La farola de mi pueblo vuelve a estar contenta y remozada en el centro de la plaza. Han llegado los carnavales y el mercado medieval y ella no podía faltar a la cita.
Además ha podido ver cómo llegaban los feriantes ataviados con ropajes de antaño, llegaban los camellos, después de haber acompañado a sus majestades los magos de Oriente en su periplo navideño; han llegado las manadas de patos...
Y han llegado los puestos de chucherías, con sus panes y sus viandas, con aspecto de manjares antiguos, pero que nos ofrecen los sabores de toda la vida.
Un día inolvidable para los que se quisieron dar una vuelta por Chinchon.
Tengo que reconocer que yo, este año, no he podido estar en mi pueblo; sin embargo, mis lectores han querido ilustrarme con sus fotografías para hacerme partícipe del ambiente, y yo también he querido compartirlo con todos vosotros,
FOTOGRAFIAS de, nuestra corresponsal en Chinchon, Mabel Carrasco.