No soy jurista y por lo tanto lo que yo diga no tiene por qué ser acorde con lo que pueda decir después el Tribunal Constitucional; pero estos días estamos escuchando demasiadas opiniones de juristas y no juristas que no parecen ponerse de acuerdo en esto de la amnistía.
Dejando aparte esta cuestión, nos deberíamos preguntar si la amnistía resuelve el problema de la territorialidad de España o solo sirve para conseguir desatascar el nombramiento del presidente del gobierno.
Vamos por partes. El problema de fondo es encontrar un acuerdo que solucione definitivamente el modelo de estado territorial en España.
Los dos extremos están en una España, una, grande y libre, y la independencia de las distintas nacionalidades.
Hace años el lehendakari Ibarreche presentó en las Cortes Españolas su modelo de Estado Libre Asociado, que fue rechazado por los votos de PP y PSOE. Pero es un hecho que el actual estado de las autonomías no satisface plenamente a una parte importante de los ciudadanos de nuestro Estado.
Por lo tanto, lo que habría que hacer es sentarnos todos a pensar una solución definitiva que de respuesta a los deseos de la mayoría.
La solución está en el consenso y no en seguir tirándonos los tratos a la cabeza defendiendo la unidad de España o la independencia.
Y lo primero que habría que determinar es lo que cada uno entiende por País, Nación y Estado, porque si no tenemos claros estos conceptos, difícilmente podremos llegar a ningún acuerdo.
Tenemos dos ejemplos en Estados Unidos y en los Balcanes. En el primero de los casos, vemos como distintos Estados con legislaciones y autonomías diferentes pueden estar unidos alrededor de una Nación común, conviviendo en paz. En el segundo caso, la complicada historia de esta región, caracterizada por las frecuentes divisiones y subdivisiones de los Estados desde al menos la segunda mitad del siglo xix, ha dado origen al concepto de «Balcanización» que se aplica, incluso, a territorios muy distantes de los Balcanes. «Balcanización» significa la división generalmente violenta y artificial por potencias extrarregionales de los territorios de los países que integran una región.
¿ Por qué no un Estado federal compuesto por diversas unidades territoriales, dotadas de autonomía política e instituciones de gobierno comunes a todas ellas, cuya organización, competencias y relaciones intergubernamentales están regidas por una Constitución como norma suprema de todo el ordenamiento jurídico? Es decir, que está compuesto por estados, cuyos poderes regionales gozan de autonomía e incluso soberanía en importantes aspectos de la política interna. Por contra, comparten unas instituciones comunes con el resto de la federación y carecen de potestad en ámbitos como defensa o relaciones internacionales.
¿Y esto es constitucional? Pues no lo sé, pero si es necesario, ¿Por qué no se puede cambiar la Constitución?, si es para solucionar de una vez por todas la convencía en España. ¿ O es que es mejor esperar a que pase aquí lo de Yugoslavia ?
Por lo tanto, amnistía, si; pero sólo si es el punto de partida para plantear una solución definitiva para el problema territorial de España.