En estas épocas de campañas
electorales es cuando se pone de moda eso de acojonar al personal. Pero la secuencia
de los hechos no suele empezar directamente con el acojone.
No, primero se empieza con el
ninguneo. Suelen decir que “esos muchachos” no son nada. Unos “mindundis”, unos
“perroflautas”, en fin, unos “donnadies”.Además no tienen ni formación ni
experiencia, en fin, que no tienen ninguna oportunidad.
El siguiente paso es la
preocupación cuando “esos muchachos” demuestran que no son lo que ellos decían,
y además tienen formación, y están sobradamente preparados para ejercer el
gobierno, y en muchas ocasiones tienen más solvencia que ellos mismos.
A continuación hay que buscar
cualquier resquicio en sus vidas y en sus programas. Cuando no encuentran nada
más que criticar su forma de vestir o de peinarse, es la hora del ataque
indiscriminado y como paso final: asustar al personal.
“No son de fiar”. “A saber qué es
lo que buscan”. “Van a deshacer el sistema”. “Van a subir los impuestos” Hasta
llegan a decir que “Te van a quitar el burro si tienes dos”.
En fin, que nos asustan con todo
lo que ellos han hecho antes y que pretenden seguir haciendo. Aunque lo que es asustar, asustar; yo creo que sólo asustan a los niños pequeños.
- ¡Pero oye, si tú no tienes burro!
- Nada, que nos han “acojonao”.