La obra: Óleo sobre lienzo. Fechado en 1800.
Formato 226 x 144 cm.
Autor: Francisco de Goya y Lucientes.
Autor: Francisco de Goya y Lucientes.
5.- Historia del cuadro de la Condesa de Chinchón. (Cultura)
Ejemplo sublime
del retrato cortesano y obra maestra de Francisco de Goya, nos presenta a Doña
María Teresa de Borbón y Vallabriga, más conocida como la condesa de Chinchón.
La dama aparece elegantemente vestida con un traje de talle alto, siguiendo la
moda del momento. La modelo sentada en un sillón, cruza sus manos sobre el
regazo. Goya sitúa al personaje sobre un fondo neutro, oscuro, del cual destaca
el rostro y su luminoso traje de gasa blanca transparente. El encargo de la
pintura data de1800 partiendo la idea del mismo Godoy, siendo concluido en el
mes de abril, poco más podemos saber sobre el origen del lienzo, ya que los
archivos del duque de Sueca, descendientes directos de la condesa, fueron
destruidos durante la Guerra Civil.
En esos
momentos María Teresa cuenta con diecinueve años de edad y se encuentra
embarazada de su única hija, Carlota, tal vez por ello cruce sus manos sobre el
regazo y lleve el tocado de espigas de trigo, atributo de la diosa Ceres y
símbolo de la fecundidad. Hay que señalar que cuando posó para Goya todavía no
era condesa de Chinchón, no recibiría el título hasta 1806.
Goya, conocía a
la condesa desde su infancia, ya que anteriormente la había pintado en dos
ocasiones; en La familia del infante don Luis, 1784, (Fundación Magnani Rocca
de Parma) y en un retrato en que aparece de pie con un abanico ante un fondo de
la sierra de Gredos, 1784, (National Gallery de Washington). Este contacto le
permite reflejar con gran sensibilidad el carácter de la retratada, sabe
hacernos cercana la figura, nos trasmite su soledad e impotencia. Tras su
enigmática sonrisa se ocultan dos siglos de historia.
El lienzo
presenta a Doña María Teresa de Borbón y Vallabriga, marquesa de Boadilla del
Monte y XV Condesa de Chinchón. Esta aristocrática dama era hija del Infante
don Luis Antonio de Borbón (1727-1785, hijo y hermano de reyes, Felipe V y
Carlos III) y de doña María Teresa de Vallabriga y Rozas, perteneciente a la
baja nobleza aragonesa. Debido a este matrimonio morganático y a su vida un tanto
libertina, el infante don Luis es desterrado de Madrid y privado del derecho al
trono. Es, en el palacio familiar de Velada, Toledo, donde el 26 de noviembre
de 1780 nace la retratada. Ni ella ni sus hermanos podrían llevar el apellido
Borbón ni ostentar el título de infantes de España.
Al morir su
padre en 1785, María Teresa y su hermana pequeña son separadas de su madre e
ingresan en el Convento de San Clemente de Toledo, del cual saldrá doce años
más tarde para casarse con Manuel Godoy (1767-1851), el hombre más poderoso del
momento.
Se trataba de
un matrimonio concertado por la propia reina María Luisa y que supuso un giro
total para María Teresa, pasando de la austeridad del convento al lujo de la
corte. Nuestra protagonista exigió para dar su conformidad al enlace que se
restituyera a ella y a sus hermanos el apellido Borbón y los privilegios que
les correspondían por nacimiento.
El matrimonio
nunca funcionó, Godoy había conocido un año antes de su boda a la que sería su
amante, la joven malagueña Pepita Tudó. El motín de Aranjuez de 1808, supone la
caída en desgracia de Godoy, príncipe de la Paz, perdiendo todo poder político.
Desposeído de
honor y bienes se ve obligado a abandonar España y María Teresa se niega a
seguirle. Abandonada, se retira a su palacio de Boadilla del Monte a 15 kms de
Madrid, donde permanece hasta 1823, fecha en la que parte a Francia donde
morirá en 1828. Godoy a su muerte se casará con su amante Margarita Tudó,
muriendo arruinado en 1851 en París.
La obra de Francisco de Goya esconde, debajo del
retrato de la joven aristócrata, otros dos retratos totalmente terminados
realizados por el artista aragonés a José Álvarez de Toledo y Gonzaga, marqués
de Villafranca, y a Manuel Godoy, príncipe de la paz y esposo de la condesa, al
que el autor de Fuendetodos habría pintado en una época posterior.
El descubrimiento de los lienzos se produjo tras
haber sido realizada una radiografía a La
condesa, una obra que se encuentra
en muy buen estado de conservación, por lo que no ha tenido ni doble tela ni
repintes desde que fue creado en el año 1800.
Milagrosamente
y a pesar de los avatares históricos el cuadro permaneció siempre en la familia
Rúspoli. Gracias a la Ley de Patrimonio Artístico de 1985 que declara al cuadro
bien de interés cultural y por tanto inexportable se evita su venta por 6000
millones a una entidad extranjera.
En los años
ochenta se inician las negociaciones para su compra, la Academia de San
Fernando ofrece 3000 millones en 1999, pero será en enero de 2000 cuando la
familia acepte la oferta de 4000 millones de pesetas del empresario y
coleccionista Juan Abelló.
Rápidamente el
Estado ejerce su derecho de tanteo por el mismo precio de la oferta y el cuadro
es asignado al Museo del Prado quien participa en la compra con 1200 millones
del legado Villaescusa.
La condesa de
Chinchón abandonó su hogar en marzo de 2000 para residir definitivamente en la
sala 87 del Museo del Prado, de nuevo bajo la atenta mirada de la reina María
Luisa, recibe a sus visitantes invitándoles a disfrutar de la pintura de Goya.
La adquisición
del "Retrato de la Condesa de Chinchón" de Goya sufrió un largo
proceso. El Estado ejerció en enero del año 2000 el derecho de adquisición
preferente que le confiere la legislación española ante la transmisión o venta
del cuadro por parte de sus propietarios anteriores, señores D. Carlos, don
Luis y don Enrique Rúspoli Morenés.
El lienzo fue solicitado por el pleno del Real
Patronato del Museo del Prado para que su destino final fuera el Museo, que
posee el conjunto más numeroso y excepcional de obras de Goya en el mundo.
Además, la obra se inserta en la pintura y en la historia española y europea
con el valor de un símbolo en ese momento crucial que abría la historia de
Europa hacia el mundo moderno. En 1928 el cuadro ya formó parte de la
exposición del Prado dedicada a Goya en el centenario de su muerte. Tras su
alejamiento de Madrid durante la guerra civil, en 1940 el Patronato del Museo
del Prado iniciaba las primeras gestiones para adquirir el lienzo, que se han
consumado ahora a los 200 años de haber sido pintado. En 1999, y de acuerdo con
la Ley 13/1985 de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español, los
copropietarios comunicaban a la Dirección de Bellas Artes y Bienes Culturales
del Ministerio de Educación y Ciencia el acuerdo de compraventa del cuadro
alcanzado con un tercero por un importe de cuatro mil millones de pesetas.
La Junta del
Patrimonio reunida en pleno el 20 de diciembre de 1999 acordaba recomendar que
la Administración ejerciera el Derecho de Tanteo a favor del Estado, el cual
fue ejercitado por Orden Ministerial el 18 de enero de 2000. En cumplimiento de
dicha orden, el cuadro fue depositado a título de depósito y custodia en el
Museo del Prado el 17 de febrero de 2000. El pleno del Real Patronato del Museo
del Prado había acordado en su reunión de 25 de enero de 2000 la adquisición
del lienzo por parte del organismo autónomo Museo del Prado.
Para poder
suscribir el contrato de compraventa, cuyo importe era de 4.000.000.000 de pesetas,
era preceptiva, según la Ley, la autorización previa del Consejo de Ministros,
que tuvo lugar el 14 de diciembre de 2000. La forma de pago contemplaba el pago
de 2.500.000.000 de pesetas en el ejercicio corriente y en el del año 2001, los
restantes 1.500.000.000 de pesetas.
Para que
pudiera realizarse este último pago, el Ministerio de Hacienda tramitó en
expediente aparte la propuesta de acuerdo del Consejo de Ministros de
autorización para adquirir compromiso de gasto con cargo al ejercicio del año
2001 de conformidad con el procedimiento establecido por la Ley.
Los fondos
obtenidos han encontrado diversas procedencias, como, por ejemplo, la
aprobación de una generación de crédito, el 25 de julio de 2000, de 1.000
millones de pesetas, por aportación del Legado Villaescusa, después de haberse
realizado el ingreso correspondiente procedente de Fervisa. El 29 de noviembre
del mismo año se aprobaba la transferencia de crédito del Ministerio de
Educación y Cultura y Deporte al Museo del Prado por 1.300 millones de pesetas,
cuyo ingreso se hizo en enero de 2001 en la cuenta del organismo autónomo. En
diciembre de 2000 el Museo del Prado aportó 200 millones de su presupuesto
ordinario y en el mismo mes se aprobaban los Presupuestos Generales del Estado
por lo que el Museo del Prado dispuso de 1.500 millones de pesetas en la
anualidad del año 2001 para realizar el segundo pago.
El Eremita
Relator independiente
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