A mí siempre me ha gustado ponerme en el lugar de los demás, a la hora de opinar. Lo que se llama empatia. Se ha dicho ya tanto y tan contradictorio en esto de los dichosos papeles de Bárcenas, que se me ha ocurrido ponerme en el puesto de Rajoy para pensar lo que yo haría si estuviese en su lugar.
La situación es esta. Han aparecido unas fotocopias de unas anotaciones contables manuscritas que según la mayoría de los grafólogos consultados pueden ser de Luis Bárcenas, el antiguo tesorero del PP. De dichas anotaciones se podrían desprender algunas irregularidades en la contabilidad del Partido Popular, sobresueldos y financiación ilegal . Las irregularidades que se desprenden no son constitutivas de delito, puesto que en caso de que hubiese existido ya está prescrito. Por lo tanto no es previsible que la Justicia tome cartas en el asunto ni abra ninguna investigación judicial. Sólo en el caso de que hubiera malversación de caudales públicos o cohecho se podría perseguir, pero estos dos supuestos son muy difíciles de demostrar con los datos que aportan los apuntes contables.
En esta situación, la única salida posible es la negación absoluta de la veracidad de estos papeles. Son falsos. Incluso pueden estar falsificados recientemente y cabe la posibilidad de que las anotaciones no se correspondan con una secuencia temporal, sino que todas sean de una misma fecha, y por lo tanto falsas.
Si son falsos no hace falta demostrarlo, serían los demás quienes deberían demostrar que son verdaderos, y eso solamente lo podría ratificar el señor Bárcenas si son reales, porque si realmente son faltos, el autor se estaría inculpando. Y para que don Luis no hable más del asunto, ya se tomarán las medidas oportunas para que su responsabilidad judicial se diluya como se ha diluido su responsabilidad fiscal gracias a un indulto tan oportuno. Y, por supuesto, ni hablar de una posible querella contra el Tesorero, como ha pedido doña Esperanza y algún que otro barón del partido, no sea que se vaya a enfadar y siga tirando de la manta.
Por lo tanto, hay que negar la mayor. ¡A mí que me registren!
Esto sólo tiene un problema, que la opinión pública no lo crea y reste credibilidad política a los dirigentes del Partido Popular.
Entonces, el segundo paso sería seguir con la teoría ya utilizada en el caso Gurtel: “Esto no es un asunto del PP, sino un asunto contra el PP”. A continuación, demostrar la indignación de todos con el “Tesorero Infiel” que les ha engañado; lo mismo que le ha ocurrido al PSOE con la Fundación Ideas. Y de paso, hacer un recorrido por todos los escándalos recientes o ya casi olvidados en los que han estado inmersos los demás partidos políticos, para diluir la responsabilidad, y de paso seguir desgastando los fundamentos del Estado, para que la ciudadanía se limite a protestar “indignada” pero sin tener que dar la cara ni en el Parlamento ni en Comisiones de Investigación ni en los Tribunales del Justicia.
Y luego hacer unas rogativas a la Virgen la Candelaria, para que estos escampe lo antes posible, y dentro de nada, todo se habrá olvidado, y ellos - los del Gobierno- seguirán recortando derechos, tan campantes.
Yo en el caso de Rajoy hubiera hecho lo mismo que él: Negarlo todo...
Claro que yo no soy el Presidente del Gobierno de España.