

Inglaterra se escandalizaba con el “Caso Profumo”, Jacques Anquetil ganaba por cuarta vez el tour de Francia, se producía el asalto al tren correo de Glasgow, el Real Madrid ganaba la liga española de fútbol, y los Beatles empezaban a ser conocidos fuera de Liverpool.
A finales de ese año el Pleno de las Cortes aprobaba el Plan de Desarrollo Económico y la Iglesia autorizaba a utilizar las lenguas vernáculas en la santa misa, pero sólo parcialmente, desde el principio hasta el credo. En septiembre se habían reiniciado las sesiones del Concilio Vaticano II que, después, autorizaría a decir toda la misa en las lenguas de cada lugar.
En España se había iniciado, hacía unos años, el “milagro turístico” y desde el Ministerio de Información y Turismo se lanza el slogan “España es diferente” que sirve como reclamo para una gran masa de turistas que llegan a nuestros pueblos y a nuestras playas con modas y costumbres nuevas, como el bikini, que escandalizan a los pobres españoles y a las autoridades civiles y religiosas que dictan normas para evitar tales exhibiciones escandalosas y anormales.
