su padre. Con la invasión de los franceses empezaba otro periodo difícil y triste para la princesa. Ella y su hermana dejaron de percibir la renta que se les había asignado –incautada por los enemigos- y perdieron todo lo que tenían, llegando a pasar momentos de verdadera penuria, en el que incluso tuvieron que vender sus alhajas para mantenerse.
Pero a la vuelta de Fernando VII, el Cardenal Luis María de Borbón y Vallabriga cayó en desgracia y fue confinado en Toledo, acompañado por María Teresa, de donde sólo salieron para asistir al entierro de su madre en Zaragoza, en febrero de 1820.
El 8 de noviembre de 1821 su hija Carlota Luisa de Godoy y Borbón se casó en Madrid con el príncipe italiano Camillo Ruspoli von Khevenhüller-Mestch. 
El Cardenal Luis María murió en marzo de 1823 y María Teresa no tuvo más remedio que exiliarse en París en 1824, debido a su vinculación con los constitucionalistas y sus ideas liberales. Allí se reunió con su hermana María Luisa y el esposo de ésta, el duque de San Fernando de Quiroga.
Pero en París tampoco mejoró su vida. Vivió un tortuoso romance con el coronel Mateos, que se enriqueció a su costa y la maltrataba. Pasó una verdadera crisis económica que la obligó a vender algunos cuadros y joyas familiares. La Condesa de Chinchón murió el 24 de noviembre de 1828, a causa de un cáncer de matriz que le había sido diagnosticado cinco meses antes.
A los pocos días de su muerte, su viudo Manuel Godoy se casó con la que había sido su amante durante casi cuarenta años, Pepita Tudó.
Los restos mortales de la XV Condesa de Chinchón descansan en un mausoleo en la Sacristía de la Capilla del Palacio del Infante don Luis (Boadilla del Monte)
Maria Teresa de Borbon y Vallabriga es, sin ninguna duda, la Condesa más famosa de Chinchón, y eso es debido al extraordinario retrato que le hiciera don Francisco De Goya, amigo y protegido de su padre, cuando ella estaba embarazada de su hija Carlota. Un retrato mundialmente conocido, que actualmente se exhibe en el Museo del Prado de Madrid, y que está unido inseparablemente al nombre de Chinchón.

viernes, 22 de mayo de 2020

14º CONDE DE CHINCHÓN: DON LUIS MARIA DE BORBON Y VALLABRIGA.


XIV.- Luis María de Borbón y Vallabriga (1794-1803)

Don Luis Maria de Borbon y Vallabriga nació en el Palacio del Marqués de Villena de Cadalso de los Vidrios, 22 de mayo de 1777, y murió en Madrid el 18 de marzo de 1823. Fue Arzobispo de Sevilla y de Toledo y Regente durante la guerra de la Independencia. Era hijo del Infante don Luis, a quien sucedió en el Condado de Chinchón.
Nació sin rango especial alguno debido al matrimonio morganático de su padre con María Teresa de Vallabriga, lo que le privó en sus primeros años del apellido Borbón y de lugar en la línea sucesoria. En 1779 su familia se trasladó a Velada y Arenas de San Pedro, donde su padre se convirtió en mecenas de importantes artistas, como Goya, quien retrató a su familia.
Su madre le dispensó poco afecto. A la muerte de su padre en 1785, su tío el rey Carlos III, se había encargado de separar a los hermanos Vallabriga, encomendando su educación al arzobispo de Toledo: Luis María fue trasladado al Palacio Arzobispal y María Teresa y su hermana pequeña entraron en el Monasterio Cisterciense Bernardas de Toledo, todo ello con el objeto de evitar la descendencia de esta rama de la familia Borbón.
Los jóvenes fueron creciendo lejos de su madre, que tardó siete años en vol- ver a verlos. Luis María sintió desde muy joven inclinación por estado sacerdotal. Fue decisivo en su vida el ser educado por el culto cardenal Lorenzana. Tras tomar las órdenes sacerdotales, fue investido, en 1793, arcediano de Talavera y al año siguiente fue autorizada su sucesión en el condado de Chinchón, título que cedió a su hermana María Teresa en el año 1795, que en 1797 se casó con Manuel Godoy, secretario del Despacho de Estado. La protección de su cuñado le permitió alcanzar en 1800 la mitra de Toledo y el capelo de Cardenal presbítero de Santa María della Scala, siguiendo los pasos de su padre. En 1799 se le otorgó la dignidad de grande de España, y en 1820 el collar del Toisón de Oro. En la cumbre de su carrera volvió a ser retratado por Goya. Era un joven culto y de espíritu liberal, pero de acentuado carácter sombrío, débil y flexible. Vivió alejado de la corte hasta que el matrimonio de su hermana María Teresa con Manuel Godoy que, como hemos visto, vino a catapultar su carrera.
Cuando en 1808 las tropas de Napoleón invaden España, Luis es el único miembro de la familia real que permaneció en la nación. Huyó a Andalucía y participó en las Cortes de Cádiz, también firmó el decreto que suprimía el tribunal de la Inquisición española.
A la retirada de los franceses en 1813, Luis María preside el consejo de regencia que gobernará el país hasta la llegada de Fernando VII y la jura de la Constitución de 1812. 
El golpe de Estado que dio el rey a fin de restaurar el absolutismo propició la detención de los componentes de la regencia, excepto Luis que fue obligado a renunciar al arzobispado de Sevilla.
En 1820, Rafael del Riego lanza un pronunciamiento que obliga al rey a jurar la constitución y a aceptar un gobierno moderado. Durante este período, conocido como Trienio Liberal, Luis María formó parte de la primera línea de gobierno.
Fue promovido a Caballero de la Orden del Toisón de Oro el 9 de julio de 1820.
Su muerte, acaecida en la capital el 18 de marzo de 1823 le libró de la represión que se suscitó durante la "Década Ominosa", comenzada pocos meses después bajo el amparo de los Cien Mil Hijos de San Luis. Fue enterrado en la catedral de Toledo.


miércoles, 20 de mayo de 2020

13º CONDE DE CHINCHÓN: DON LUIS ANTONIO JAIME DE BORBON Y FARNESIO.


XIII.- El Infante Don Luis (Luis Antonio Jaime de Borbón y Farnesio) XIII Conde de Chinchón.

Al cambiar su residencia definitivamente a Italia, el duodécimo conde de Chinchón, el Infante don Felipe de Borbón, vendió el Condado de Chinchón a su hermano pequeño don Luis Antonio Jaime de Borbón y Farnesio el 28 de mayo de 1761, lo que va a suponer un cambio significativo en la actitud del nuevo conde en comparación con su antecesor. Mientras éste no se ocupó personalmente del Estado de Chinchón por estar centrado en asuntos oficiales de mucha mayor importancia, ostentando títulos de mayor rango, don Luis eligió para sí el título de Conde de Chinchón, porque, según decía, era el único que había conseguido por sí mismo.
El nuevo conde había comprado un poco antes el señorío de Boadilla a la señora de Mirabel, por 1.200.000 reales, que aumento con compras a los concejos de Boadilla y Pozuelo de Alarcón, a los premonstratenses de San Joaquín de Madrid, y a las monjas de Santa Clara de Boadilla. Por la compra del Condado de Chinchón pagó a su hermano Felipe catorce millones de maravedíes.
Impulsó las obras de restauración de la Iglesia de la Piedad y respaldó la creación de la Sociedad Económica de Amigos del País de Chinchón; pero vamos a empezar por el principio.
Don Luis Antonio Jaime de Borbón y Farnesio había nacido en Madrid el 25 de julio de 1727, hijo de Felipe V y de su segunda esposa Isabel de Farnesio. Sus primeros años los pasó en Sevilla, porque allí se había trasladado la corte para que el rey pudiese superar uno de sus estados de postración en los que caía frecuentemente. A los seis años regresa a Madrid y vive en el Palacio del Buen Retiro y en los distintos Sitios Reales, bajo la tutela de su viejo ayo, el marqués Aníbal Scotti, demasiado mayor para imponer ninguna clase de disciplina al displicente infante, que no mostraba demasiado entusiasmo por el aprendizaje.
Su madre, autoritaria y ambiciosa, se había ocupado en buscar para todos sus descendientes honores y títulos; y como no quedaban en Europa más reinos por repartir, para el pequeño Luis Antonio le reservó altos honores eclesiásticos y a los 7 años es nombrado arzobispo de Toledo. El papa Clemente XII no había visto con buenos ojos este nombramiento pero tiene que claudicar y concederle el capelo cardenalicio y 4 años después es, también, nombrado arzobispo de Sevilla. Estos dos cargos eclesiásticos eran los que mayores rentas disponían en toda España.
A los veintinueve años renunció a los honores eclesiásticos, que había recibido cuando era un niño, porque su conciencia no le permitía vivir una vida que no fuese acorde con las altas dignidades que ostentaba... aunque, bien es verdad, con ello no perdió las rentas de las mitras de Toledo y de Sevilla, que le permitieron realizar el sueño de construirme una pequeña corte en Arenas de San Pedro y terminar de construir el palacio de Bobadilla que había diseñado su amigo Ventura Rodríguez.
Su padre llegó a ser rey de España por una carambola del destino, y él o sus herederos no lo fueron por las artimañas de su hermano Carlos III que se encargó de urdir una sofisticada trama que se plasmó en la real Pragmática que se publicó el 27 de marzo de 1776.
Cuando el Infante tomó la decisión de contraer matrimonio, su hermano, vio amenazado el derecho de sus hijos al trono, porque según la ley Sálica no podían reinar los no nacidos en España, y ellos habían nacido en Nápoles, y se negó sistemáticamente a que me casase con mujer de igual condición. Al fin, permitió la boda con doña María Teresa Vallábriga, que era demasiado joven; él tenía entonces 49 años y ella sólo 17.
Se casaron en Olías del Rey el día 27 de junio de 1776, en el Palacio de Fernardina, y en la ceremonia se estrenó la Serenata en Re Mayor que había compuesto Boccherini expresamente para ese día.
Tuvieron cuatro hijos. El primero Luis María, que nació en el palacio de Villena de Cadalso de los Vidrios, el 22 de mayo de 1777.
Luego, en Arenas de San Pedro, nació, el 6 de marzo de 1779, su segundo hijo que llamamos Antonio María, y que fue apadrinado por el obispo de Ávila, Don Miguel Fernando Merino; aunque sólo viviese unos meses y murió en diciembre de ese mismo año y decidió que fuese enterrado en la cripta de la Iglesia de Chinchón. Allí don Miguel Ramón, que entonces era el párroco de Chinchón, mandó colocar una lápida en la que se leía:

ANTONIO MARIAE AEXIMIAE VENVSTATIS CVMVL QVI COCLO DIGNVS TERRAM NONDUM ACCAM COMPLETIS MESIBVS TENVIT DILECTISSIMO FILIO LVDOVICVS HISPANOVM INFANS ET MARIA TERESA DULCISSIMA CONJVS HOC SVAE PIETATIS TESTIMONIVM ET MAXIMI AMORIS MONIMENTVM. R

Aunque hay algunas palabras que deben estar mal copiadas, la traducción aproximada, podría ser:

LUIS, INFANTE DE LOS ESPAÑOLES,
Y MARÍA TERESA, SU DULCÍSIMA ESPOSA, DEDICAN ESTE MONUMENTO COMO TESTIMONIO DE SU PIEDAD
Y SU MÁXIMO AMOR A SU QUERIDO HIJO ANTONIO MARÍA

CÚMULO DE EXIMIA BELLEZA QUIEN VIVIÓ CON DIGNIDAD APENAS DIEZ MESES

Sus otras dos hijas nacieron en el palacio de Velada: el 26 de noviembre de 1780 nació María Teresa Josefa y el 6 de junio de del año siguiente, María Luisa Fernanda.

La toma de posesión del condado se realizó con fecha 11 de junio de 1761, estando representado el conde por el Caballero de Santiago don Sebastián Fernández de Helices. Asistieron a la ceremonia representantes de todas las villas del Condado y Estado de Chinchón, y se celebró en el salón de juntas del Ayuntamiento. El testimonio de este acto lo redactó el escribano Manuel Machuca, y por él sabemos que los representantes de Chinchón en este acto fueron el Corregidor don Francisco Rivero Ramírez de Arellano, abogado de los Reales Consejos, don Francisco Irala alcalde ordinario del estado noble, Juan Antonio González Recas, alcalde del estado general, don Blas Dusmet y don Vicente Carrasco regidores del estado noble, y don Gabriel Díaz y don Francisco Ortego, del estado general. Asistieron como testigos muchos caba- lleros y personas de distinción de todas las clases, como don Juan Carrasco y Latorre, don Bernardino de Calba, y don Francisco Ortiz de Zárate, de Chinchón y los representantes del conde don Juan Antonio de Pinillos, don Manuel Moreno y don José de Echevarría.
Después de este acto, el apoderado del Infante acompañado de todos, tomó posesión de los distintos patronatos: Capilla mayor de la parroquia; Capilla de la Piedad en la iglesia nueva, representada por el capellán mayor don José de Fominaya Monterroso; Convento de Santa Clara representado por la madre abadesa Sor María Antonia de la Santísima Trinidad y por el padre vicario Fray José de Cobos, y la capilla mayor del convento de San Agustín, representado por su Prior Fray Francisco Salcedo.
A las seis de la tarde pasó al castillo, en cuya puerta estaba el gobernador de estos Estados don Blas Manuel Dusmet que le entregó las llaves de la fortaleza, recorriendo el apoderado del infante sus estancias, paseando por sus almenas y abriendo y cerrando puertas en señal de posesión. Devolvió después las lla- ves al gobernador para que las tuviera a orden y disposición del Infante.
D. Luis, utilizó el título de Conde de Chinchón, en vez de otros de mayor rango, y se preocupó de los asuntos del pueblo. Envió a su arquitecto personal, Ventura Rodríguez, para que se encargase de la restauración de la Iglesia.
Efectivamente, en el año 1782 don Miguel Ramón Linacero, cura párroco de Chinchón es el promotor de la remodelación y ornamentación de la Iglesia de la Piedad. Consigue que el Conde, el Infante don Luis, envié a Chinchón a su arquitecto Ventura Rodríguez, que se encarga de planificar las obras, haciendo grandes cambios en todo el templo, sobre todo en el presbiterio.
Fue protector de Francisco de Goya, quien le visitaba frecuentemente en el Palacio y quien hizo varios retratos de toda su familia.
Gracias a su intervención, don Camilo de Goya y Lucientes, hermano del pintor, fue nombrado capellán de la Iglesia de la Piedad de Chinchón.
Falleció el 7 de agosto de 1785, en el Palacio de Mosquera de Arenas De San Pedro. 

martes, 19 de mayo de 2020

12º CONDE DE CHINCHÓN: DON FELIPE DE BORBÓN Y FARNESIO.



XII.- Felipe de Borbón y Farnesio (1738-1761)

Con la autorización del Rey Felipe V, el 25 de octubre de 1738, Don José de Sforza y Cesarini, duque de Genzano, vende el título y Estado de Chinchón, con Ciempozuelos, San Martín de la Vega, Seseña, Villaconejos, Valdelaguna, Villaviciosa de Odón, Moraleja la Mayor, Moraleja de Enmedio, Sacedón y Serranillos, al Infante don Felipe de Borbón y Farnesio, hijo del rey Felipe V.
El Infante había nacido en Madrid el 15 de mayo de 1720 y tenía 17 años cuando se convierte en el duodécimo conde de Chinchón.
Como es de suponer, la noticia de la compra del Condado por el hijo del Rey causó una gran conmoción en todos los pueblos mencionados. Eran conscientes de las posibilidades que se abrían al pasar a ser posesión de la familia real. Además, por su proximidad a la corte y al real sitio de Aranjuez, lugares de residencia de los reyes, ofrecía una oportunidad para que en estos pueblos se fuesen asentando familias que pretendían, por unas u otras causas, estar cerca de la realeza.
Aunque la fecha oficial de la venta fue el día 25 de octubre, desde unos meses antes la noticia es conocida en el Condado y, como era normal en estas circunstancias, los representantes de todos los pueblos se apresuran a solicitar autorización para organizar grandes fiestas conmemorativas del acontecimiento. Como contestación a estas solicitudes, con fecha 21 de septiembre de 1738 don Miguel Herrero de Espeleta, representantes del Infante, dirige al Ayuntamiento de Chinchón un escrito en el que se indica que "ante la solicitud de los distintos pueblos del condado para celebrar fiestas públicas por la felicidad que van a adquirir en ser vasallos de tan grande y benigno príncipe, y deseando al mismo tiempo que estas demostraciones no excedan de los límites de la actual posibilidad, autorizan a Chinchón a celebrar con este motivo los siguientes actos: Dos fiestas de toros, sin caballero, en la Plaza, y demás circunstancias al arbitrio de la villa. Tres noches de fuegos y luminarias, moderando el gasto de los fuegos. Dos comedias y una mojiganga". A continuación detalla las fiestas que pueden realizar los restantes pueblos.
En otro escrito de la misma fecha se comunica que el príncipe ha permitido que se entregue al pueblo un retrato de su Real Persona, para que sea colocado en el lugar que se indicará.
Y el 1 de octubre de 1738 solicita al Ayuntamiento de Chinchón que nombre una comisión que ha de recibir al Cardenal don Gaspar de Molina y Oviedo, cuando llegue a Chinchón para tomar posesión del condado en nombre del Infante don Felipe de Borbón.
Se publicó un librito en verso, titulado “Ya es nueva corte Chinchón", en la que "Descríbense, en compendio, las plausibles fiestas que en muestra de su amor y regocijo, hizo la Villa de Chinchón, al rendir su obediencia y posesión al Serenísimo Señor Infante don Phelipe de Borbón, Gran Prior de San Juan, Almirante de la Mar, Conde de Chinchón y de Odón, Marqués de San Martín, etc. Por medio del Eminentísimo Señor D. Fray Gaspar de Molina y Oviedo, Cardenal de la Santa Romana Iglesia, Obispo de Málaga, Gobernador del Real y Supremo Consejo de Castilla y Comissario General de la Santa Cruzada, por D. Diego Sánchez Agudo, natural de la misma villa, quien la dedica a S.A.R., por mano de su Eminencia".
Su autor, como se dice, es Diego Sánchez Agudo, y está editado en el año 1738 en Madrid, por la Imprenta de Lorenzo Francisco Mojados. Es un pequeño libro de sólo 36 páginas, de 21x35 cm. Contiene tres grabados de colofones y sus páginas están orladas.

El Cardenal permaneció, como ya se ha dicho, alojado en el Convento de los padres agustinos durante los días que duraron los actos de toma de posesión, que se prolongaron hasta el día 9 de noviembre.
En esta época del año suele hacer mal tiempo en Chinchón y 1738 no debió ser una excepción; debió llover durante esos días, según se desprende del acta de una junta celebrada por la corporación municipal el día 5 de noviembre. En la misma se dan instrucciones para la organización de las fiestas que se están celebrando esos días con motivo de la toma de posesión, indicándose que se arregle la plaza echando paja y grava, que se disponga para que los balcones sean ocupados por las personas más importantes, y que se corran los catorce toros; y si no fuese posible matarlos todos el mismo día, que se encierren para correrlos al día siguiente, y que la otra corrida (para la que también tenían autorización) se posponga hasta nuevo acuerdo.
El Cardenal debió informar al Rey de los fastos que se habían organizado y la acogida que le habían dispensado y el monarca tampoco habría olvidado las muestras de lealtad que a él mismo le había dispensado el pueblo cuando pernoctó en Chinchón en el año 1706, así como su apoyo durante la guerra de sucesión. Por eso, al mes siguiente, el 26 de diciembre, decide conceder a Chinchón la gracia de que se titule “La Muy Noble y Muy Leal".

El 1 de julio de 1747 el infante-conde hace cesión de todos sus derechos sobre de todas las dehesas y baldíos del término municipal de Chinchón, mediante la pensión anual de setenta reales, que había de pagar la villa el 22 de marzo de cada año. Esta cesión se firmó en Chinchón, en escritura ante el escribano don Manuel José de Herrera, representando al infante el licenciado don Andrés Rodríguez, abogado de los Reales Consejos y de Cámara de la Alteza, y a la villa, los regidores por ambos estados, don Bernardino de la Calva y Frías y don José Bravo. Estos terrenos los había recibido el príncipe por un Real Decreto, al que ya hicimos referencia, dado por el Rey Felipe V, en San Ildefonso el día 20 de agosto de 1740.

lunes, 18 de mayo de 2020

9º, 10º y 11º CONDES DE CHINCHÓN: LOS CONDES ITALIANOS.


IX.- Julio Savelli y Peretti (1683-1712)
X.- Juan Jorge Sforza Cesarini Savelli (1712-1729)
XI.- José Sforza Cesarini Savelli (1729-1738)

La línea de sucesión colateral italiana de los Cabrera Bobadilla, estaba representada por don Julio Saveli Fernández de Cabrera y Bobadilla, príncipe de Albano y Venafo, que era Guarda del Cónclave en el Vaticano, y grande de España de primera clase. Para gobernar sus posesiones en Chinchón nombró a don Lucas Pastor.
Hay que decir que con motivo de la Guerra de Sucesión, el pueblo de Chinchón se alinea con Felipe V y en contra del Archiduque Carlos.  No obstante, el reconocimiento al rey por parte del pueblo de Chinchón no era compartido por su Conde italiano a quien, por un decreto de 30 de septiembre de 1707, le fueron secuestrados los Estados que poseía en España, por haber reconocido y prestado acatamiento al Archiduque Carlos, cuando sus tropas entraron en Nápoles.
Por este motivo la administración del Estado de Chinchón fue confiada, con goce de frutos, a don Carlos Manuel Homo-Dei Pacheco Lasso de la Vega, marqués de Almonacid de los Oteros, embajador de Felipe V y Caballerizo Mayor de la reina María Luisa de Saboya.
A la muerte sin descendencia del conde don Julio Saveli el día 5 de marzo de 1712, se promovió un largo pleito para determinar el derecho a la sucesión en el Mayorazgo y Estado de Chinchón, entre las siguientes personas:
Don Juan Jorge Cayetano de Sforza, Duque de Cesarini y su hijo José Sforza, vecino de Roma.
Doña Sinforosa Manrique de Lara Cabrera Bobadilla, duquesa de Nájera, representada por su marido don Gaspar Manuel Manrique de Lara Portocarrero y Moscoso.
Don José Fernández Pacheco Cabrera Bobadilla, marqués de Vezmar y Moya. Doña Gloria Cesarini, don José Francisco de Herrera y don Virgilio Colonna que fueron declarados en rebeldía.
En el año 1728 fue ganado el pleito por Don Juan Jorge Cayetano Sforza y con sus poderes y después con los de su hijo, administraron el Condado de Chinchón don Ambrosio María Adriani y don Juan Bautista Dusmet.
No queda constancia si los condes italianos visitaron en alguna ocasión sus posesiones en Chinchón. A la muerte de su padre hereda el título don José de Sforza y Cesarini, duque de Genzano, quien el 25 de octubre de 1738 vende el título y Estado de Chinchón, con Ciempozuelos, San Martín de la Vega, Seseña, Villaconejos, Valdelaguna, Villaviciosa de Odón, Moraleja la Mayor, Moraleja de Enmedio, Sacedón y Serranillos, al Infante don Felipe de Borbón y Farnesio, hijo del rey Felipe V.
Por tanto, durante los 55 años que transcurren entre 1683 a 1738, el Condado de Chinchón perteneció a la rama Italiana de la Familia Cabrera-Bobadilla.
Aunque hemos dicho que no hay constancia de que alguno de los titulares del Condado visitasen Chinchón, sí es posible que alguna familia italiana se pudiese asentar en nuestro pueblo, aunque tampoco queda constancia de ello, a excepción de la Familia del Nero, cuyos descendientes aún siguen residiendo en Chinchón.

domingo, 17 de mayo de 2020

6º, 7º y 8º CONDES DE CHINCHON: TRES CONDESAS DE TRANSICIÓN:



VI.- Inés de Castro Cabrera y Bobadilla (1665-1665)
VII.- Francisca de Cárdenas Cabrera y Bobadilla (1666-1669)
VIII.- Francisca de Castro Cabrera y Bobadilla (1669-1683)

Al morir sin descendencia don Francisco Fausto, hereda el condado su prima doña Inés de Castro y Rivera.
Era doña Inés hija de don Andrés de Castro y Rivera y de doña Inés de Rivera Enríquez y Suárez de Castilla, y nieta de doña Teresa Cabrera y de la Cerda y de don Pedro de Castro, conde de Lemos, y biznieta del segundo conde de Chinchón. Era también viuda de don Alejo de Cárdenas, marqués de la Mota y de la Puebla.
Poco más de dos meses tuvo el título la sexta condesa de Chinchón, pues murió el día 27 de diciembre de ese mismo año, sucediéndola su hija doña Francisca de Cárdenas y Castro, bajo la tutela de su abuela doña Inés de Rivera Enríquez.
Esta señora murió en Chinchón el 10 de junio de 1669 siendo enterrada en la capilla de la Piedad. Unos meses después, el 27 de octubre de ese mismo año muere la joven condesa, estando soltera y sin descendencia, por lo que el condado de Chinchón pasa a su tía doña Francisca de Castro y Enríquez de Rivera que se convierte así en la octava condesa de la casa.
Al año siguiente se casa doña Francisca con su primo don Francisco de Guzmán Cabrera Bobadilla, que muere sólo dos años después, el día 29 de julio de 1672. Se casa de nuevo en el año 1677 con don Enrique Benavides, marqués de Bayona, que ostentaba el cargo de General de las Galeras de España y era del Consejo de Su Majestad.
No tiene descendencia en ninguno de los dos matrimonios y a su muerte en enero de 1683, pasan los títulos, la Casa y el Mayorazgo de Chinchón a la línea de sucesión colateral italiana.

viernes, 15 de mayo de 2020

5º CONDE DE CHINCHÓN: FRANCISCO FAUSTO FERNÁNDEZ DE CABRERA BOBADILLA.



Francisco Fausto,  que había nacido el 4 de enero de 1629, en Lambayeque (Perú), durante el virreinato de sus padres sucedió a su padre como V Conde de Chinchon y fue el último conde de la dinastía.
Tenemos que recordar que sus abuelos don Diego y doña Inés habían iniciado la construcción del Monasterio de Inmaculada Concepción de las hermanas clarisas, que continuaron sus padres.
El 28 de octubre de 1653, el Señor Conde inaugura el convento y elige como primera abadesa a Juana de la Santísima Trinidad, en el siglo, Da. Juana Fernández de Pacheco y de Portugal, natural de Escalona, hija de los Marqueses de Villena, nieta de los Infantes de Portugal y prima de los condes fundadores, que había profesado en el Convento de las Descalzas Reales de Madrid, en el año 1617.
La fundación, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Concepción, fue dotada para treinta y tres religiosas, reservándose el conde el derecho de presentación de doce de ellas.
Cuando muere el 1 de octubre de 1665 es enterrado en un mausoleo que se construyó en el coro del convento. En el mismo se colocaron unas estatuas de mármol del conde y de su esposa y una lápida, que en la actualidad está muy deteriorada, con partes que han desaparecido totalmente, Aunque al faltar varias palabras es difícil hacer la traducción del texto latino, en las partes que están completas, se puede leer:

AQUÍ YACE EL EXCELENTÍSIMO SEÑOR DON FRANCISCO FAUSTO FERNANDEZ DE CABRERA Y BOBADILLA, CONDE DE CHINCHÓN, MARQUES DE SAN MARTIN DE LA VEGA, DISTINGUIDO CON LA INSIGNIA DE LA SAGRADA ORDEN MILITAR DE SANTIAGO Y COMENDADOR DE LA MISMA EN EL CAMPO DE CRIPTANA......
.... LA ESCELENTÍSIMA SEÑORA DOÑA FRANCISCA DE CORDOBA Y VELASCO, SU QUERIDÍSIMA ESPOSA, CONSTRUYÓ ESTE SEPULCRO, COMO MONUMENTO DE DOLOR Y AL MISMO TIEMPO DE SU SINCERO AMOR. MURIÓ EL PRIMER DÍA DE OCTUBRE DEL AÑO MIL SEISCIENTOS SESENTA Y CINCO.

Como dice esta lápida fue nombrado en el año 1642, antes de suceder a su padre, Marqués de San Martín de la Vega y fue Comendador del Campo de Criptana de la Orden de Santiago. Amplió el Mayorazgo que fundaron los primeros señores de Chinchón, por testamento otorgado en Madrid el día 3 de mayo de 1665.
Se había casado con doña Francisca de Córdoba y Velasco, hija del Marqués del Fresno, con quien no tuvo descendencia, por lo que le sucedió en el condado su prima doña Inés de Castro y Rivera.
Unos días después de su muerte el Concejo de Chinchón acuerda hacer honras fúnebres y nombrar a una comisión que se traslade a Madrid para dar el pésame a su viuda y a su heredera.
Como se ve el conde ya tenía su residencia en la Corte pero seguía ocupándose de su condado, y no solo de los aspectos políticos y económicos, sino también de los aspectos morales. Sin duda que el Conde había demostrado su interés por los aspectos religiosos con la terminación y ampliación de la fundación del convento de religiosas, y este carácter religioso y moralizador lo manifiesta en un escrito que envía al concejo de Chinchón, en cuyo libro de acuerdos municipales, con fecha 11 de febrero de 1665, se recoge una disposición del conde que, por su curiosidad recogemos íntegramente, y dice así:
"Luego que recibáis esta os informaréis, con todo cuidado, si en esa villa hay algunos pecados públicos o secretos u otras cosas dignas de remedio; y sobre ello haréis toda la diligencia e inquisición necesaria, con intervención del cura y habiéndolo averiguado, pondréis en ello el que convenga por el camino que a todos pareciese más apropiado, para que se consiga el servicio de Nuestro Señor y bien de las almas de mis vasallos.
Así que os encargo las conciencias, para que la mía no lo quede, y os advierto que así la averiguación como el remedio, se hagan con la prudencia, por si acaso tocare a mujeres casadas o personas constituidas en buena opinión; pero que sea sin reservación de nadie; y no solo lo que fueran liviandades sino también usura y otros procederes ilícitos; y porque pueda tener mejor efecto, en caso necesario, daréis cuenta a mi corregidor, para que con su autoridad se reforme. Estando ya advertido, porque yo se lo he escrito así. Y juntamente con el cura me enviareis recibo de la carta, con que yo quede asegurado de que ha llegado a vuestras manos y libre del escrúpulo de mi obligación".

jueves, 14 de mayo de 2020

4º CONDE DE CHINCHÓN: DON LUIS JERÓNIMO FERNANDEZ DE CABRERA Y BOBADILLA.



Luis Jerónimo de Cabrera y Bobadilla (Nació en Madrid el 20 de Octubre de 1589 y murió en Madrid el 28 de octubre de 1647) IV Conde de Chinchón. Fue tesorero general del Consejo de Aragón entre 1612 y 1627[1] y virrey del Perú durante diez años, desde 1629 hasta 1639.
Sus padres fueron Diego Fernández de Cabrera y Mendoza, tercer conde de Chinchón, e Inés Pacheco.
Al concluir su mandato como virrey en 1639, Cabrera regresó a España, donde llegó a ser consejero de estado y acompañó al rey Felipe IV en la campaña de Navarra, Aragón y Valencia.
Contrajo matrimonio dos veces: la primera con Ana Osorio Manrique, hija de los Marqueses de Astorga, con quien no tuvo sucesión y la segunda con Francisca Enríquez de Rivera, hija de Afán de Rivera, con quien tuvo un único hijo, Francisco Fausto, que le sucedió en sus títulos nobiliarios.
EL IV Conde de Chinchón fue el que, sin duda, alcanzó el puesto de mayor rango, al ser nombrado Virrey del Perú.
El año 1628 iba a ser de gran importancia para el IV conde de Chinchón. El día 18 de febrero de ese año, S.M. el Rey de España, Felipe IV, nombra Virrey del Perú a don Luís Jerónimo Fernández de Cabrera Bobadilla de la Cerda y Mendoza, conde de Chinchón. Tenía 39 años.
Durante los años que permaneció fuera de España, delegó el gobierno de su Casa y Estado a don José Carvajal, que era también Consejero de Estado, y su secretario y lugarteniente como Tesorero General de la Corona de Aragón; a este lo sustituyó después don Juan de Olavarría.
Embarcan en Cadiz el 7 de mayo de 1628, en la armada de galeones al mando de don Fadrique de Toledo, con rumbo a America, y después de treinta y tres días de navegación, arribaron al puerto de Cartagena de Indias, el día 19 de junio.
El Virrey tomó una embarcación y navegó sin novedad hasta el Callao. Sin embargo decidió que su esposa hiciese el viaje por tierra por estar embarazada, teniendo que soportar una larga marcha hasta llegar a Lima. Antes de llegar, en Lambayeque, del Obispado de Trujillo, dio a luz a su hijo, el 4 de enero de 1629, que fue bautizado por el licenciado don Fernando de Contreras, capellán y tesorero del Conde, con los nombres de Francisco, Fausto, Antonio y Melchor. 
El Conde de Chinchón no fue una figura excepcional en la historia de la civilización española en América. Era un hombre cristiano, leal, recto y prudente, uno de tantos españoles que dejaron su patria y marcharon a aquellas tierras lejanas con el afán de servir a su Patria y a su Rey, y sin perder de vista la obligación de ayudar desde sus puestos a los encargados de cristianizar el nuevo mundo.
Ruben Vargas Ugarte, en su introducción al “Diario de Lima” dice que “el período del Conde no se señaló por ningún hecho sobresaliente, pero sin ser autor de grandes reformas y haberse significado como impulsor de obras de capital importancia, fue un gobernante discreto y acertado, celoso del cumplimiento de sus deberes e inclinado siempre a hacer justicia y mirar por el bien de sus subordinados. No puede atribuírsele mejor elogio. Agobiada la Monarquía por las continuas guerras y el despilfarro introducido por validos y favoritos, corría a su ruina y, para detenerla se hacía preciso demandar continuos auxilios pecuniarios.... El Conde de Chinchón hubo de plegarse a esta política egoísta que empequeñecía su labor, reduciéndola a la categoría de administrador de un hidalgo manirroto”.

Según su criado Diego Pérez Gallego, el Conde de Chinchón era un hombre minucioso y ordenado que “pasaba un día como los demás y refiriendo el exercicio de uno está dicho el que tuvo en los doce años que vivió en las Yndias”. 
Según escribe Luís Hernández Alonso en su “Virreinato del Perú”, no admitía camarillas. 
En cuanto a sus virtudes, se puede reseñar que supo aunar la valentía con la prudencia, la energía con la comprensión, habiendo que destacar su sentido de la justicia, su caballerosidad y su discreción.
Su prudencia se manifestó en el cuidado de guardar las leyes y ordenanzas antiguas, pues consideraba que la novedad trae consigo generalmente odios y crea quejas y disgustos. No se dejaba llevar por la pasión en la toma de decisiones. Su criado dejó escrito: “Nunca pensó lo que no era, ni dixo lo que no sabía ni creía; dezia lo que no tenía, ni jamás dixo todo lo que sabía, ni creyó todo lo que oía. Qué buenas propiedades de Virrey, y más de tierra tan dilatada donde los informes son varios y contrarios muchas veces”.
Era el Conde de Chinchón muy riguroso en cosas tocantes a la moral y a los deberes y prácticas religiosas. Daba órdenes para que la tropa y las personas que iban a viajar por mar se confesasen y comulgasen, como en aquel tiempo de largas navegaciones se acostumbraba. Prohibió se reuniesen ambos sexos en las distribuciones devotas que se hacían por cuaresma en diferentes templos: así mismo mandó en 1630, que en el Teatro estuviesen siempre separados los hombres y las mujeres; que las de la plebe no usasen ropas de seda y otros artículos de lujo: y dictó frecuentes providencias, intentando extinguir el hábito de cubrirse aquéllas el rostro. Favoreció el proyecto de establecer una casa particularmente destinada para huérfanas en Lima; y contribuyó al acrecentamiento de las rentas del hospicio de niños expósitos.

Pero sin duda el hecho que ha marcado su historia es el no probado históricamente descubrimiento de la quina como remedio para el paludismo, que se atribuye a la curación de la Virreina con este tratamiento.

Como digo, es un hecho no suficientemente probado históricamente, y bien pudo ser una leyenda inventada con fines comerciales; pero la realidad es que el naturalista sueco Linneo dio el nombre científico de “Chinchona” a la quina, en honor y recuerdo de doña Francisca Enríquez de Rivera, Virreina del Peru y Condesa de Chinchón, y eso si ha quedado en la historia.

Aunque la fecha oficial de la terminación de su mandato en Peru fue el día 18 de diciembre de 1939, fecha en que tomó el mando su sucesor don Pedro Álvarez de Toledo y Leiva, Marqués de Mancera, el Conde de Chinchón no salió de Perú hasta el día 2 de junio de 1640. Durante varios meses estuvieron recorriendo varios países de América hasta que llegaron a Colombia para embarcar hacia España en Cartagena de Indias. Allí murió Doña Francisca Enríquez de Rivera, condesa consorte de Chinchón, el 14 de enero de 1641 cuando iban a iniciar el viaje de regreso a España y allí recibió cristiana sepultura. En su tumba se colocó una estatua de alabastro con la efigie de la Virreina.
Don Luís Jerónimo acompañado por su hijo y todo su séquito embarcó con rumbo a España para seguir desempeñando los otros altos cargos que ostentaba.

miércoles, 13 de mayo de 2020

3º CONDE DE CHINCHÓN: DIEGO FERNÁNDEZ DE CABRERA Y BOBADILLA.



Don Diego, el conde constructor.

Diego Fernández de Cabrera y Bobadilla, III Conde de Chinchón, nació en  Chinchón en fecha que desconocemos y murió en Madrid el 23 de noviembre de 1608. Tesorero general de la Corona de Aragón, mayordomo de la Casa Real y consejero de Estado, Guerra, Aragón e Italia.
Diego Fernández de Cabrera y Bobadilla fue el hijo primogénito de Pedro Fernández de Cabrera, II conde de Chinchón desde 1522, y de Mencía de la Cerda y Mendoza, tía de la célebre Ana de Mendoza, mujer de Ruy Gómez de Silva. 
Han llegado pocas noticias acerca de la primera etapa de la vida de Diego, aunque se sabe que nació en la villa de Chinchón. Sus primeros pasos en el servicio del Rey los dio en jornadas de guerra. Algunos cronistas señalan su participación en las campañas militares contra Francia de la década de los cincuenta y en el socorro de Mazalquivir de 1563. Posteriormente se asentó en la Corte para asistir a su padre en sus oficios, hasta el punto de que, en 1571, se rumoreó que le iba a traspasar la Tesorería General de la Corona de Aragón, que le daba acceso a los consejos de Aragón e Italia, y que su padre disfrutaba desde 1558, gracias a su relación con el portugués Gómez de Silva. Durante este período se inició en los entresijos del Gobierno y en las intrigas y maniobras palaciegas, en las que llegó a ser consumado especialista.
Don Diego Fernández de Cabrera y Bobadilla nació en Chinchón, como varios de sus hermanos y como su padre, y como él también desempeñó importantes cargos oficiales estando, siempre, muy cerca del Rey Felipe II.
Esta estrecha relación con el monarca se puede comprobar en la correspondencia que mantuvieron. Son un total de 26 cartas manuscritas, en 47 folios, fechadas de 1567 a 1594. En estas cartas autógrafas, Felipe II se expresa con total libertad, exponiendo sus opiniones y sentimientos en temas sobre el príncipe don Carlos, las Cortes de Monzón, la revuelta de Aragón, el asunto de su secretario Antonio Pérez, las Cortes de Tarazona, y todo tipo de consultas sobre nombramientos religiosos y políticos, obras arquitectónicas, viaje a Cataluña, etc. Estas cartas demuestran fehacientemente que don Diego Fernández de Cabrera y Bobadilla fue uno de los más influyentes ministros de todo su reinado.
Felipe II le distinguió con su amistad y le nombró su secretario para la contrucción del Monasterio del Escorial. Este cargo le hizo ser muy entendido en construcciones, conocimientos que puso en práctica para terminar muchas de las obras que había iniciado su padre en Chinchón y acometer la reconstrucción de los Castillos de Chinchón y de Odón. Además de los conocimientos técnicos que pudo adquirir con estas obras, ideó el sistema de destajos en las obras del Monasterio, lo que permitió abaratar los costes y acelerar la construcción, racionalizando y organizando los trabajos de tal forma que no se entorpeciesen entre sí los obreros que desempeñaban los distintos oficios y tareas en la construcción.
Tuvieron que pasar cerca de 70 años desde la destrucción del castillo por los comuneros, para que el tercer Conde de Chinchón, Diego Fernández de Cabrera y Bobadilla, decidiera comenzar su reconstrucción y la del castillo de Odón. En su persona se reunieron los factores determinantes para poder llevar a cabo dichas reedificaciones: fue "el hombre más rico de Castilla y era un experto en arquitectura".
Si pensamos que este castillo se reconstruye cuando España era la primera potencia mundial y "en cuyo imperio no se ponía el sol", no parece lógica la decisión de hacer una fortaleza defensiva puesto que no era previsible ningún ataque enemigo. Aparentemente, la decisión de hacer esta fortaleza estaría motivada por un afán de notoriedad del conde.
Pero encontramos otra teoría para justificar la reconstrucción de los castillos. El conde era una persona religiosa y piadosa, como lo muestra sus aportaciones para la construcción de la Iglesia de Chinchón, pero también tenía un carácter ambicioso e intrigante, y durante su vida se granjeó enemistades y envidias de otros nobles con los que litigó para la consecución de sus propiedades; como, por ejemplo, sus pretensiones sobre el condado de Ribagorza. Quizás ante el temor de las represalias, el Conde de Chinchón se viera ante la necesidad de reconstruir sus antiguas fortalezas y dotarlas de artillería para hacer frente a un hipotético asalto.
Por lo tanto, aunque la función del conjunto era defensiva, era, también residencial para los condes, al menos temporal, y tenía un claro significado simbólico del status señorial de su propietario.
Otro de los retos con que tuvo que enfrentarse el Conde fue la construcción de la capilla de la Piedad, aunque no logró verla terminada. Las obras se dila- taron durante casi cien años, más por dificultades en la financiación que por la envergadura de la obra. Hubo varias reuniónes de los responsables municipales y eclesiásticos con los condes de Chinchón. Concretamente el 23 de mayo de 1586, 22 de enero de 1587 y otra en el mes de febrero de ese mismo año. En estas reuniones se convino con el conde de Chinchón y su hermano don Andrés, arzobispo de Zaragoza, "que no pudiéndose congregar en la iglesia vieja ni la cuarta parte de los mil trescientos vecinos que tenía la villa y estando empezada hacía más de cuarenta y ocho años la iglesia nueva, de cantería y muy capaz para todos los vecinos y cerca de la iglesia antigua, era tan costosa la obra que no podía terminarse en ciento ni doscientos años con la renta de la otra".
También utilizaron los condes la prerrogativa de usar la iglesia como enterramiento. En el presbiterio y en la cripta que se encuentra debajo del altar mayor existieron distintos sepulcros, en los que había colocadas losas con inscripciones alusivas a los mismos. En el cuestionario enviado al Cardenal Lorenzana se detallan seis: la ya comentada, dedicada al primer conde don Fernando, otra a su hijo don Pedro, una tercera en memoria de Don Diego, el tercer conde y tres más dedicadas a las esposas de los condes, doña Teresa de la Cueva y Toledo, doña Mencia de la Cerda y doña Inés de Pacheco.
Quedaba otro contencioso pendiente en el Condado. Un contencioso que se remontaba a más un siglo. Las diferencias de los Condes de Chinchón y la Ciudad de Segovia habían sido muchas y se habían dirimido en los tribunales e, incluso, en los campos de batalla. Ya era hora de terminar con estas contiendas y gracias a su gran amistad con el Monarca, el conde logra que el Consejo Real dicte Sentencia de vista favorable a la Concordia, según la cual las partes contendientes renunciaban recíprocamente a algunas de sus pretensiones, y es ratificada por el propio rey Felipe II en Illescas el 29 de mayo de 1593 y en San Lorenzo el 14 de julio de 1593. Habían tenido que pasar 113 años para dirimir el pleito de los Señores de Chinchón con la Ciudad de Segovia.
Siendo don Diego Conde de Chinchón, en el año 1599, se produjo la visita al Palacio de los Condes, de don Pedro Fernández de Castro y Andrade, en aquel momento Marqués de Sarria y futuro Conde de Lemos, descendiente también de los Condes de Chinchón, acompañado por su protegido y secretario particular, don Félix Lope de Vega y Carpio quien, según cuentan, terminó aquí de escribir y firmó su comedia “El Blasón de los Chaves de Villalba”; obra que dedicó a su anfitrión después de hacer la primera lectura pública en las veladas celebradas en el palacio de los Condes de Chinchón. Esta comedia fue publicada después, en el año 1618, y está clasificada, según Menéndez Pelayo, dentro del teatro de Lope de Vega en el apartado VIII - Crónicas y leyendas dramáticas de España, con el número LXXIV.
Se casó con doña Inés Pacheco, hija del marqués de Villena y duque de Escalona Diego López Pacheco, y de Luisa Bernarda de Cabrera y Bobadilla, tercera marquesa de Moya, con la que tuvo un hijo, don Luis Jerónimo Fernandez de Cabrera y Bobadilla, que le sucedió como IV Conde de Chinchón. 
Desempeñó muy altos cargos de responsabilidad y de confianza del rey, la mayoría de ellos fueron los mismos que había ocupado su padre. Muere en el año 1607 y siglos después, cuando se efectúa la enésima reparación en la iglesia en el año 1980 se pinta una lápida, en el frontal del altar mayor, en recuerdo de este conde y dice así:

AQUÍ YACE EL SEÑOR DON DIEGO FERNÁNDEZ DE CABRERA, CONDE DE CHINCHÓN, DE LOS CONSEJOS SUPREMOS DE SU MAJESTAD Y DE ARAGÓN, MAYORDOMO TESORERO GENERAL DE TODAS LAS REALES CÁMARAS DE LA CORONA DE ARAGÓN, SEÑOR DE LOS SEXMOS DE VALDEMORO Y CASARRUBIOS, ALCAIDE MAYOR PERPETUO DE LOS ALCÁCERES REALES DE LA CIUDAD DE SEGOVIA, ALFÉREZ MAYOR PERPETUO Y TESORERO DE LA CASA DE LA MONEDA DE DICHA CIUDAD Y DEL CONSEJO SUPREMO DE ITALIA.
MURIÓ AÑO DE 1607.
BEATI MORTUI QUI IN DOMINO MORIUNTUR. (Bienaventurados los muertos que murieron en el señor)

Durante los años que estuvo don Diego al frente del condado de Chinchón, se produjo consecuentemente un gran aumento en la actividad constructiva de Chinchón, lo que repercutiría en la llegada de obreros especialistas de los distintos gremios relacionados con la construcción, así como un aumento de puestos de trabajo para obreros no cualificados, y todo esto supondría una mayor actividad comercial y económica para el pueblo.

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EN EL CAFÉ DE CHINITAS
La copla de Lorca, cantada por María Antonia Moya, acompañada a la guitarra por Fernando Miguelañez. 1986. Para escuchar la canción, pinchar en la imagen

VERDE, QUE TE QUIERO VERDE

VERDE, QUE TE QUIERO VERDE
Maria Antonia Moya canta el Romance Sonámbulo de Federico García Lorca. Puedes escucharlo pinchando la imagen.

LOS CUATRO MULEROS.

LOS CUATRO MULEROS.
Canta: María Antonia Moya. 1986.Para escucharlo,pinchar en la imagen.

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PERFIDIA
Canta Maria Antonia Moya, acompañada a la guitarra por Fernando Miguelañez. Año 1986. Para escuchar la canción, pincha en la imagen.

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Letra: L.Lezama - Música: Palazón. Canta: María Antonia Moya. 1987Puedes escucharlo pinchando en la imagen

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SUI GENERIS

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ENERO 2020. PRÓXIMA EDICIÓN

LA BODA

LA BODA
"La boda" 1996 -2001. Inédito.Para leer el cuento, pincha en la imagen

ANDANZAS Y SENTIRES

ANDANZAS Y SENTIRES
"Andanzas y sentires" 2003. Inédito. Para leer el libro, pinchar en la imagen,

EL CIELO DE LAS AMAPOLAS

EL CIELO DE LAS AMAPOLAS
nueva edición 2022

CUENTOS DE OTOÑO

CUENTOS DE OTOÑO
Cuentos de Otoño. 2006. Si quieres leer los cuentos, pulsa en la imagen.

LUZ DEL CIELO Y OTROS RELATOS CON NOSTALGIA

LUZ DEL CIELO Y OTROS RELATOS CON NOSTALGIA
“Luz del Cielo” y otros relatos con nostalgia. 2019. Proximamente en este blog

CUENTOS DE CAFÉ CON LECHE

CUENTOS DE CAFÉ CON LECHE
Cuentos de café con leche. Pinchar en la imagen para leer los cuentos.

CUENTOS AMORALES

CUENTOS AMORALES
"Cuentos amorales" 2005. Inédito. Para leer los cuentos, pincha en la imagen

LOS CUENTOS DEL ABUELO

LOS CUENTOS DEL ABUELO
Próximamente en este blog.

TRABAJOS FORZADOS

TRABAJOS FORZADOS
Recopilación de 44 relatos escritos para el taller literario.2007-2012. Para leer los relatos pinchar en la portada.

LOS VELOS DE LA MEMORIA I. HISTORIA DEL SOLAR

LOS VELOS DE LA MEMORIA I. HISTORIA DEL SOLAR
"Los velos de la memoria". Historia del Solar. Edición restringida de 95 ejemplares. Se presentó el 10.1. 2010.

LOS VELOS DE LA MEMORIA II. EL AMO.

LOS VELOS DE LA MEMORIA II. EL AMO.
Los Velos de la Memoria II. El Amo. Edición digital. 2012.

DÉJAME QUE TE CUENTE....

DÉJAME QUE TE CUENTE....
"Déjame que te cuente"... 2013. Recopilación. Para leerlo, pinchar en la portada del libro.

LOS VELOS DE LA MEMORIA III LA HEREDERA

LOS VELOS DE LA MEMORIA III LA HEREDERA
LOS VELOS DE LA MEMORIA III. La Heredera..AÑO 2014.

HISTORIAS DE INTRIGA PARA DORMIR LA SIESTA

HISTORIAS DE INTRIGA PARA DORMIR LA SIESTA
2013.Recopilación de relatos. Para leerlos, pincha en la portada

PAISAJES CON FIGURA

PAISAJES CON FIGURA
2013. Recopilación. Para leer los relatos, pinchar en la portada

MIS LIBROS DE ENSAYO. LA OPINIÓN DEL EREMITA

MIS LIBROS DE ENSAYO. LA OPINIÓN DEL EREMITA
LA OPINIÓN DEL EREMITA. Recopilación. 2008-2013. Para leer los trabajos, pinchar en la portada.

LA OPINIÓN DEL EREMITA 2º TOMO

LA OPINIÓN DEL EREMITA 2º TOMO
Segunda entrega. Próximamente en este blog.

MIS OBRAS DE TEATRO.

MIS OBRAS DE TEATRO.
Un ramito de Violetas. Para leerlo, pulsar en la portada.

MIS LIBROS DE POESÍAS.

MIS LIBROS DE POESÍAS.
"SINSENTIDO" Para leer las poesías, pinchar en la portada.

MIS LIBROS DE VIAJES

MIS LIBROS DE VIAJES
Los viajes del Eremita.Volumen I. 2016.

LOS VIAJES DEL EREMITA VOLUMEN II

LOS VIAJES DEL EREMITA VOLUMEN II
VOLUMEN II. LOS VIAJES DEL EREMITA.

LOS VIAJES DEL EREMITA. VOLUMEN III

LOS VIAJES DEL EREMITA. VOLUMEN III
Los viajes del Eremita. 2016.

LOS VIAJES DEL EREMITA. VOLUMEN IV

LOS VIAJES DEL EREMITA. VOLUMEN IV
Los viajes del eremita.Volumen IV. 2016.

EL CATÁLOGO DE MI PINTURA.

EL CATÁLOGO DE MI PINTURA.
POLITÉCNICA. CATÁLOGO DE ARTE. Pintura, dibujo, diseño.Para ver el catálogo, pinchar la portada

FOTOGRAFÍA: ESPAÑA,UN MOSAICO DE IMÁGENES.

FOTOGRAFÍA: ESPAÑA,UN MOSAICO DE IMÁGENES.
ESPAÑA: UN MOSAICO DE IMÁGENES. Fotografías. Para verlo, pinchar en la portada.

FOTOGRAFÍA: CHINCHÓN EN DUOTONO.

FOTOGRAFÍA: CHINCHÓN EN DUOTONO.
CHINCHÓN EN DUOTONO. Fotografía.Para ver la exposición, pinchar en la portada.

FOTOGRAFÍA. DETALLES

FOTOGRAFÍA. DETALLES
MAS DETALLES. Fotografías. Para ver la exposición pincha en la portada.

FOTOGRAFÍA: ACORTANDO DISTNACIA

FOTOGRAFÍA: ACORTANDO DISTNACIA
ACORTANDO DISTANCIAS. Fotografías. Para ver la exposición, pinchar en la portada.

FOTOGRAFÍA: FRUTAS Y VERDURAS

FOTOGRAFÍA: FRUTAS Y VERDURAS
FRUTAS Y VERDURAS. Fotografías. Para ver la exposición, pinchar en la portada.

FOTOGRAFÍA: PAISAJES EN MI RECUERDO

FOTOGRAFÍA: PAISAJES EN MI RECUERDO
PAISAJES EN MI RECUERDO. Fotografías. Para ver la exposición, pinchar en la portada.

FOTOGRAFÍA: FOTOGRAFÍAS OCULTAS

FOTOGRAFÍA: FOTOGRAFÍAS OCULTAS
FOTOGRAFÍAS OCULTAS. Fotografía. Para ver la exposición, pinchar en la portada

FOTOGRAFÍA: DENIA EN FALLAS

FOTOGRAFÍA: DENIA EN FALLAS
DENIA EN FALLAS. Fotografías. Para ver la exposición, pinchar en la portada

FOTOGRAFÍA: CHINCHÓN EN FIESTAS

FOTOGRAFÍA: CHINCHÓN EN FIESTAS
CHINCHÓN EN FIESTAS. Reportaje fotográfico. Para verlo, pinchar en la portada

FOTOGRAFÍA: TURISMO

FOTOGRAFÍA: TURISMO
TURISMO. IMÁGENES DE MIS VIAJES. Fotografías. Para verlas, pinchar en la portada.

FOTOGRAFÍA: MIS FOTOS.

FOTOGRAFÍA: MIS FOTOS.
MIS FOTOS. Folografías: para verlas, pinchar en la portada

FOTOGRAFÍA: COMIDAS

FOTOGRAFÍA: COMIDAS
COMIDAS. Fotografías. Para verlas, pinchar en la portada

FOTOGRAFÍA: UN VIAJE A CÓRDOBA Y GRANADA

FOTOGRAFÍA: UN VIAJE A CÓRDOBA Y GRANADA
VIAJE A CÓRDOBA Y GRANADA.FOTOGRAFÍAS. Para ver el reportaje, pinchar en la portada.

FOTOGRAFÍA: FLORES Y PLANTAS

FOTOGRAFÍA: FLORES Y PLANTAS
Flores y Plantas. FOTOGRAFÍAS. Para ver esta exposición, pinchar en la portada.

LAS RECOMENDACIONES DEL EREMITA: CHINCHÓN MONUMENTAL.

LAS RECOMENDACIONES DEL EREMITA: CHINCHÓN MONUMENTAL.
CHINCHÓN MONUMENTAL. Una visita virtual por las calles, plaza y campos de Chinchón. Para verlo, pinchar en la foto.

Museo Etnológico LA POSADA DEL ARCO

Museo Etnológico LA POSADA DEL ARCO
Una visita al Museo LA POSADA DEL ARCO.Para ver la visita virtual, pinchar en la fotografía.

EL MUSEO ULPIANO CHECA

EL MUSEO ULPIANO CHECA
Una visita al Museo ULPIANO CHECA en Colmenar de Oreja.Para ver la visita virtual, pincha en la imagen:

IMÁGENES RELIGIOSAS DE CHINCHÓN

IMÁGENES RELIGIOSAS DE CHINCHÓN
Una visita a las IMÁGENES RELIGIOSAS de CHINCHÓN.Para ver las imágenes, pincha en la Galería.

CARTELES DE TURISMO EN EL MUNDO

CARTELES DE TURISMO EN EL MUNDO
Un recorrido por distintos países y ciudades, visitando sus carteles de turismo. Para verlos, pinchar en la imagen.

ALELUYAS CHINCHONETAS

ALELUYAS CHINCHONETAS
ALELUYAS CHINCHONETAS. Para poder ver todas las aleluyas chinchonetas, pinchar en el dibujo.

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