Allá por el mes de julio del año 1955, mientras en la plaza Chinchón se estaba rodando la película “La vuelta al mundo en ochenta días” con Mario Moreno Cantinflas, un pequeño grupo de niños de Chinchón entre los ocho y los doce años, fueron seleccionados en el Grupo Escolar “Hermanos Ortiz de Zárate”, para asistir a una colonia de verano que organizaba el Ministerio de Educación (No sé qué denominación tenía entonces este ministerio) para que los niños de los pueblos tuviesen un días de vacaciones, en una época en la que no era frecuente estas clases de actividades. Durante 20 días del mes de julio estos niños de Chinchón, que nunca antes habían salido de su pueblo, llegaron en tren a la entonces “lejana” ciudad de Ávila, y fueron alojados en lo que entonces se llamaba “La casa del puchero”, una mansión que antes fue la casa de los deanes, luego cuartel de la guardia civil, casa de los maestros, hasta que lo compró el Ministerio de Educación y Ciencia y se lo cedió a la Comuinidad de Castilla León para que instalasen un bello museo provincial.
Dormían en literas en un dormitorio común y la dieta estaba reforzada por la leche en polvo y el queso americano que durante más de una década fue un complemento alimenticio para los niños de los colegios nacionales..
Casi 58 años después, dos de aquellos niños, ahora un poco más mayores, han vuelto con unos amigos a la antigua “casa del puchero” para visitar el museo.
Les acompañé en esta visita, y pude hacer este reportaje, que creo que será de interés para todos vosotros.
Por cierto, que a este edificio le llamaban “casa del puchero” porque encima de la puerta había un frontal en el que había un bajorrelieve de un puchero, que actualmente no existe porque fue sustituido en alguna de las reformas que se hicieron en el edificio.
Actualmente, la Casa de los Deanes y la iglesia de Santo Tomé conforman un compás cultural en la Plaza de Nalvillos de la ciudad de Ávila, cuya misión es recopilar la cultura material del territorio abulense.
En la Casa de los Deanes, palacio renacentista del siglo XVI, se observa la exposición permanente distribuida en tres secciones: la primera dedicada a la cultura rural abulense, reflejando tanto las artes como las actividades tradicionales. La segunda presenta una panorámica de la historia provincial desde la Prehistoria hasta el siglo XIX. La sección de la Ciudad muestra elementos arqueológicos proporcionados por excavaciones urbanas.
Por su parte, en el almacén visitable de la Iglesia de Santo Tomé se pueden observar verracos, mosaicos y estelas funerarias romanos, e inscripciones monumentales o elementos arquitectónicos y funerarios de las edades Media y Moderna.
Espero que os haya parecido interesante la historia.