Carlos III, siguiendo los dictados que propugnaba la Ilustración, había dado órdenes para dotar al país de una infraestructura viaria que fuese el punto de partida del progreso, y así se comienza la construcción de una red radial de caminos con el centro de Madrid, que cubriera toda la geografía española. Sucesivas disposiciones fueron completando el decreto anterior, concediendo prioridades y dictando normas sobre la circulación de carruajes por las carreteras.
En el mapa de comunicaciones de Tomás López del año 1773, podemos ver que ya estaba finalizado el camino real hasta Aranjuez. Este era el camino que se utilizaba para venir a Chinchón. Desde Pinto partía en diagonal un camino que pasaba por Ciempozuelos, seguía Bayona (Titulcia) y llegaba a Chinchón. En el archivo Municipal de Chinchón se conserva una resolución del Supremo consejo, fechada en 1771, sobre las obras de reparación y mejoras del puente del Molincaido, que dificultaban la comunicación con Bayona y, consiguientemente, con la Corte.
Otro camino discurría junto al río Manzanares hasta Perales del río desviándose ligeramente hacia San Martín de la Vega donde finalizaba. Cuando se fueron ejecutando las indicaciones previstas en el plan radial de carreteras, este camino a San Martín fue ensanchado, reparado y se prolongó su trazado siguiendo un antiguo camino de carros y caballerías que vadeaba el río Jarama, por el sitio conocido como "El vado de la Gitana", o se cruzaba con una barcaza, para subir a Valderromeroso, Casasola del Monte, las Jaras y descender a la Vega del Tajuña, atravesando ésta junto a la laguna y ermita de San Galindo; luego cruzaba el río por el puente de palos dejando a la izquierda, en lo alto del Salitral, las ruinas de Valderradela, para subir las cuestas hacia Chinchón.
Otro tercer camino salía de Madrid hacia el sureste, pasaba por Vallecas, Vaciamadrid, Arganda y Perales de Tajuña en dirección a Valencia.
Al trazado de estos caminos y de la existencia de esta barcaza, hace mención un monumento de estas fechas. En el sitio que llaman del "Ventorro", a la entrada (o salida) de Chinchón, está colocado un gran mojón de piedra de base cuadrada, terminado en pirámide, en el que hay grabado la siguiente leyenda:
AÑO 1772