Una de las ventajas (pocas) que tiene el estar jubilado, es que cuando llega un "puente festivo" no tienes que montarte en el coche y salir a la carretera para pasar unas cuantas horas, rodeado de muchos más coches, en medio de un colosal atasco.
Por eso, la otra mañana, pensando que la mayoría de los madrileños se habrían ido de puente, mi mujer y yo nos montamos en el autobús y nos fuimos al Parque del Retiro.
Pero resulta que no, que no todos los madrileños se habían marchado de puente, aunque posiblemente los pocos que quedábamos pensamos lo mismo, y nos vinimos al Retiro.
En el retiro se puede disfrutar de la naturaleza , se puede dar de comer a un pavo real, ver como nadan o se pasean los patos, o como comen las palomas.
Pero también puedes contemplar bellos parajes en los que los árboles te ofrecen su sombra y su cobijo.
Puedes visitar el monumento de Campoamor e, incluso, la estatua del "Angel Caído"
Y también puedes pasear y montar en patines
Puedes admirar las plantas que en el mes de mayo están en su máximo explendor
Puedes tumbarte en el césped como si estuvieras en un día de campo...
O puedes dedicarte a "tuytear" tranquilamente sentado en un banco a la sombra, mientras cuidas del perro que tu mujer te ha mandado a pasear para que la dejases en paz.
Pero en el Parque del Retiro de Madrid se pueden ver y se pueden hacer muchas más cosas. Pero eso os lo contaré otros días, porque no es cosa de hacerse pesado.