Se llamaba Jesús López Trigo, pero en Chinchón todos le conocíamos por Jesús “El Cartero”. Y es que esa fue su profesión laboral. Pero además, Jesús fue constructor de televisores, músico, artesano y buena persona.
Se recorría a pie todos los días las calles de Chinchón con su cartera de cuero al nombro, llevando las cartas de puerta en puerta. Por las tardes hacía sus trabajos extras, montando y arreglando televisiones, en aquellos años en los que muy pocas familias las tenían. Los fines de semana tocaba el órgano electrónico y la trompeta en el baile de la Granja, y cantaba. En esto debemos reconocer que no era tan artista como tocando los instrumentos, pero con su música y la de sus “muchachos” bailamos toda la juventud de entonces, mientras nos tomábamos un “cuba libre” en la Granja de Narciso, primero, y después, ya de más mayores, mientras tomábamos algo en la terraza de San Roque.
Y en los ratos libres, que también debía tenerlos, escribía, dibujaba y hacía una preciosas maquetas; una de las cuales la donó al Ayuntamiento y está colocada en la Casa de Cultura “Manuel Alvar” junto a la sala de exposiciones.
Hace unas semanas, murió Jesús “El cartero” y hoy, desde este rinconcito del Eremita, he querido recordarle, rememorando aquellas tardes jóvenes en el baile de la Ronda, y con estas fotografías de la maqueta de la plaza de Chinchón.
Es mi adiós a Jesús el Cartero.