Mi admirada Esperanza Aguirre tiene una gran habilidad para estar siempre en candelero. Ahora mismo yo no se por que me ha dado por hablar de ella.
Debe ser porque no paran de ponerla en las teles, unos para alabarla y otros para todo lo contrario, pero el caso es que siempre se esta hablando de ella, aunque sea bien.
El Partido Popular, tan predispuesto siempre a verter sus culpas en los demás, paradójicamente nunca ha culpado a doña Esperanza de ninguno de sus fracasos, y ella es, posiblemente, una de las que mas daño les haya hecho. No se lo que pensara de esto don Mariano.
Ella, que siempre ha presumido de "destapar" la "Gurtel", y desconocer la "Púnica" ha sido la responsable de captar a todos los que después formaron parte de esas tramas. Ella, cuando se dio cuenta de lo que le venía encima al PP de Madrid por la corrupción, fue la primera en abandonar el barco y dejarle el timón a su "mano derecha" que tuvo que lidiar con ese toro, que le dejo para el arrastre, teniendo que ceder a regañadientes los trastos de matar a Cristina Cifuentes, mientras su mentora quedaba con las manos limpias para luchar -sin éxito- por la alcaldía de Madrid.
Y es que a doña Esperanza le persiguen las manos. La mano derecha, la mano izquierda, la mano limpia y la mano sucia; pero ella nunca se ensucia las manos, aunque en alguna ocasión no le huelan demasiado bien por aquello de tener que manipular los quesos familiares.
Me comentaba un amigo (mío, no de Esperanza) que ella no había metido nunca la mano en el cajón. Y yo no lo pongo en duda ¡válgame Dios!, pero hay personas que no tienen necesidad de ensuciarse las manos abriendo cajones poco recomendables, porque hay quien se los abre, incluso quienes se encargan de envolver su contenido en subvenciones o gratificaciones suntuosas que son mucho más estéticas, aunque no sean demasiado éticas.
Vamos, que se me nota un poco que la Aguirre no me gusta demasiado. Yo que soy de mente abierta estoy esperando que una amiga (mía y también de Esperanza) me llegue a convencer de que el neoliberalismo que preconiza la jefa de la oposición del Ayuntamiento de Madrid, es un sistema que genera bienestar para todos, no solo para los poderosos.
Sinceramente, creo que lo tiene bastante difícil.
Debe ser porque no paran de ponerla en las teles, unos para alabarla y otros para todo lo contrario, pero el caso es que siempre se esta hablando de ella, aunque sea bien.
El Partido Popular, tan predispuesto siempre a verter sus culpas en los demás, paradójicamente nunca ha culpado a doña Esperanza de ninguno de sus fracasos, y ella es, posiblemente, una de las que mas daño les haya hecho. No se lo que pensara de esto don Mariano.
Ella, que siempre ha presumido de "destapar" la "Gurtel", y desconocer la "Púnica" ha sido la responsable de captar a todos los que después formaron parte de esas tramas. Ella, cuando se dio cuenta de lo que le venía encima al PP de Madrid por la corrupción, fue la primera en abandonar el barco y dejarle el timón a su "mano derecha" que tuvo que lidiar con ese toro, que le dejo para el arrastre, teniendo que ceder a regañadientes los trastos de matar a Cristina Cifuentes, mientras su mentora quedaba con las manos limpias para luchar -sin éxito- por la alcaldía de Madrid.
Y es que a doña Esperanza le persiguen las manos. La mano derecha, la mano izquierda, la mano limpia y la mano sucia; pero ella nunca se ensucia las manos, aunque en alguna ocasión no le huelan demasiado bien por aquello de tener que manipular los quesos familiares.
Me comentaba un amigo (mío, no de Esperanza) que ella no había metido nunca la mano en el cajón. Y yo no lo pongo en duda ¡válgame Dios!, pero hay personas que no tienen necesidad de ensuciarse las manos abriendo cajones poco recomendables, porque hay quien se los abre, incluso quienes se encargan de envolver su contenido en subvenciones o gratificaciones suntuosas que son mucho más estéticas, aunque no sean demasiado éticas.
Vamos, que se me nota un poco que la Aguirre no me gusta demasiado. Yo que soy de mente abierta estoy esperando que una amiga (mía y también de Esperanza) me llegue a convencer de que el neoliberalismo que preconiza la jefa de la oposición del Ayuntamiento de Madrid, es un sistema que genera bienestar para todos, no solo para los poderosos.
Sinceramente, creo que lo tiene bastante difícil.