Corría el año 1946. Eduardo tenía 26 años y había vuelto a Granada, después de varios años en los campos de trabajo de Madrid. Comienza a trabajar con el arquitecto José Luis Fernández del Amo, encargado de rehabilitar las “regiones devastadas”, visitando diferentes iglesias de la Alpujarra junto a su amigo el pintor Antonio Rodríguez Valdivielso y el aparejador Paco Ruiz, para realizar la catalogación de los daños producidos por la recién terminada guerra civil española de 1936-39.
Trabaja también como supervisor de unas obras y en los ratos libres realiza los bocetos para el concurso que se celebraría en 1947, convocado para la realización de cuatro figuras de los evangelistas y una imagen de Santa Isabel de Hungría para la fachada del Colegio Mayor Isabel la Católica de Granada, concurso al que se presentaron grandes escultores de la época, como Cano Correa o Antonio Martínez Olalla. Eduardo gana el concurso, apoyado por el arquitecto Wihelmi, para la realización de los cuatro evangelistas y recibe 14.000 pesetas, que debían cubrir todos los gastos de la realización de las esculturas, que tenían que ser esculpidas en piedra de Bogarre, y de una altura de dos metros y medio.
De esta labor escultórica recuerda don Manuel Orozco, gran amigo del escultor, que con la piedra sobrante de una de las grandes masas, pudo realizar Carretero un retrato suyo, en talla directa, sirviendo además como referencia para alguna de las figuras de los evangelistas.
Estas esculturas serán las primeras de carácter monumental que realizará en su dilatada carrera artística y que muestran esa forma de entender la escultura que desde el Renacimiento viene influyendo en los grandes escultores.
La obra causa sensación en los promotores y son la admiración de todos, tanto de entendidos como paisanos, llegando a ser una tema a tratar en el Ayuntamiento de Granada, que ya había becado al joven artista en el año 1946, y la Universidad de Granada que le premia como reconocimiento a estas obras.
En la reciente visita a Granada con motivo de la entrega de la medalla de oro de la ciudad, visitamos el Colegio Mayor Isabel la Católica para ver estas obras, casi desconocidas para la mayoría de los granadinos, que desconocen su existencia o al menos que el autor es Eduardo Carretero.
Como se puede observar, algunas de las esculturas peresenta un lamentable estado de deterioro,
Fotografías de m.carrrasco.m