Orondas barrigas,
Señal de la cruz,
Misa los domingos,
La mujer en casa,
Los niños en Suiza,
Un amor en cada despacho,
Hay que pagar el soborno
De las manos amigas.
Las manos en la masa
El corazón en el poder,
El amor en la entrepierna.
Apaguemos la luz
Para no sentir vergüenza.
Ojos que no ven,
Cabeza que piensa
Cómo evadir impuestos.
El porche en el garaje,
El dinero en Suiza,
Los obreros a la calle,
La amante en Ibiza.
Hay que salvar a la Patria.
La familia es lo primero.
Mi amigo el Cardenal
Rezará por nosotros.
Hoy como con el ministro,
Mañana viajo a Moscú,
Me acompaña Concepción
Una semana, los dos.
Mi mujer se queda en casa,
No le gusta viajar;
No sabe nada de impuestos
Ni de balanza de pagos.
Entiende mucho de moda
Y de abrigos de visón;
Conoce a mi secretaria
Pero dice que no importa;
Viaja a Suiza, a menudo
Y a Londres para comprar.
Allí también fue Conchita
Cuando a los veinte años
Yo la recomendé abortar.
Hay que ir a la iglesia
Más a menudo a rezar
Y dar gracias a Dios
Por todo lo que nos da..