Os contaba hace unos días que he encontrado en un casi olvidado cajón de un armario un viejo álbum de fotografías familiares. En uno de estos días navideños, en los que no sabes muy bien qué hacer, porque salir a la calle no apetece por el frío que hace, me dediqué a escanear varias de estas fotografías. Después me he propuesto ir publicándolas, porque me han parecido interesantes.
Entre todas las fotografías había muchas dedicadas a los "angelitos" de la casa y como podéis ver en la anterior, no hablando en sentido figurado, sino al pié de la letra.
Lo primero que llama la atención es la poca naturalidad de los niños en estas fotografías. Ahora, con la fotografía digital, no nos preocupa "tirar" todas las fotografías que hagan falta, y luego desechar las que no han salido bien.
Antes, no. Antes había que preparar bien al niño, porque sólo se iba a hacer una foto, y se ponía, incluso, un decorado, para que el niño luciese todas sus galas.
La cosa se complicaba si eran dos hermanitos los que tenían que ser fotografiados. Se tardaba mucho en hacer una fotografía, por eso los niños salían tan poco naturales.
Éste, ya más jovencito, con un uniforme casi militar, posa entre dos tiestos que se han colocado, sobre un alfombra, en el patio de la casa, para que hubiera mejor luz.
Esta niña posa, displicente, junto a una columna con flores, luciendo su vestido de los domingos.
A esta otra, que le han colocado su lazo, la han subido en una silla, lo que no parece hacerle muy feliz.
También sobre una silla, pero esta vez con su muñeca en los brazos, esta niña, que sin duda es muy obediente, no ha movido ni un músculo de su cara, hasta que no han tomado la fotografía.
A esta otra niña, con su vestidito de lazos, le han colocado en esta postura tan natural...
Y esta otra, con su medalla y su broche, espera a que salga el pajarito, según le han dicho, de la cámara que tiene un señor con bigotes, al que ella no conoce.
El joven ha tenido que subirse en un cojín, para poder reposar su brazo sobre el respaldo de la silla, donde reposa el sombrero, que no parece hacer juego con el traje, y que seguro que le está grande.
Y para terminar, esta bella fotografía de primera comunión, en que la niña de rodillas en un reclinatorio blanco, parece rezar a una imagen del Sagrado Corazón de Jesús.
Aunque no todas las fotografías son de la misma época, no puedo datar cada una de ellas, porque mis antepasados no se cuidaron de poner la fecha en las fotografías.
Todas son, aproximadamente, de principios del siglo XX.